Capítulo 2

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Rápidamente Camila le abrió la puerta a Gerardo quien desesperado intentaba abrirla, y al entrar y cerrar la puerta se dirigieron a la habitación de la cual se seguían escuchado los llantos de la bebé.

Gerardo comenzó a empujar la puerta con fuerza, mientras que Camila envuelta en llanto y desesperación, comenzó a rezar repetidas veces.

Después de algunos intentos finalmente la abrió y al entrar, por fortuna estaba la bebé sobre la cama, ya no estaba llorando y se veía tranquila, pero no había rastros de la mujer. Camila la cargó y la reviso de su pequeño cuerpo y al parecer estaba bien. Gerardo seguía en busca de esta mujer, abrió la ventana que daba para un pequeño patio y mientras apuntaba con su arma observaba cuidadosamente el área.

Después buscó por toda la casa, Camila iba detrás de él y no se le despegaba.

-que está pasando mi amor? Quien era esa mujer? Le preguntó Camila a Gerardo.

-no lo sé mi amor, le respondió Gerardo, se le veía en su rostro una expresión de mucha preocupación y miedo.

-seguro quería a la niña, pero como entró? Le pregunto nuevamente Camila.

-quizás por la ventana, pero no me explico cómo fue que atravesé la puerta, le respondió Gerardo.

-claramente no entró por la ventana, le dijo Camila

-Por donde más entraría entonces? Le preguntó Gerardo un poco exaltado.

-la ventana solo se abre por dentro, y no la rompió, le dijo Camila mirándolo fijamente. Además como explicas lo de la puerta? Y lo de la niña arrastrando por todo el piso de la sala! Añadió con tono molesto.

-no lo sé! Que estas insinuando? Le preguntó Gerardo.

-quizás se trate de una....

Gerardo la interrumpió. -Una qué?

-una bruja! Dicen que cuando hay niños recién nacidos las brujas los asechan por las noches. Le respondió Camila.

-no lo creo, debe haber otra explicación, no creo en esas cosas. Le dijo Gerardo

-lo sé mi amor, pero que explicación se le da a esto? solo espero que no vuelva a pasar. Le dijo Camila mientras lo tocaba por la espalda.

Gerardo en ese momento comenzó a sentir una molestia en sus hombros.

-que pasa mi amor? Le preguntó Camila preocupada.

-son mis hombros, siento que me queman. Le respondió Gerardo mientras se quitaba la playera.

La mirada de Camila cambio totalmente al ver que en sus hombros tenia las marcas de las manos de esa mujer, eran color negro y eran muy largas, ni siquiera parecían manos humanas.

-me marcó las manos esa mujer, dijo Gerardo mientras se veía al espejo.

-te duele mucho? Le preguntó Camila.

-no mi amor, ya se me pasará, le respondió Gerardo sonriendo tímidamente.

En ese momento se vistieron y se fueron al hospital para hacer que revisaran a la bebé, no dejaron de preocuparse por ella, ya que quizás esta mujer le había hecho algo de lo que no se dieron cuenta.

Igualmente aprovecharon para revisar las marcas de Gerardo, pero al parecer no era nada grave, les dijo el doctor que eran solo marcas, como si de un golpe se tratara.

Afortunadamente ambos estaban bien, y una vez terminada la consulta médica se regresaron a la casa, esta vez la bebé durmió con ellos.

Durmieron poco ya que quedaba poco para que amaneciera, pero Camila no dejaba de preocuparse de lo que había pasado, despertaba varias veces para revisar que su bebé estaba con ellos, puesto que estaba convencida de que esa horrible mujer era una bruja.

La BrujaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora