Parte 1: Inocencia

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Alec realmente se encontraba asustado al ver aquel ejército en la playa temía saber que era lo que podía pasar, tan perdido se encontraba en sus divagaciones que no presto atención a lo que ocurría a su alrededor ya que el rubio aun lo sostenía de la cintura mientras daba las órdenes a seguir.

Sintió un escalofrió subir por su espalda y por primera vez fue consciente con desconcertante terror de quien era Sebastián Morgansten y de lo que era capaz de hacer porque si algo estaba más que claro era que el rubio planeaba atacar.

Alec conocía perfectamente la absoluta desventaja en la que se vería involucrado el instituto ante un ataque como el que estaba a punto de realizarse, se imaginó el instituto siendo atacado con Jace, Clary, Izzy e incluso Simón defendiéndolo y terminando heridos a manos de Sebastián.

─tranquilízate─ le dijo Sebastián al momento de que comenzó a acariciar la cintura del ojiazul ─te lo dije, no les hare nada mientras tú me obedezcas─

Alec deseaba tanto poder empujar a Sebastián ,correr lejos de ese lugar y de la presencia del rubio pero sabía que sería inútil siquiera intentarlo además de que no estaba dispuesto a permitir que lastimaran a sus seres queridos así que con los ojos cristalizados por las lágrimas retenidas permitió que el ojinegro lo besara con posesividad mientras los orbes azules se veían abnegados en un llanto silencioso, el rubio le había entregado una capa con la cual fue fácil cubrir su presencia, aun no entendía que era lo que el rubio se proponía casi deseaba volver a estar encerrado en aquella alcoba de Edom con Sebastián a presenciar aquella matanza sin sentido.

Cuando el ataque al instituto de los ángeles comenzó una parte del ojiazul se sintió aliviado al saber que no era el instituto de new york pero ese alivio pronto se transformó en horror al ver como los adultos del instituto eran convertidos en oscurecidos y con pánico observo al joven que a pesar de verse en desventaja intentaba defender aquel instituto ,alec sabía que aquel adolescente pronto moriría después de todo era consciente de que aquella batalla demostraba que el demonio a su lado tenía una gran ventaja.

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"no intervengas"

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"no intervengas"

Era el único pensamiento que se repetía al ver como el adolescente era golpeado con brutalidad , alec deseaba tanto deshacer aquel agarre férreo de su cintura y ayudar al chico pero temía las consecuencias de su rebeldía pero cuando observo a ese niño intentar defender a su hermano mayor y a aquella niña sostener a un pequeño fue consciente de que el rubio no dudaría en matarlos , el recordaba la desesperación que sintió al saber que no pudo salvar a su hermano menor , sin darse cuenta las lágrimas seguían cayendo de sus ojos azules y sin meditar pensamiento alguno golpeo a Sebastián en el estómago quien sorprendido lo soltó y retrocedió algunos pasos ,alec sabía que sin runas se encontraba en desventaja pero aun así había logrado arrebatarle un cuchillo serafín al propio Sebastián

─ ¡Miguel! ─ exclamo al tiempo que atacaba a uno de los oscurecidos que sostenía al joven quien lo miro sorprendido, la capa había caído revelando al joven ojiazul que se enfrentaba a tantos demonios y oscurecidos como le era posible, los niños observaron estupefactos como el pelinegro los defendía de aquel rubio

─VAYANSE AHORA─ el joven aun sorprendido y contrariado asintió antes de tomar a ambos niños y correr hacia la dirección que alec estaba seguro era el despacho del director del instituto, el pelinegro sabía que estaba cometiendo suicidio cosa que no le molestaba siempre y cuando pudiese salvar a esos niños, luchar contra Sebastián estaba entre la lista de las tres cosas más estúpidas que había hecho, pero no le importo.

Alma Corrompida  parte 2 : FrágilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora