Parte 2: Cuánto vale la vida?

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Grace se quedó boquiabierta al ver el espectáculo que contemplaba ante sus enormes ojos.

—Pero eso qué es? Menudo par de tarados! — trató de darse la vuelta y huir pero algo se lo impedía. La mano de uno de los zombis le aferraba fuertemente el tobillo. Lo agarró con una mano y se soltó.

—Y vosotros se puede saber de dónde habéis salido? —dijo apuntando con la mano zombi a Stace y a Bronn que estaban concentrados en registrar los cadáveres. Apenas parecían inmutarse ante los gritos de la muchacha.

—Podrías hacer un poco menos de ruido. Las bestias volverán pronto y no quiero que me pillen por aquí cerca cuando eso pase. — bajó la pañoleta que le cubría la mitad del rostro dejando a la luz una enorme cicatriz que le cubría la barbilla.

— Cómo te has hecho eso? —parece reciente.

—El enano dejó escapar un leve bufido y dirigió una mirada a su acompañante. —Cuando esta mierda empezó me pilló trabajando en el circo. Por aquel entonces me dedicaba a hacer trucos con una acompañante que me ayudaba. Un día la gente empezó a alterarse. Uno de los muertos atacó a chico del algodón de azúcar provocando una estampida. Fueron tan bestias al correr...Incluso la gente que se encontraba dentro de la noria. Saltaba desde las jaulas, dónde se ha visto eso? Era algo realmente preocupante. Total que la multitud me arrolló, alguno de los transeúntes llevaba un objeto cortante, creo que era un cuchillos. Una navaja quién sabe, el caso es que me cortó desde el mentón hasta la parte superior del labio en uno de los impactos. Caí al suelo y la gente me pasó por encima, dándome por muerto. Horas después Stace me encontró moribundo con varias costillas fracturadas, por suerte bajo sus cuidados logré recuperarme. Me contó lo que estaba pasando y no quise creerla, hasta que me di por convencido al ver a una manada de esas criaturas acercándose hacia nosotros con la boca rodeada de sangre y los ojos con la mirada perdida. Era algo inaudito. Cogí un rifle de la caseta de tiro y me dispuse a hacerles frente, pero las balas apenas les hacían daño, así que decidí fugarme con mi salvadora como bien pude. Hasta ahora hemos sobrevivido porque Stace es buena lanzando cuchillos y yo soy bueno con el rifle. — acarició tiernamente la cubierta de su arma. – Quién me iba a decir a mí que tantas horas jugando en esa caseta ahora me serían de utilidad, qué digo, me salvaron la vida! —

Grace, que hasta ese momento había permanecido ensimismada escuchando la historia volvió en sí.

— Vaya, qué historia tan tierna...— bajó lentamente el brazo zombi.

—Y tú viajas sola? Muchas gracias por intentar ayudarme aún sin conocerme. — Stace estaba ocupada saqueando pero había decidido intervenir. Intercambió una leve mirada con Bronn y prosiguió:

— Estás sola? Si quieres puedes venir con nosotros, no es que seamos gente super amable, o super educada, pero nos soportamos y sobrevivimos. —

Lo meditó brevemente.

—Tenéis un poco de agua? Hace días que no encuentro agua potable. —

Poco a poco se fue aproximando a sus nuevos amigos y les ayudó en la tarea de saqueo.

—La verdad es que nos queda poca, pero bébetela. Encontraremos más por aquí.— le tendió la cantimplora.

—Muchas gracias. Tengo demasiada sed. — bebió un breve sorbo y cerró el recipiente.

—Todavía he dejado algo, por si luego la necesitamos...—

—De acuerdo, y bien. Por dónde continuaremos buscando recursos?—

Los tres dieron un breve vistazo a sus alrededores, empezaba a levantarse un viento fuerte, no tardaría en comenzar a llover.

— En las calles que dan a la entrada de la ciudad he visto comercios con los escaparates intactos, tal vez ahí podamos encontrar algo de utilidad...—sugirió Grace dubitativa.

—Démonos prisa si no queremos que nos pille la tormenta.1—apuró Bronn mientras recogía sus cosas.

Los tres se encaminaron hacia una de las calles secundarias cuando empezaron a escuchar un sonido inconfundible, una enorme horda se acercaba hacia su posición, se habían puesto a hablar en el momento menos indicado.

Los tres se miraron con auténtica cara de pánico en el rostro.

—Hora de buscar refugio! —dijeron al unísono.

Se apresuraron a forzar una puerta que daba al interior de un edificio que por lo pronto parecía bastante seguro. Los cristales eran reforzados. Y las puertas tenían cierres de seguridad.

— Estamos en un banco?— se sorprendió Stace. Al momento cientos de rostros putrefactos se estamparon contra las vidriera reforzada, por suerte soportó bien el impacto.

—Pero mira que sois feos cabrones. — Bronn no podía evitar hacerles muecas a los muertos que lo único que hacía era enfurecer más a los cadáveres andantes.

—Bronn no seas crio. Pongámonos a buscar algo útil o una salida, o algo...—

—Anda! — colgado de un asiento se hallaba una pistola todavía envuelta en su funda. — Parece que hoy hemos tenido bastante suerte, primero las armas de los idiotas de antes y ahora una pistola! —

—Ahora las balas nos sobran lo que necesitamos es comida y agua. —

—Cuando los muertos se dispersen buscaremos un supermercado, ahí hay mucha comida y agua embotellada. Después de seis meses todavía tiene que poder beberse...— el optimismo de Grace era palpable y animaba al grupo.

— Habéis oído de algún campamento o algún sitio seguro? —

—Nada aparte de esa secta de cabronazos, hubo una ocasión en la que casi caemos en su trampa, una pareja de chicas se nos acercó. Una venía cojeando y la otra la sujetaba con la cara muerta de miedo. Nos pidieron ayuda y nosotros se la ofrecimos...Tontos de nosotros. En cuanto estuvimos lo suficientemente cerca de ellas, una se agachó para sentarse y le ví un pedazo de cuervo, pudo habérselo hecho antes de que esto pasase, pero además con tinta roja? Demasiada casualidad. Hice una señal al pequeñín y en cuanto pudimos nos deshicimos de ellas. Quién sabe, igual sus refuerzos estaban de camino.—

—Igual sus refuerzos están ahí fuera muertos.— sonrió Bronn mientras miraba al exterior. —A esos capullos los encontramos después de que nos topásemos con las chicas, demasiada casualidad diría yo.—

—Y como es que confiáis en mí? 1—inquirió Grace, podría ser de los suyos y estar tendiéndoos una trampa.1—intentó poner cara de malvada, aunque en vano.

—Tú no eres como ellos, lo supe en cuanto te vi la cara de miedo que pusiste al apuntarlos con aquellas dos armas, fue inteligente usar la que estaba descargada también.—

—Pero...cómo sabías eso?1—

—Fácil, esa arma no la disparaste en ningún momento. Era evidente que querías infundir temor.—

—Ya pues, la que estaba cagada de miedo era yo, no tenía ni idea de que les estabais tendiendo una emboscada a esos malnacidos. De haberlo sabido hubiese quedado mirando como trabajabais.—

—Sí, pero intentaste ayudar aún arriesgando tu vida, y eso vale mucho.—

—La vida hoy en día no vale nada...— dijo bajando el tono de voz.

—Te equivocas, la vida es un regalo maravilloso.—

—Mirad! —Bronn señalaba el exterior. —Los zombis están cayéndose al suelo. Parece alguien les está disparando, maldita sea. Nos han encontrado!—

CrazyZombieWhere stories live. Discover now