¡Es cierto que Dios cumple nuestros sueños!

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Este es el testimonio de una chica joven y guapa, llamada Belén Manrique, quien se marchó a Etiopía sin billete de vuelta. La gran pregunta es ¿qué lleva a una joven profesional a dejarlo todo por una tierra desoladora y desértica? Esta historia, que encontré en la revista Misión número 35, me parece una de las más bonitas que haya leído jamás.

¿Cómo reaccionaste cuando advertiste que Dios te podía estar llamando a una vocación distinta a la del mtrimonio?

¡Al principio me negué en rotundo! Quería casarme a toda costa, y lo de estar llamada a vivir encerrada en un monasterio me parecía el peor de los castigos. Pero, providencialmente, empecé a trabajar en la revista Misión y comenzaron a llegarme testimonios de personas cuya vida estaba infinitamente más llena desde que habían situado a Dios en el centro de sus vidas para seguirle radicalmente. 

¿Qué hiciste para discernir tu vocación?

Comencé a visitar varios conventos de clausura. Por un lado, me atraían las monjas, la alegría y la paz que reflejaban en su rostro pero, por otro, no sentía que yo estuviera llamada a una vida contemplativa. Eso sí, desde muy joven había tenido el sueño de ir a la India de misiones con la orden de la Madre Teresa y logré  cumplirlo en el verno del 2009. Ahora me doy cuenta de que ese sueño no era mi sueño, sino el plan que Él tenía para mí.

¿ Qué fue lo que más te impactó de esa misión en la India?

Curiosamente, no fue la pobreza, sino conocer la intensa vida de oración de las monjas y su forma de rezar ante Jesús en el Sagrario.

¿Cómo influyó esto en tu vida?

Antes de esta experiencia, yo era la típica joven que lleva una doble vida: la mundana y la cristiana. Pero cuando empecé a sentir que Dios me llamaba a servirle, comencé a ir todos los días a misa, porque sentía que recibirle me ayudaba a no asustarme de lo que Él pe pidiese...

Más tarde, fuiste a Etiopía de voluntaria, ¿con qué te quedaste de esa misión?

Con las Misioneras de la Caridad en Etiopía, yo y una amiga trabajamos en un orfanato para niños con discapacidades y con sida. Al principio, me sentí inútil porque las misioneras lo tenían todo organizado para no depender de los voluntarios. Pero sentirme inútil me hizo darme cuenta de que no era yo la que iba a ayudar a nadie, sino que tenía que ser Dios a travéz de mí. Descubrí también que se puede ser feliz sin hacer grandes actos de heroísmo, pero sí viviendo para los demás y dejándome sorprender por Jesús cada día.

Belén regresó a España, donde econtró un trabajo muy bueno en una multinacional de seguros, por lo que se olvidó de su llamada y se dejó enolver nuevamente por el mundo.  Sin embargo, un día llegó a sus manos la historia del Padre Christopher Hartley, narrada por Jesús García, en los bateyes de la República Dominicana. Y fue entonces cuando se dijo: "Qué hago aquí sentada delante de un ordenador cuando en realidad lo que quiero es estar en la misión?"

¿Te comunicaste con el padre?

Al principio no me atreví y lo dejé pasar. Pero veía tanto sufrimiento en el mundo y yo, qe había recibido el regalo de conocer el remedio, no lo estaba anunciando. Pensaba en irme a vivir a Etiopía , pero no quería hacerlo por mi cuenta, (...) así que le escribí al padre Christopher  para conocerle, y me invitó a visitar su misión.

¿En qué momento decides dejarlo todo para viajar a Etiopía sin billete de vuelta?

Cuando acudí a la misión del padre Christopher vi claramente que Dios me pedía quedarme con la religiosa que se encontraba allí para hacer presente Su amor entre la población somalí. Además, advertí que el deseo venía de Dios porque a mí, humanamente, no me atraía vivir en el desierto y no iba a poder evangelizar abiertamente, ya que aquí la población es musulmana. Aun así, tomé la decisión con mucha paz y alegría. 

¿Estás allí para quedarte?

Estoy aquí el tiempo que Dios quiera. Es apasionante dejar que Él decida. Acabo de llegar y tengo que ir averiguando cuál es mi lugar aquí, pero ya he comenzado a aprender el idioma y a ayudar al padre Christopher y a la hermana a abrir el centro nutricional y educativo que están terminando de construir para la población somalí, y también espero colaborar en las misiones que vayamos comenzando en el futuro.


¡¡Lamento haberme tardado tanto en publicarla, la empecé a copiar hace ya un mes pero con tantos pendientes no había tenido tiempo de acabar!! Espero que les haya gustado.




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