1. West Shore abre sus puertas.

76 6 1
                                    

Troye Henderson


Me llamo Troye, Troye Henderson, y vivo en Tranquility Wood. Tranquility no destaca por ser un enclave comercial, ni mucho menos. Tampoco destaca por ser una metrópolis norteamericana. En realidad, somos simplemente una pequeña comunidad rodeada de pequeñas cordilleras que ha emigrado desde las últimas décadas. Mi pequeñísima ciudad fue en su momento una enorme excavación de oro. Los americanos habían descubierto dicho mineral allá por 1906, cuando el terremoto de San Francisco azotó a su ciudad, y que sería mencionado en una melódica canción por Rita Hayworth 40 años más tarde.

En 1951, cuando las reservas de oro eran más bien escasas, se decidió establecerse por fin en forma de comunidad civil. Atrajimos a cientos de capos de la mafia italiana que habían huido de Chicago, decenas de amas de casa buscando una vida tranquila lejos de Hollywood, y como no, estrellas de cine retiradas. Tal fue el boom que se construyó un cine al aire libre (sí, esos a donde iban nuestros abuelos a darse el lote). Tranquility consiguió adoptar en 1959 el premio de "Pueblo más americano" otorgado cada año a manos del propio Eisenhower. Las décadas aburridas y americanizadas de la Guerra Fría habían cesado, y Tranquility quedó a los pies del resto de ciudades cercanas. Los hippies de los 60's no se interesaban en nosotros, tampoco las discotecas de los 70's y muchísimo menos esas series enigmáticas de los psicodélicos años 80's.
No obstante, tras el mandato de Clinton -el del escándalo- se volvió a recobrar la vida. Tranquility dejaba de ser un enclave llena de patriotismo e ignorancia, nos convertimos en un pequeño pueblo lleno de oportunidades para jóvenes de todos lados.

Y ahí es donde entramos todos nosotros: "The Foxy Patrol" nos hacíamos llamar. Para que se sitúen: vivimos en una sociedad corrompida por los estereotipos y somos manejados por ellos incluso a veces sin darnos cuenta. Nosotros formamos un reducido número de chicos con ideas totalmente distintas pero que aún así permanecemos unidos y no nos separamos en tribus urbanas.

Entre los integrantes me localizo yo:

Troye Henderson. No me considero nadie en especial, un chico que saca buenas notas y pasa completamente de malos rollos. Aunque Victoria Evans -ahí entra una emo 2005 con complejo de Avril Lavigne a la cual llamo amiga desde que ambos tenemos conocimientos- diga lo contrario. De hecho, se le ocurrió la brillante idea de llamarme pijo antes de convertirnos en alumnos senior. Pero no quiero llamar la atención, hablemos de ella:

Victoria es realmente una chica que intenta filosofear para tumbar los ideales de otras personas a las cuales (correctamente) etiqueta como "desechos sociales". Le gusta la temática emo y esos estilos relacionados con las emociones y estrechamente enlazados con Kurt Cobain y la muerte. Ella es simplemente lo que los demás quieren ver, una fémina borde que al ser molestada es capaz de atacar con voz y garras a los incultos de turno. Alguien que realmente siente amor por algún que otro individuo sin ni si quiera demostrarlo.

Sophie Brown: es una chica negra, bueno, no tan negra... llamémosla marrón. Victoria y yo la conocemos desde el curso pasado, cuando la muy patosa tuvo un descuido y rozó su coche contra el mío en el aparcamiento del Jimmy's (aunque ella me sigue echando la culpa a mí). Nuestro encontronazo fue un poco... disruptivo, y desde ese entonces hasta hace poco más de dos meses nuestras esporádicas charlas se han resumido en: "Págame el coche, maldito estúpido". Siempre diré que Sophie no es más que una yegua salvaje a la cual hay que saber tratar para cogerle cariño. No es mala, es simplemente alguien impulsivo que suele escuchar las últimas canciones de TranquiWood Radio y las baila sin ton ni son.

Tracey May: forma parte del club de animadoras de West Shore Secondary School y, sin importar de ser una abierta y cálida animadora goza de popularidad y suele ayudar a los más desfavorecidos socialmente hablando. Es una chica dulce y extrovertida, tan extrovertida que cada primer sábado de cada mes hace una fiesta en su casa a las afueras del centro. Vive en una pequeña urbanización en Rose Avenue de madres y padres divorciados donde la casa más pequeña es de 180 metros cuadrados. Tal es su nivel económico que sus padres gozan de ser los primeros fundadores de los apartamentos "Riverside" para encuentros tórridos. Conocemos que tuvo una fortuita relación con el capitán de baloncesto del instituto Summerville (nuestro eterno rival) y por lo tanto fue destituida de su puesto como co-organizadora de eventos de animadoras estos tres últimos años.

