¡Ding Dong!
...
¡Ding Dong!, ¡Ding Dong!
....
¡Ding Dong!, ¡Ding Dong!, ¡Ding Dooooong!
Salto de la cama y con los ojos entreabiertos cojo el móvil, lo enciendo y me encuentro con 69 llamadas de mi hermana. Al ver las llamadas me doy cuenta de que están llamando al timbre. Así que salí de la cama y fui corriendo a abrir la puerta. Era mi hermana....
-Ya era hora... -Dijo ella.
-¿Quéeeee quieres Anabel? -Le dije mientras bostezaba.
Mi hermana en vez de contestarme pasó al salón y se fue a la cocina. Para cuando cerré la puerta ella estaba en el sofá con una Coca-Cola. Mirando a su reloj y me dijo:
-Las 13:00h y ¿seguías durmiendo? ¿Sabes qué día es hoy?
Mientras iba al salón le contesté... -¿Hoy? Jueves.
-¡sí! Jueves y... ¿no se te ocurre nada que tuvieras que hacer hoy?, por ejemplo, una entrevista de trabajo a las 12:30h querido hermanito...
-¡Mierda! ¡Es verdad!
Hoy tenía una entrevista de trabajo que mi hermana me había conseguido en una empresa donde trabaja una vieja amiga suya. No me había acordado, siempre tengo la cabeza en otro lado y por si fuera poco esa entrevista era en una de las empresas más importantes de nuestro país.
Me da por echar un vistazo al reloj, eran las 13:00h y empiezo a volverme loco y me visto tan rápido como pude, aunque la verdad, acabé con los calzoncillos por encima del pantalón y la camisa al revés, estaba claro que este no era mi día. Por el contrario, mi hermana soltó una carcajada y me hizo una foto (como hacia cuando vivíamos juntos), la miré y fui corriendo a borrar la foto, pero ella había bloqueado su móvil. Entonces se empieza a reír y me dice con voz de superioridad:
-Hermanito...hermanito...Qué harías sin mí. No te preocupes pude retrasar la entrevista a esta tarde, pero...como no vayas subiré todas las fotos y vídeos que tengo de ti a las redes sociales y cuando hayas sufrido suficiente, te mataré.
Al terminar la frase mi hermana me miró con una sonrisa bastante diabólica, tragué saliva y le dije:
-Tranquila Anabel, estaré preparado para esta tarde, ¡te lo prometo! (Mejor hacerle caso y que no se enfade...porque si no ese vídeo...saldrá a la luz y es mejor que no salga) - Pensé.
Tras haber hablado con mi hermana, miré el reloj y daban las 14:15h así que comencé a preparar la comida y luego me fui a duchar, mientras escuchaba la radio me empecé a vestir y esta vez...sí, me vestí correctamente. Volví a mirar el reloj y ya eran las 15:20h me da tiempo de sobra para llegar a la entrevista. Ciertamente, la empresa no estaba muy lejos de mi piso así que sonreí y salí de mi piso.
Aparqué en una parada que tenía la empresa para bicicletas y entré por la puerta principal. La empresa por dentro era alucinante, era muy espaciosa, tenía muy buena claridad y la decoración era perfecta. Embobado y a la vez fascinado como un niño con un juguete nuevo me dirigí a la recepción. Allí me atendió un chico bastante joven...-Puede que sea becario -Pensé.
Saludé al chico, le dije mi nombre y que tenía una entrevista con la señora Lucinda. El chico no habló mucho, lo único que me dijo fue que subiera a la segunda planta y que girara a la derecha. Arriba me esperaba una señora mayor, de unos 60 años, estaría para jubilarse.
-Sería esa mujer...¿la señora Lucinda? -Dudé.
Me acerqué y justo cuando iba a preguntarle me dijo: -La señora Lucinda está en su despacho acompáñeme joven.
Con la boca medio abierta para hablarle la cerré y la seguí hasta que llegamos a una puerta azul oscuro. Se para, toca a la puerta y dice:
-Buenas tardes señora Lucinda, acaba de llegar el joven recomendado por la señora Gómez.
Sin ver nada del interior del despacho y con mucha curiosidad por ver quién era la señora Lucinda escucho una voz muy seductora que dice:
-Que pase.
La señora mayor me dejó paso y entré al despacho. Eché un vistazo rápido y la señora Lucinda que estaba sentada me dijo que tomara asiento. Le dije que era David Gómez y que venía para la entrevista de trab...-Sí, se a que ha venido. -Dijo la señora Lucinda interrumpiéndome.
La verdad que estaba un poco nervioso, no sabía por dónde empezar a hablar o qué decir, no tenía ni idea. De repente la señora Lucinda se levanta del asiento y se sienta en la mesa cruzando sus piernas de manera sensual haciendo que su falda quede más corta.
Empezamos a conversar y tras una media hora hablando me fijo en una plaquita de la mesa que pone: "Dirª Lucinda". Me quedo como una estatua mirando la placa fijamente...No puede ser que esté hablando con la directora de la empresa... -Pensé un poco escandalizado.
Con los nervios me estaba entrando calor...y cuando me di cuenta empecé a sudar. Intenté terminar la entrevista lo antes posible para no pasar vergüenza, pero la señora Lucinda, bueno más bien la Dirª Lucinda, se levantó y me dijo guiñando un ojo...
-Bienvenido.
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Nunca digas nunca
RomanceUna historia con muchos giros. Todo empieza el día en el que consigue el trabajo de sus sueños.