Narra Madre
Ese día lo recuerdo muy bien, al igual que toda esa semana. Fue espeluznante.
La peor semana de mi vida, más por esa tragedia.
Domingo:
Habíamos salido con mi marido, Dante, y mi hijo Pablo. Aida no nos quiso acompañar, se quedó sola en casa con su perrito Max.
Habían pasado varias horas cuando volvimos a casa. Mi hija Aida se encontraba mirando la pared en una esquina.
Me extraño asique me acerque a ella y le toque el hombro. Vi lo peor que puede ver una madre.
Mi hija estaba cubierta de sangre, la cara llena de heridas y con ojos blancos.
Al verme, con una voz horrible y diabólica me dijo: "Suéltame maldita perra"
Yo me quede helada. Mi marido, que estaba cerca, la agarro y la encerró en su pieza.
Ella gritaba: "¡Dejadme salir hijos de puta! ¡Los voy a matar a todos!"
Yo no me había movido, pero cuando logre reaccionar mi mirada recorrió el lugar. De pronto me topo con una vista aterradora. Era Max, su cuerpo estaba tirado... ¡sin cabeza!
La imagen me imagen me impacto tanto que no aguante, y me desmaye.
Lunes en la mañana:
Me desperté asustada, pesando que todo había sido un sueño. Me baje de mi cama y me dirigí a la pieza de mi hija.
Al llegar me di cuenta de que no había sido un sueño. Mi hija estaba amarrada de pies y manos a la cama, el cuarto era tan frío que al hablar se veía el aliento de nuestras bocas.
Aida hablo: "Mamá ayúdame, me tiene atrapada. Por favor ayúdame, tengo mucho miedo"
