Hace dos años que conozco a Zach y su habitación sigue causando en mí la misma sensación que causó la primera vez que entré. Él la llama "El santuario".
Zach vive con su hermana mayor y su sobrina en un tranquilo suburbio, la casa tiene fachada de color verde manzana y un bonito antejardín. Me recuerda un poco a la casa donde viví cuando era niño, antes de convertirme en una celebridad y mudarnos a un lujoso penthouse ubicado estratégicamente. Así que cuando llegamos, siempre me invade un aire de nostalgia y decido no mirar mucho los acabados rústicos y los muebles sencillos, simplemente sigo a Zach hasta que nos metemos en la habitación.
Esta vez, Zach entra cargando sus paquetes, le ayudo a cerrar la puerta principal llevando en mis manos los obsequios que he comprado para Zach y su familia. Dejo junto al árbol los regalos y veo a Amanda mirándonos desde el sofá.
―Mamá no está, se fue con la abuela a comprar ingredientes para la cena ―dice la niña de doce años sin pestañear―. ¿Van a encerrarse de nuevo en la habitación?
―Sí ―responde Zach sonriendo socarronamente y añade―: Vamos a ver una maratón de pelis de terror asiáticas. ¿Quieres acompañarnos, Amanda?
―Ni loca. ―Amanda hace un mohín, y yo sonrío, Zach siempre le dice lo de las pelis de terror para mantenerla lejos cuando nos encerramos en "El Santuario". Amanda sacude la cabeza―. No sé qué le ven a eso. Siempre que invitas a Elton a casa se encierran en tu habitación a ver películas asquerosas o maratones de dibujitos chinos.
―¡No son dibujitos chinos, Amanda, es anime japonés!... Y es mejor que lo que estás viendo.
―Shadowhunters ―responde Amanda.
―¿Otra vez? ―preguntamos los dos al mismo tiempo.
―No puedo evitarlo. Es genial. En fin... ¿Puedo sacarme una foto junto a Elton para presumir en mi escuela?
―¡No! ―decimos al unísono.
―Por favor, por favor, por favor...
―No. No vas a sacarle fotos a Elton para sacar partido de su parecido con Blake. Sigue viendo tu programa, pequeño monstruo.
Intento no reír. En casa de Zach uso mi nombre real, pero les hemos hecho creer que el parecido mío con el cantante es pura coincidencia y que el coche es de mi padre. Amanda se ha tragado la historia, especialmente porque: ¿Qué haría un cantante famoso como Blake viendo maratones de pelis de horror encerrado en la habitación del friki del vecindario?
Amanda baja el volumen de la T.V. y se queda mirándome con una gran sonrisa en los labios, sus ojos negros llenos de inocencia se iluminan mucho más cuando me entrega una bolsa de bombones. Sus mejillas se sonrojan cuando le doy las gracias; sabe que me encantan los dulces y siempre anda regalándome caramelos. Zach me ha dicho que está secretamente enamorada de mí y por eso se comporta de esa manera cuando estoy en su casa.
Zach se dirige al refrigerador y saca una caja de jugo de manzana, luego me mira interrogante:
―¿Palomitas?
―Sí, podría ser...
Minutos después nos dirigimos al "santuario" cargando nuestras provisiones. Cambié de opinión, así que llevó conmigo el regalo para Zach, quiero entregárselo cuando estemos a solas para disfrutar las expresiones de su rostro.
El santuario tiene muchas repisas llenas de objetos que Zach ha ido coleccionando a lo largo de su vida. La habitación está ordenada aunque algunos objetos tienen alguna capa de polvo, pero casi todos se conservan en su empaque original.

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Éxtasis
Teen FictionElton tiene una guitarra eléctrica y un montón de dudas en la cabeza. Elton tiene estrellas en los bolsillos y un Zach en el corazón. Y Zach... Zach tiene comics y un disfraz del Dr, Strange. NOTA: Esta historia fue publicada previamente en la Yaoi...