Dedicado a Andrea, Andy P; gracias por engrandecer el mundo de Zach.
― 1 ―
Está en el bolsillo de mi camisa a cuadros. Es una bolsita pequeña llena de estrellitas color amarillo que tienen la sonrisa tallada; son estrellitas felices, como cualquiera de los que estamos en este mismo plató. Los latidos de mi corazón se aceleran cada vez que pienso en la probabilidad de que alguien llegue a ver todas las estrellitas: ¿Me creerán si les digo que son mentas?...
―¡Diez minutos para entrar a escena, Blake!
Dice mi representante listo para entregarme la guitarra acústica.
―¡No cabe un alma en el estudio, hijo! ―habla, rebozando de alegría, tiene en su rostro esa mirada que me recuerda la de un perro hambriento a punto de tragarse un filete fresco. No digo nada por temor a atragantarme todo el fijador que la estilista está aplicando en mi cabello negro, pero sigo pensando en estrellas y probabilidades...
Para ser un hombre corpulento con cara dura, Ben, mi representante, habla hasta por los codos. Aprieto los párpados sintiendo las gotas del fijador pegarse en mi cara. Escucho las palabras: Tema musical, nuevo single, firma de autógrafos, gira promocional... Mi corazón sigue latiendo un poco más rápido de lo habitual y un nudo se ha formado en mi panza, no estoy escuchando nada de lo que dicen, sigo pensando en la bolsita que llevo en el bolsillo. ¿Cuántos gramos hay en total? ¡Más de trescientos, eso es seguro!... Alguien llama a la puerta: "Todo listo, después de este corte, Blake entrará en escena".
El calor invade mis mejillas. No es la primera vez que subo a un escenario, pero siento como si ese público de chiquillas fuera a tragarme vivo.
Los gramos de cada una de esas estrellitas amarillas pesan tanto que rasgarán el bolsillo de mi camisa y se regarán por el escenario, y me convertiré en el hazmerreír de todo un país, posiblemente del continente. Entonces siento la mano de Ben sobre mi hombro y sus ojos astutos se quedan clavados en los míos:
―Estás muy distraído, hijo. No has puesto atención a lo que acabo de decirte.
―Claro que sí: Estabas apurándome para que elija el nuevo tema musical para la nueva temporada de esta estúpida serie ―respondo poniendo los ojos en blanco.
―Eso, y la advertencia principal: Mantente alejado de Cheryl Electra. La detuvieron ebria en el lobby de un hotel por golpear salvajemente a una camarera. ―Me mira preocupado y baja la voz―: Los productores van a cancelar su contrato.
No es noticia nueva, los productores cancelan el contrato de cualquiera que no cumpla con la cláusula: "Cero escándalos". No es la primera cantante a la que la disquera manda a freír espárragos por no seguir el papel de niña buena.
Muevo la cabeza asintiendo a lo que dice Ben, siento su mano palmeando mi espalda para animarme un poco. Y de pronto dice:
―Cambia esa cara, Blake, eres un chico listo, estoy seguro que no vas a dejarte arrastrar por ese frenesí de pastillas, alcohol, sexo y heroína. ¿Verdad?
Sus palabras penetran en mi cabeza y mis pensamientos angustiosos se esparcen como un puñado de mariposas que acaban de ser liberadas. Ben tiene un sexto sentido para estas cosas, posiblemente lee las mentes de sus representados. ¿Sabe lo del paquete en mi bolsillo y está tratando de darme una advertencia?
―No. Claro que no, ¿cómo crees que voy a meterme esas porquerías? ―respondo nerviosamente.
―Ese es mi muchacho... ¡Ahora sal a ese maldito escenario y róbate el show!
ESTÁS LEYENDO
Éxtasis
Teen FictionElton tiene una guitarra eléctrica y un montón de dudas en la cabeza. Elton tiene estrellas en los bolsillos y un Zach en el corazón. Y Zach... Zach tiene comics y un disfraz del Dr, Strange. NOTA: Esta historia fue publicada previamente en la Yaoi...