SKYFALL

3

Hoy era miércoles y hace unas horas me habían entregado la chaqueta oficial por ser parte del equipo de futbol americano.

Iba camino hacia mi cuarta clase del día y ya me había hecho más amigos aparte de Mateo y su prima.

— Qué bien luces —Escuché la voz divertida de una chica—

Me giré hacia la voz y vi a Sky con una sonrisa en su rostro.

— ¡Gracias! —Dije desconcertado—
— Yo sólo he dicho la verdad—hablo y se fue arrastrando su mochila. Como de costumbre—

Kevin, un amigo del equipo se me acercó, junto a su novia, Celeste.

— Ni te emociones —me dijo él cuando se me acercó— lo hace con todos.
— Pensé que no hablaba con nadie —dije seguro—
— Pues no —me dijo su novia— es bastante popular, pero de una forma diferente.
— ¿Diferente? —Agregue inundado de curiosidad—
— Todos la saludan y la invitan a fiestas—empezó diciendo Kevin— y si ella quiere se aparece, todos tratan de ser sus amigos, y mientras no la cabrees no pasa nada.
— Es como si dentro de ella, existieran dos chicas, aunque por lo regular, vas a ver con más frecuencia a la Sky psicópata—comentó Celeste—

Yo asentí asimilando la información.

— Giselle también es así —habló Kevin— de hecho todos, aunque el sádico de Max es un poco más reservado.
— ¿E Sky tiene novio? —Pregunté confundido—
— Por lo que se rumorea es virgen —respondió Kevin— aunque ha hecho mierda varios corazones.
— Es como si todos intentaran llevarla por el camino del bien—me dijo Celeste— todos quieren ser la razón de que Sky se reforme.
— Y ni de coña eso va a pasar —concluyó él—

Entramos al aula y Kevin y Celeste se sentaron al fondo del salón. Divisé a Carly y fui a su lado.

— ¿Está ocupado? — Pregunté mirando el asiento a su costado—
— No, para nada— dijo con una sonrisa—

Deje mis cosas y me recosté en mi silla.

— Te queda bien la chaqueta—comentó un tanto tímida—

Esas palabras me recordaron instintivamente a Sky.

— Gracias Carly —ella asintió y yo volví a dejarme caer en el respaldar.

Los minutos avanzaron y el profesor ingresó y empezó a dar la clase.

Algebra sin duda era una de mis materias favoritas. Era bueno en ello, pero el profesor Smith solía hacer la clase muy tediosa.

Media hora paso, y el profesor empezó a explicar otro ejercicio, pero fue interrumpido por un llamado a la puerta.

Sky apareció tras la puerta y fue a sentarse en silencio en una carpeta al fondo del salón.

— Me alegra que haya decidido honrarnos con su presencia—agregó el profesor—
— Ya—dijo Sky— pero no se acostumbre.

El salón empezó a reírse y el profesor empezó nuevamente con los ejercicios.

No pasaron ni diez minutos, hasta que la puerta del aula fue abierta de golpe, haciendo que todos nos asustáramos.

Cuatro policías ingresaron al salón y sólo uno de ellos traía su arma desenfundada, a los pocos segundos un hombre de terno ingresó y mostró su placa al profesor. Era un federal.

— Señorita Rollstone póngase de pie—dijo el hombre de terno—

Sky arqueó una ceja y metió su mano en su mochila.