Charlotte Smith: ¿Conocen la historia de la chica rubia que no es para nada tonta de Scream? Bueno, Charlotte es el ejemplo vivo, en carne y hueso. Trabaja como animadora cuando no está colaborando con su madre en el laboratorio de West Shore. Es muy exuberante y su cuerpo suele atraer a bastantes hombres. Aunque el puesto de femme fatale lo ocupa Beverly Taylor, la capitana del club de animadoras.
Nuestra relación siempre ha estado bastante distanciada y perjudicada por una malentendida broma. Charlotte sufrió en sus carnes el argumento barato de una película de terror. No obstante, supongo que estar en la misma clase durante el curso pasado nos ayudó a apagar la llama que todavía se colocaba en medio de nuestra posible amistad.

Ashley Highbrook: Ashley es la chica de la polémica, la chica de las noticias y la prensa rosa. Conoce a todo el mundo influente del instituto, y lo que hagas quedará grabado en su iPhone y expuesto para el resto de estudiantes. Gracias a ella los alumnos han conseguido aumentar sus votos en las elecciones para presidente del cuerpo estudiantil, incluido su partido: "PIECB" Partido Igualitario Estudiantil Contra el Bullying. Aspira a llegar a Silicon Valley y convertirse en la influencer que quiere ser. Alguien capaz de mover el mundo e impulsar modas, alguien con espíritu emprendedor y trabajador que lidere a los demás. ¡Vota a Ashley por la presidencia! Se mudó hace 2 años y nadie conoce su procedencia. Cuentan las lenguas antiguas que además de tener una familia adinerada su padre se ha visto envuelto en casos de corrupción y malversación de bienes en el condado de Pennsylvania.

Mary Maunier: Mary viene de una familia humilde del sur de Francia -¿un lugar llamado San Rafael quizás?-. Sus padres son franceses, aunque ella naciera en Colorado. Por lo que sabemos, conocía a Sophie desde la infancia y son consideradas mejores amigas. Vive en una antigua mansión victoriana del siglo XIX a un cuarto de hora de Tranquility -creo que cerca de Summerville-, sus padres se la compraron al antiguo dueño cuando empezaron a hacer dinero con su negocio: "La belle France", una cafetería de gran influencia entre los lugares a los que ir por aquí.

Andrew Hoffman: Hablando rápido y coloquialmente, es el deportista del grupo. Se las gasta nadando de aquí para allá en la piscina de West Shore. Incluso a veces le han visto nadando en el Río Moo. A pesar de haber estado toda su adolescencia en nuestro instituto ha pasado desapercibido hasta que conoció a Charlotte en una de las grandes fiestas de Tracey. Es gran amigo de la expareja de Tracey, pero eso sólo lo sabemos unos pocos. Supuestamente ella no se puede enterar puesto que desconocemos cómo reaccionaría. Aunque eso ya pasó hace tiempo.

Me encontraba abandonando mi casa, dirigiéndome otra vez a aquellas puertas metálicas. Dudaba sobre qué horario me podría tocar este año, y cada curso, mi desesperación crece mientras mis ganas de estudiar por el contrario decrecen. Quería saber qué me depararía de ahora en adelante. Los últimos días han sido un buen montón de rutinas aburridas sin nada interesante entre ellas, las cuales aborrecía. Pero confiaba en este curso, el último por cierto. La última oportunidad para disfrutar con mis amigos y mi familia antes de comenzar una nueva etapa en la Universidad.

Hay que apuntar que mi casa no se encontraba para nada lejos, vivo junto con Victoria y Charlotte en New Hill (uno de los varios barrios suburbanos de Tranquility) y mientras caminaba veía a esos que repetían, volvían, o simplemente se fugaban el primer día de clases.
De lejos vi a una chica vistiendo una clase de falda negra azabache, algo que obviamente se pondría una chica que conozco.

-¡Troye pedazo de mierda! -gritó Victoria caminando hacia mí- voy a sonar como una básica pero, ¿qué tal llevas tu primer día de clases?

Obviamente me encontraba contento de por fin verla. Después de un verano recluido en mi casa, veía su tan imponente y brillante negatividad. Victoria era alguien que podía utilizar la negatividad y la muerte como una virtud y no algo bizarro.

-Bueno, chica. Ando normal, recuerda que tenemos que esperar a los demás. No quiero ver con qué personas comparto clases sin apoyo humanitario de verdad -dije añadiéndole énfasis a la última palabra.

Ella suspiró.

-Podrías al menos aprender a ser un poquito más independiente, ¿no? -respondió.

Podíamos percibir el olor a motor quemado, como si fuera un... oh, sí. El antiguo Cadillac que había heredado Sophie de algún familiar. No iba sola de hecho, venía con ella Tracey May quéjandose del humo desprendido y todo el vapor que había encrespado su pelo.

-Tía, como no arregles la chatarra esa me lar-go -dijo con un cierto tono repugnante.

-Ja, ¿me lo pagas tú o qué? -respondió Sophie concluyendo la frase con un movimiento de manos, demostrando su auténtico flow.

La campana repicó. Había empezado el nuevo curso escolar.

Le rêve americainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora