Aquí me encontraba yo, nuevamente con el corazón roto por un verdadero idiota.
-Es un verdadero estúpido si no quiere estar contigo Jess, digo ¡mírate! ¿a quien no le gustaría estar con alguien como tu?- me consolaba mi querida amiga Bell.
-Es cierto, el no se merece tus lagrimas, de hecho...¡NOS VAMOS DE FIESTA!- dijo mi otra amiga Roo, mientras se paraba apresurada del sillón de donde estábamos y empezaba a sacar cosas de su armario.
-La verdad es que no tengo ganas chicas- dije mientras comía mi segundo paquete de chocolate sahne nuss.
-Ah no, de eso ni hablar Jess, tu paras tu lindo y grande trasero y te vistes irresistible, por que hoy vas a conocer a chicos nuevos.
-Vamos a dejarte irresistible para que ese tal por cual se arrepienta de haberte dejado-dice Roo mientras me pasaba una toalla por la cara.
-Pero puede ser que el ni siquiera esté ahí- dije mientras sacaba un par de papas fritas.
-¡Y que importa! hoy conseguiremos hombres-dice Bell mientras me tira un vestido corto y apretado por la cabeza.
Y así comenzó la noche, Bell y Roo se encargaron de que mis ojeras y que mi mala cara se camufle con el maquillaje, Roo nos prestó ropa a las dos y nos fuimos al famoso PUB-TQUILA.
Llegamos al rededor de las 11 y ya habíamos tomado 10 shots de tequila y bailado con mas de 10 hombres. Personalmente el alcohol no me pega fuerte, suelo tener buena resistencia, en cambio a mis dos amigas les pegaba enseguida.
2 de vodka, 3 de pisco y un shot después...
Me encontraba bailando con un chico muy guapo, alto de ojos color verde y de pelo castaño, cuando de repente este se me acerca para, claramente, besarme. Yo como no estaba tan consciente de lo que hacia, le seguí el beso -lo hubiera hecho igual de haber estado completamente consciente, ya que estaba buenísimo- me agarró de la cintura y me acerco más a el.
Después de un par de segundos, ya estaba contra la pared con este extraño besándome.
Debo admitir que besa bien... bastante bien.
En el transcurso del beso nos fuimos corriendo hacia atrás sin importarnos si chocábamos con algo, cuando me levanta de la cintura y me apoya contra la pared mientras me besa apasionadamente, mis piernas instantáneamente se enrollan en sus caderas mientras sus manos me recorren entera y me presiona hacia el. Me da besos por el cuello y me succiona lentamente la piel. Por una milésima de segundo, nuestras miradas se encuentran, y el me regala una sonrisa traviesa en la que se le marca un hoyuelo en la mejilla derecha.
Luego de besarnos por un largo rato, de la nada me aparta, me mira con los labios rojos e hinchados y me toma la mano llevándome a un baño, cierra la puerta y me besa de nuevo.
No estaba pensando en lo que estaba haciendo, yo no suelo hacer estas cosas, pero a estas alturas ya nada me importaba.
Lo iba a pasar bien esta noche.
Nada, ni nadie-ni siquiera Mark-me lo iba a impedir.
El chico, el cual no tengo idea su nombre, me apoya de nuevo en el aire contra la pared, quedando nuevamente yo con las piernas a su al rededor, el me agarra de la cintura mientras mete una mano por debajo de mi vestido, yo de modo desesperado agarro su camisa y se la saco, me sorprendo un poco al ver tan marcado su abdomen, pero luego me desconcentro por los movimientos de su mano por debajo mio. Siento una presión fuerte contra mi parte baja, lo que hace exaltarme y sentir mas ganas de este chico que besa de maravilla.
Instintivamente empiezo a hacer movimientos circulares con mi cadera, queriendo sentirlo. Cuando ya no aguanto mas, me armo de coraje y meto mi mano en su pantalón, adentro de su bóxer, acercándolo lentamente a mi entrepierna. Él antes de que yo pudiera hacer nada, rápidamente me come la boca y me mete un dedo, yo quedo extasiada queriendo mas, lo que me hace gritar un pequeño orgasmo.
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Estado de imbecilidad transitoria.
Romansa¿Acaso es culpa de Jessica Oliver enamorarse del chico más cretino de la facultad? Desde esa noche, todo cambió. ¿Quien dijo que besarse con un desconocido era malo? La palabra ilusión, se ha vuelto su mejor amiga desde que lo conoció.