confesiones

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Era como un juego silencioso solo entre ellas y sin embargo era mucho más

Rose suspiró, entrelazando sus dedos, presionó hacia adelante, curiosa.

-¿Entonces realmente quieres saber? ¿Todo eso sobre mí?- Juleka sonrió cuando también se acercó.

-Sí, tu color favorito es azul, ¿verdad?- Rose sonrió, reprimiendo una risita.

-Es uno de ellos, sí-. Ella le devolvió la sonrisa, -También me gustan los colores púrpura y negro-.

Rose sonrió ampliamente, -el mío es rosado como las nubes en algunas mañanas cuando el sol naciente las golpea perfectamente-.

Juleka sonrió mientras pasaba cautelosamente la mano por el cabello corto y rubio.

-¿Cuál es tu mayor esperanza?- Rose preguntó, mirándola a los ojos.

-Que todos los que estoy cerca me aceptarán por lo que realmente soy-. Juleka respondió con una especie de facilidad nerviosa.

-¿Quien eres en realidad?- La pregunta era inevitable, aunque no era grosera o confusa, tener una mejor amiga que realmente le gusta mucho hace que sea mucho más fácil hacer las preguntas importantes amablemente.

-Bueno-, los ojos de Juleka se alejaron, nerviosos, - Me gustan las chicas, y a veces soy un poco insegura-. Juleka temía que su mejor amiga se alejara de ella ahora, ponía distancia entre ellos.

-Esta bien.- Rose sonrió, dejando que sus manos permanecieran entrelazadas, y apretando su agarre para tranquilizarla.

"No estoy seguro de mi lugar con respecto a los demás, pero me encanta atrapar los momentos buenos-. Juleka sintió que no podía dejar de hablar ahora, no podía dejar de admitir todo esto y más.

-Te mereces una novia maravillosa, Juleka-. Rose sonrió, -No te decepciones-.

Juleka asintió, tratando de dejar que eso se asimilara antes de alejarse de ella, y observó la pared.

-Sabes que soy bisexual-. Rose se encogió de hombros, -Nunca le dije a nadie-.

Juleka se volvió hacia ella en un arrebato, -¿Lo eres? ¿Por qué me estás diciendo esto ahora?-

-Sólo quiero hacerte saber.- Rose se encogió de hombros con una pequeña y suave sonrisa, -¿Cuál es tu mayor temor?-

-Que no soy lo suficientemente buena o que todos se alejen de mi lado-. Juleka se encogió de hombros, odiando la amargura de ser honesta acerca de esto,
-Me preocupa que me equivoque realmente, realmente mal, y voy a perder a todos. Creo que todavía estoy un poco conmocionada cuando fui Akumatizada- Juleka se encogió de hombros, incluso sin que los detalles que lo rodeaban fueran claros en su mente, la asustaba, perder el control de esa manera, posiblemente lastimar a otros descuidadamente, debido a esa pérdida, la asustaba.

-Nunca me voy a ir de tu lado-. Era suave pero decidida, y Juleka se inclinó para abrazar a Rose rápidamente.

-No te merezco-. Juleka murmuró en voz baja.

-Eso no es cierto.- Rose le devolvió la sonrisa, -Te mereces más que yo, más que cualquier cosa.-

-Rose-, suspiró Juleka, acercándola más a sí misma
-¿Cuál es tu mayor esperanza?- Cualquier cosa para devolverle esa sonrisa a la cara.

-Solo espero que algún día, pueda desarrollar la capacidad de merecer a las personas en mi vida, y que vean lo maravillosas y valiosas que son para mí-. Rose se encogió de hombros, y fue algo suave, un simple revoloteo para acentuar sus palabras.

-Ya eres más que suficiente para merecer el mundo, Rose-. Juleka agregó suavemente.

-Bueno.- La voz era suave, pero era algo, y la sonrisa en su rostro levantó la determinación de Juleka.

-¿Cuál es tu mayor temor?- Preguntó Juleka con cierto nivel de inquietud.

-Que voy a decir algo que hará que me dejes sola- Fue simple, y fue sincero; Juleka solo puede decir.

-Nunca podría dejarte-. Juleka murmuró, esperando que eso la tranquilizara, aquella en la que había caído irremediablemente, enamorada desde el día en que se conocieron.

-Gracias-, murmuró Rose y se inclinó para besar con cautela los labios de Juleka, tirando de ella hacia, y sin parecer avergonzada por unos momentos.

-No puedo evitar amarte-. Juleka murmuró al ver la expresión en el rostro de su mejor amiga, sus nerviosos ojos revoloteando como si tuviera miedo de alejar a Juleka por accidente.

Rose se acurrucó más cerca, tranquilizada, -¿Puedo besarte de nuevo?-

-Cuando quieras-. Juleka le prometió, sonriendo mientras su novia o lo que esperaba poder llamar una novia la miró con ojos llenos de esperanza y suaves lágrimas encerradas en ellos.

-Gracias-, dijo Rose se inclinó para al menos tres besos más antes de que terminara la tarde; era más que suficiente para aliviar el amargo tintineo de admitir sus miedos entre sí, y era más que suficiente para facilitar sus corazones en una dulce alegría.

Julekaxrose Y Otros ( Ramdon )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora