SEVEN.

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-¿Qué has dicho?

-Que... ¿no voy muy sencillo?- Hacerle esa pregunta a Jin sobre un atuendo que él había escogido, no era para nada una buena idea. Me miró como si quisiese colgarme de la copa de un árbol durante una semana como castigo por mi osadía. Yo me limité a sonreírle con nerviosismo, dejándome mover como si fuese un muñeco. Me guió hasta delante del espejo de cuerpo entero que compartíamos en nuestra habitación, haciendo que me mirase de arriba a abajo. Seguía viéndome muy simple. Solo llevaba unos pantalones azul marino, demasiado ajustados para mi gusto, con unas roturas imperceptibles en las rodillas, y una camiseta de manga larga de líneas negras y blancas. Los zapatos... Bueno, eran de Jin, unas adidas blancas con tres estrellas a los laterales. Eso les daba un toque bastante bonito que sí me agradaba.

-Es mejor que en las primeras citas vayas normal- Comenzó a explicarme, sin dejar de acomodarme la ropa como si fuese mi madre, a la vez que hablaba- porque así, el día que explotes esta preciosidad tuya que tienes, se quedará tan asombrado que no podrá cerrar la boca por una semana.- Me dio un azote en el culo, haciendo que pegase un bote en el sitio y me riese dulcemente, tapándome la boca en el acto. Lo miré con curiosidad, viendo que abría un joyero de madera pintado a mano, de donde sacó algunos anillos de plata y unas argollas plateadas, totalmente lisas, que me tendió enseguida.- Toma, esto hará que te veas mejor.

Le hice caso, pero seguía sin fiarme del todo de Seokjin. ¿Porqué, de repente, parecía tan contento con que viese a Suga, cuando el primer día que le pregunté por él se enfadó tantisimo? Mientras me colocaba las argollas, lo observé a través del cristal, viendo que se sentaba en el borde de su cama, con la mirada perdida y pensativa.

-Hyung... - Le llamé suavemente, con la curiosidad impregnando mi voz, consiguiendo que sus ojos oscuros se fijasen en los míos. Me mostré dudoso al principio, pero terminé diciendo lo que tenía en la punta de la lengua desde esta mañana.- ¿Qué tienes en contra de Suga?

-...- Le oí suspirar, manteniendo el silencio unos segundos que se me hicieron eternos.- Estuvimos juntos en el instituto, y, bueno... No hacía cosas precisamente buenas. Le hizo mucho daño a mis amigos. Y a mi también. - Con esa elegancia suya, cruzó las piernas y apoyó un codo sobre su rodilla, reposando la barbilla en su mano.- Pero todos nos merecemos una segunda oportunidad, ¿verdad? Hani fue capaz de perdonarme a mi por lo que hice. Supongo que yo también puedo perdonarle a él. Eso sí, como te haga daño, te juro que... - Hizo un gesto con ambas manos de repente, simulando que cogía una bola de papel y la aplastaba su fuerza inexistente.- ¡Lo mato, Jiminnie! ¡Te juro que lo mato!

-¡Yah, Jin! - Me reí escandalosamente, consiguiendo que bufase y me insultase por lo bajo, aunque llegué a escucharle perfección.

No iba a negarlo, me encantaba que mi mejor amigo se preocupase tantísimo por mi. Junto a él y Hani, siempre me sentía protegido y querido, que era lo que más necesitaba en esos momentos tan importantes de mi vida. Le había mandado un mensaje al chico que despertaba tantas sensaciones en mi interior, y tras despedirme de Jin y caminar por los pasillos del solitario edificio de los cuartos masculinos, miré en Kakao las conversaciones más recientes, notando mariposas en el estómago cuando vi en su chat una contestación nueva.

[Chat con Suga]

16:51

Estaré allí antes de que llegues. ¿Hay algo que te gustaría hacer hoy?

¿Además de acabar en la cama con él? No, la verdad es que no me apetecía nada más. Aún así, mordisqueándome el labio inferior, le escribí una rápida respuesta.

16:58

¿Cine y cena?

