iii.

14 5 2
                                    

—Josh Dun everybody—intentó imitar un acento británico mientras alzaba sus brazos triunfante.

—Desde norteamérica hasta Europa—murmuré mirándole con atención una y otra vez, de arriba hacia abajo para convencerme de que él estaba parado en el planeta tierra y yo no me encontraba en una ilusión.

—Feliz de verlos así de impresio-

Mi amiga no fue capaz de terminar su oración. Rápidamente avanzamos hacia el otro hasta provocar un choque de nuestros cuerpos en un brusco abrazo. Valió la pena el dolor, me llegó al corazón. Ese contacto había hablado más que las palabras podrían. Un lenguaje único, transmitía toda la tristeza que tuvimos que pasar al no vernos y podía hasta contar todo. Tras unos minutos así, nos logramos separar de esa cómoda manera de sentir sus brazos alrededor de mi cintura y los míos en su cuello. En mi mente en vez de polillas, revoloteaban mariposas, un universo entero.

—Cuatro malditos años, bro. Y te extrañé como la puta madre.

Ahí estaba, Josh bendito Dun maldiciendo.

—Iconic—se oyó la voz de Alexandra un poco más chillona, dando brincos de felicidad.

Decidimos entrar a mi casa. Yo ni siquiera sabía como reaccionar si soy honesto. Me bloqueaba a ratos y no sabía cómo comenzar una conversación interesante con él. Bueno, entre los tres.

—Tu casa es—dio una vuelta completa en su puesto al mirar todo—tristemente monótona, pero amplia. ¿No piensas ponerle más viveza?—criticó haciendo un ademán para luego llevar su mano a su barbilla, pensando.

—Ya van dos veces que escucho eso en el día—reconocí negando con la cabeza y riendo—chicos, ¿qué tienen contra mi manera de decorar?

—No soy la única viste—Alexa sonrió y sacó su móvil que vibraba—permiso—hizo una seña y se adentró a la cocina, dejándonos solos.

—Adelante—sonrió el hombre al lado mío—Tyler, ¿recuerdas cuando visualizábamos nuestra futura casa? Insisto, esto no parece nada como de lo que hablabas tú—dirigió su mirada hacia mi.

—Claro que recuerdo—pausé—pero dime ¿acaso tú tienes tu habitación o sala de estar con aliens y galaxias?

—Por favooor, todo el espacio me fascina así que... No esperes que sea aburrido como tú. ¡Deberíamos personalizarla!

—Podríamos hacerlo algún día—sonreí lo más sincero que pude.

—Ty, estoy tan emocionado—comenzó a simular que sus dedos eran baquetas y los golpeaba en el respaldo de una silla—porque por fin te puedo ver y debo contarte una noticia fenomenal.

No me sorprendas o sorpréndeme.
Era todo lo que podía pensar en ese momento.

—Sigues ansioso como siempre ¿no? Te escucho.

—Uh bueno, yo... Dios.—paró de mover sus dedos—Ni sé para qué lo nombro si no existe. No sé cómo decirte esto—una risita se escapó de sus labios y pude sentir un golpe en el pecho.

Miré hacia otro lado. Si tan sólo supiera cuántas veces le pedí a ese Ser superior y considerado inexistente por él, por su propia existencia.

—Está bien, continúa. Siéntete cómodo, fuera nervios.

Lo decía la persona más nerviosa.

—Tus manos tiritan—respondió notando mis acciones—¿cómo te has sentido últimamente? soy el peor amigo, después de mucho primero comencé a decir cosas mías y no me tomo el tiempo para preguntarte sobre lo más importante; tu bienestar.

—Tranquilo, en serio. Pronto tendremos tiempo para conversar lo que sucedió durante estos años eternos—ladeé mi cabeza sonriendo.—¿qué es lo que te inquieta, Josh?

La rubia apareció bajo la estructura con forma de arco de la sala de estar.

—Bueno ahora que otra personita importante está aquí—se dirigió a ella y luego a mi—me voy a comprometer—suspiró—Ya me siento preparado y supongo que él también. Quiero que el primer paso sea formal.

Alexa quedó boquiabierta para luego lanzarse al cuerpo de Josh y llenarlo de besos en la cara. Ambos se abrazaban riendo y pude reconocer que por un momento me desvanecí. Ya no me sentía del todo allí parado. No estaba listo para oír eso, sin duda.

Eso era lo que faltaba.
Que él esté a un paso de algo más serio y amoroso. Que yo debía superarlo de una u otra forma por más inesperada y dolorosa que sea.

—Wow Josh, yo-yo...

¿Cómo mierda disimular?

—¡Me alegra escuchar eso! Felicidades, qué hermoso—fingí emoción al unirme al abrazo grupal. Todos sonreímos al separarnos y mirarnos a los rostros (o eso intenté).

—Me encantaría que estuvieran presentes ahí. Ya saben, en el momento de la propuesta.

—Y después la fiesta, eh.—traté de animarme al decir eso.

—¡Obvio que estaremos! ¿no Tyler?

Asentí abrazando nuevamente a Josh para poder botar algunas lagrimitas al estar refugiado en su hombro.

—Pero, prácticamente estaríamos tocando el violín*... Digo, yo y ésta—reí y apunté a la chica a mi lado. Mi broma funcionó y también rieron a carcajadas.

—Ooh, bro. Me diste una idea—Josh tocó mi hombro sonriente.

Ya sentía las lágrimas internas, estaba gritando.

—Estoy pensando lo mismo—soltó Alexandra también.

—¿Qué? No digan que me anime a tocar el violín.

Sus miradas chocaron. Sonrieron. Era un signo de aprobación sin duda a mi frase que claramente iba con sarcasmo pero al parecer ellos no le tomaron ese sentido. Rodé los ojos simpático.

—Hombre... Vamos—mi amiga tocó mi brazo con delicadeza.

—Has pasado años sin tocar en público... Eres un gran artista, sería un momento súper cute y-

—Está bien, Joshua. Si te hace feliz, me apunto.

No estoy del todo convencido. Miento, ni siquiera un 1%. Pero sus ojos irradiaban ilusión, confiaba en que podía hacerlo cuando ni yo mismo podía. Sería un regalo.

Un regalo sacrificado,
Un regalo no pensado.
Pero veamos si sale bien elaborado.

*La acción de tocar el violín, no literal. Es un modismo que se refiere el acompañar a otra pareja, mientras la persona  que va, sobra. Usualmente algo muy incómodo (?) Solo aclarando por si no sabían, besos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 06, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

broken strings {joshler}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora