Resumiendo lo que ocurrió la noche pasada: llevamos a Jack al hospital luego de su segundo desmayo y, para el alivio de todos, el doctor nos aseguró que luego de una siesta, Jack volvería a ser el mismo de siempre. Dos horas más tarde, su predicción se cumplió. Después de asegurarnos nuevamente de que todo se encontrara bien con él, lo llevamos de regreso a casa para que pudiera descansar.
Lo positivo del asunto, es que ahora sabemos qué otra faceta de Lucas puede aturdir a Jack.
La mañana llegó rápidamente después de eso, y debo mencionar que este lunes en particular lo encontré tremendamente animado. Desde muy temprano, el personal de la mansión había regresado a sus labores, por lo que lo primero que oí en la mañana fue el tranquilizante sonido del agua caer sobre las plantas, a Cosmo ladrar y a las señoras de la limpieza cuchichear por los pasillos. Gracias a ellas, y a tener el oído pegado a la puerta, me enteré de que Jessica — una de las mucamas —, había ido a la fiesta de cumpleaños de una de sus tías el fin de semana, pero terminó siendo testigo de la pelea más melodramática de amantes del mes. Por lo que escuché, el asunto involucra al verdadero padre de un niño — quien ya cuenta con un padre, el cual pensaban era el único —, a un viejo amor y varios líos familiares que no pudieron resumirse en una charla casual. Lástima que las voces se hicieron más lejanas a partir de ahí y fue imposible enterarse del resto.
Después de darme una ducha, vestirme y peinarme, bajé corriendo al comedor en cuanto vi la hora. En realidad eran apenas las siete de la mañana, pero quedaba mucho por hacer como para poder relajarme. Saludé alegremente a todos con los que me cruzaba en el camino e hice lo mismo una vez me senté a desayunar. Todo el mundo estaba ocupado en comer lo que podían mientras contestaban mensajes y llamadas, que por lo que había entendido hasta ahora, eran con sus agentes o con quienes tenían planeado algo hoy. Me sentí mal por ellos, pues sabía que todo ese ajetreo se debía a mí.
El tiempo que lleva volar desde Los Ángeles a Nueva York es relativamente corto, por lo que mi vuelo lo reservé para las tres de la tarde, sin embargo, nunca consideré la apretada agenda de mi familia cuando los compré. Cuando ellos se enteraron de la hora, empezaron a hacer llamadas para mover eventos y/o reuniones, a pesar de que insistí en ir sola al aeropuerto. Claramente, ese comentario nadie lo tomó como algo razonable.
Después de acabar exitosamente con mi desayuno, conversé un rato con las mucamas para terminar de conocer la historia sobre los amantes y el verdadero padre del niño. El final tuvo un giro inesperado, pero quedé satisfecha. Subí a mi habitación y saqué de su escondite mi equipaje. Ahora que era algo aprobado por mi familia, no había razón para esconder mis maletas. Arreglé mi habitación lo mejor que pude y dejé organizadas todas las cosas que iban a quedar ahí en lugares visibles y sencillos de encontrar, por si en algún momento necesitaba que me las enviaran. Jugué con Cosmo por un largo rato en el patio e incluso organicé una mini sesión de fotos con él mientras nos divertíamos. Al llegar las diez de la mañana, tenía tres carpetas llenas de fotos con Cosmo, con mi familia, el personal y casi lista para partir. Solo me faltaba una cosa por hacer.
Lo que había dejado al final de mi lista, y lo que probablemente me convierte en uno de los seres más inhumanos del mundo, era despedirme de mi novio. No había contactado a Andrew de ninguna forma durante — al menos — cuatro días, y basados en ese argumento, cualquiera podría pensar que me obligaron a salir con él, lo cual para la desgracia de Audrey y de quienes se oponen a nuestra relación, no es más que una mentira.
Antes de que mi ocupada mente fuera a parar en otro lado otra vez, agarré mi teléfono, mi bolso y salí a toda prisa. Frente a la casa, encontré al tío Robert enfundado en su brillante chaqueta de cuero, terminando de colocarse su casco y montado en su motocicleta Horex, me apresuré en llegar a su lado y antes de que partiera, me abalancé sobre el asiento que quedaba libre detrás de él.
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Fraternidad de tatuados
Подростковая литератураZeta Delta Psi tal vez sea la única fraternidad en todo el mundo, que tiene como principales requisitos para entrar, tener tatuajes y más del cincuenta por ciento de testosterona recorriendo tu cuerpo. Las excepciones no están permitidas bajo ningún...