Besos dolorosos. |Parte 1|

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La mamá de Erick, a duras penas nos deja pasar a su casa, y lo primero que veo es una linda chimenea.

-Sientense, Erick no ha de tardar de llegar de su trabajo- nos dice a ambos.- ¿Quieren café?- asentimos.

La señora se pierde en una habitación, que al parecer es la cocina.

-¿Oíste? Erick tiene trabajo, ¿Crees que se vaya a quedar aquí?- pregunta.

-No lo sé, no lo sé Dinah- respondo ido.

El no se puede quedar aquí, ¿Que pasará con nosotros?

-Aquí está el café- nos entrega dos tazas y le agradecemos.

La señora se sienta en un sillón cerca de la chimenea, toma también su taza y observa.

-¿Quién eres? ¿Que fue lo que pasó entre tú y Erick? ¿Que le hiciste para que el tuviera su corazón roto?

Nada señora, no le hice nada, simplemente el recibió lo que me dio.

-Ambos nos lastimamos- fue lo único que dije.

La señora da un sorbo a su taza y la deja en una mesa de centro.

-¿Quién eres?- pregunta.

La miro y después paso saliva.
Duele hablar de nosotros.

-Fuimos amigos con derechos- ella suelta un grito de sorpresa.- Por cosas del destino, el me hizo mucho daño, uno que no detuve, me enamoré de el, terminamos, y cuándo el quiso darme una oportunidad ya era demasiado tarde- respondí a su pregunta, dándole una mentira.

No podía decirle que Erick era mi profesor.

Dinah apretó mi mano dándome apoyo.

-¿Demasiado tarde? ¿Tenías a alguien más?- negué.

-No, el se acostó con otro y me restregó en la cara que el era mejor que yo, no pude con el dolor, decidí olvidarlo- dije tragando mis lágrimas.

Y sin querer, la primera lágrima cayó.

-¿Lo amas tanto, para luchar por el?- dijo mirándome.

Y con sinceridad le contesté.

-Lo amo tanto que me iría al infierno solo por estar con el.

Un ruido nos interrumpe, la puerta fue abierta, mi cuerpo comienza a temblar por los nervios.

-Creo que es hora de que hablen.

-¿Mamá?- su voz, es su voz.

Estamos a espaldas de el, nos ha visto, pero no sabe que somos nosotros.

-¿Querés que me vaya mientras están tus visitas?- su mamá negó.

-Creo que está vez la que sobra soy yo, tu tienes mucho de que hablar con este señorito- no puedo ver la cara de Erick.

-¿De qué hablas mamá?

Me giro y después de tanto tiempo, lo tengo enfrente, sus ojos se iluminan, pero su cara demuestra lo contrario.

-¿Joel? ¿Qué haces aquí? ¿Cómo me encontraste?

Me acerco más el, pero no lo toco.

-Por ti moví cielo, mar y tierra- le dije.- O tal vez solo chantajeamos al director.

Erick me miró sorprendido.

-Necesitamos hablar, no vine a España solo para estar mirándonos.

-Joel no hay nada de que hablar- dice.

-Nosotras nos vamos, andando niña- y las dos nos dejan solos.

Sigo mirando a Erick, pero el solo mira a otro lado.

-Te amo- digo.

-Yo también, pero no podemos estar juntos.

Me acerco a el y sin que se lo espere, lo beso, el intenta apartarme, pero no puede, sus labios se fruncen.

Mis ojos se llenan de lágrimas, duele que el no me corresponda, el beso que tanto esperaba, se convierte, en uno doloroso.

Me separo de el y lloro con dolor.


Ilegal |Joerick| |EN EDICIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora