Creo que vomitaré. Esperen, ya lo hice.
Ahora deberé limpiarlo... o sobornar a alguien para que lo haga por mí.
Los nervios resultaron ser más poderosos de lo que recordaba, aunque, ¿quién no estaría nerviosa en mi lugar? No todos los días te aceptan en la universidad de tus sueños y mucho menos con una beca completa.
Mi vida se pintaría completamente de rosa, si no fuera por un par de detalles, insignificantes.
Consideren primero que, el que la Universidad de Columbia esté en el otro extremo del país, en Nueva York, y que debo ir hasta allá en persona para poder registrarme oficialmente como una de sus estudiantes, no son obstáculos muy problemáticos para mí. Mucho menos razones suficientes para que vomite la cena de anoche en el suelo de mi habitación. Todo eso suena genial, el asistir becada a la universidad con la que he fantaseado desde mis trece años, conocer una nueva ciudad, independizarme, vivir la vida de una universitaria normal es sin duda el plan más maravilloso que se pudo presentar ante mí. Lo único que estropea toda mi emoción, es que nadie en mi familia sabe que fui aceptada, ni siquiera que apliqué en universidades lejos de casa, y es esa misma reacción que estoy esperando, que me tiene así de nerviosa y con ganas de vomitar otra vez.
Seguro es raro para ustedes que esté haciendo este tipo de escándalo por un asunto que se podría resolver fácilmente, pero es preciso llegar al siguiente punto de la lista para que me puedan comprender incluso más.
Nuestro árbol genealógico está compuesto por actores, productores, modelos, deportistas, bailarines, personas aclamadas por esta sociedad por su talento y por ser artistas de pies a cabeza, que dedican sus suspiros diarios a sus profesiones soñadas y que además cuentan con grandes sumas de dinero en sus cuentas bancarias.
Mi familia es rica y reconocida, pero a pesar de sus ajetreados horarios, somos muy unidos y tenemos una buena relación entre nosotros. También ayuda mucho el que vivamos en la misma casa. Sí, leyeron bien, toda mi familia vive aquí; mis abuelos, tíos, primos, padres, hermanos y mascota.
Es una larga historia que resumiré en cuatro palabras: nadie se quiso ir.
Es por eso que, para mis familiares, quienes han vivido durante casi cinco décadas en esta casa, el que yo me convierta en la primera persona en irse y tomar un rumbo diferente al de ellos, será más que impactante, probablemente algo peor que eso, pero es mi sueño. Vivir libremente es lo que siempre he deseado.
Y es por ese mismo sueño, que debo pensar en cómo demonios diré esta noticia, sin que exageren y conviertan algo maravilloso en un evento desagradable. Tal vez debería ser positiva y creer que, porque somos muy unidos, me apoyarán y me dejaran ir sin problemas. O suponer que se enojarán, decepcionarán y me gritarán por no haberlo discutido con ellos, antes de simplemente haber hecho lo que quería egoístamente.
No me malinterpreten, sé que mi familia me ama, solo tenemos diferentes pensamientos sobre cómo será mi futuro. También sé que en primer lugar no deberían interferir, sin embargo, fueron las personas que me criaron y me dieron todo el apoyo y amor que necesité, es por eso que les he dado el derecho a decir lo que quieran. Y a pesar de todo eso, estoy plenamente consciente también de que lo que busco no es una aprobación. Ahora que la oportunidad me fue entregada en bandeja de plata, sería muy estúpido que la dejara escapar, y no es cómo si no me la mereciera luego de tanto esfuerzo.
Ya le di millones de vueltas al asunto desde que me enteré, no he podido dejar de pensar en qué dirán y al parecer, tres días no me fueron suficientes.
Me senté en el borde de la cama y miré el lindo e infantil diseño de las tortugas ninjas de mis pantuflas, mientras seguía buscando la respuesta al principal de mis problemas. Divagué entre mis pensamientos por un largo rato, perdiéndome en los diferentes planes y argumentos que pensaba darles para lograr convencerlos de que era una buena idea, pero en esta casa siempre han existido distracciones durante los momentos más importantes. Claro que no esperaba que me interrumpiera una pelota de tenis, mucho menos que el ser golpeada con ella en la frente doliera tanto.
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Fraternidad de tatuados
Teen FictionZeta Delta Psi tal vez sea la única fraternidad en todo el mundo, que tiene como principales requisitos para entrar, tener tatuajes y más del cincuenta por ciento de testosterona recorriendo tu cuerpo. Las excepciones no están permitidas bajo ningún...