Dicho y hecho. Cine y cena :)

Hala. Me había respondido súper rápido. Me apuré, metiéndome prisas para poder llegar al lugar donde quedamos. Lo pude ver desde lejos, apoyado contra la pared con los ojos cerrados y el cuello levemente alzado en dirección al cielo.

-Hyung. - Al parecer me escuchó, ya que entreabrió los párpados, sonriendo cuando nuestras miradas se cruzaron. Estaba guapísimo con ese jersey blanco de punto y los vaqueros negros.- Ya veo que llegaste antes.

-Te dije que lo haría.- Pude notar diversión en su voz, la cual me contagió a mi también, en forma de diminuta sonrisa.

...


-Flame of love es uno de los mejores vídeos que ha podido sacar Taemin. En serio, es genial, tienes que verlo. La melodía, el fondo, la ropa... Es increíble. - Volví a asentir, mientras me llevaba una patata a la boca y le observaba, totalmente ensimismado en lo que me contaba. No podía dejar de mirar como fruncía el ceño cuando algo no le convencía, o la manera en que sus ojos se achicaban al sonreír. Era muy guapo, y seguía sin creerme que estuviese allí con él, ambos cenando enfrente del otro y hablando como si nos conociésemos de toda la vida. -...¿y a ti hay algo que te guste hacer?

-Ah, ¿a mi? - Me señalé con un dedo, como si no me creyese que estuviese hablándome. Tras carraspear, mordí mi patata como si fuese Bugs Bunny con su zanahoria, tragándome los pedazos inmediatamente. - Bailar. Siempre me ha gustado. Estuve en una academia de ballet cuando tenía 5 años, hasta los 14. También hice danza contemporánea un tiempo.

El resto de la noche fue así, agradable y ameno. Suga me contó que él, Namjoon y Seokjin fueron juntos al instituto, pero que debido a su actitud acabaron distanciándose del último, que no quería meterse en problemas con los profesores, y mucho menos con sus compañeros de clase. Al parecer, Suga hacía apuestas con el resto de su grupo, para ver quien era capaz de, por ejemplo, quitarle la virginidad a los "frikis" de clase. No supe cómo sentirme al respecto. Me aliviaba que me lo hubiese contado, porque eso significaba que no me lo haría a mi, pero tener conocimiento de que ha hecho cosas tan horribles como esas, conseguía que la desconfianza se apoderase de mi interior. Ya lo pasé muy mal en el pasado, y me negaba a sufrir lo mismo solo por una cara bonita que se había cruzado en mi camino.

Después de empeñarse en que quería pagar la cuenta de los dos en el McDonald's, dejé que me acompañase hasta mi habitación, donde Jin se encontraba esperándome. Puede que ese chico me trajese loco, pero no lo iba a meter en mi cama en la primera cita. Ni en la segunda, ni en la tercera... No tenía prisas por llegar a eso. Además, era mi manera de demostrarme a mi mismo qué quería de mi, si solo que me abriese de piernas o algo más serio.

-Me lo he pasado genial. Espero que podamos volver a quedar muy pronto.

-Yo también.

-¿Entonces...? - Ambos parecíamos estar pensando en lo mismo, y sin querer le di rienda suelta a la situación que surgió segundos después cuando mis ojos brillaron en el oscuro pasillo. Apoyó la mano en la pared, a un lado de mi rostro, y se inclinó hasta que sus labios se encontraron con los míos. ¿Era exageración si decía que encajaban a la perfección? Los suyos eran pequeños y rosados, cálidos y suaves, y estuve a punto de caerme al suelo cuando me mordió el inferior, consiguiendo que los entreabriese y le diese paso a su lengua. Terminé por apoyar las manos en sus hombros, ladeando el rostro hasta que nos tuvimos que separar por la falta de oxígeno.- Que descanses, Jimin. - Me dio un último pico antes de separarse del todo, sonriéndome a la vez que se giraba para marcharse. Yo, bueno... Yo entré en el cuarto, y bajo la atenta mirada de Seokjin, me puse de puntillas en el suelo y, llevándome las manos a la cabeza, grité como toda una colegiala de 15 años, que era exactamente lo que me sentía en ese momento.

Chocolate eyes. | Yoonmin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora