todo comenzó un día de otoño en Texas, mis padre decidieron mudarse a la Ciudad de México hoy conocida así, yo no recuerdo el ¿porque? solo era una bebe, el barrio donde nos mudamos era muy tranquilo;cumpliendo los cinco años conocí a mi mejor amigo Yuki, el era mayor que yo por dos años, el y yo eramos muy compatibles a pesar de la diferencia, no asistíamos a la mima escuela pero no eso no nos importaba, solíamos estar la mayor parte del tiempo juntos, nuestras madre se hicieron muy cercanas teníamos parrilla das, comidas juntos, el me ayudaba con mis tareas...
-¡Yuki!, corre-
-Luna no vayas tan rápido te puedes caer- así fue caí de rodillas, raspando mi rodilla, Yuki corrió tan rápido que no tardo mucho en llegar conmigo, solía alterarse si se trataba de mi -¡Luna! ¿estas bien?¿puedes ponerte de pie?-
-Claro que si Yuki- reía nerviosamente, con lagrimas en los ojos, quería hacerme la fuerte ante Yuki
-tonta, conmigo no tienes que ser así, si quieres llorar hazlo si quieres gritar hazlo, pero nunca te guardes nada ¿si?- me sonreía de una manera tan gentil brindándome confianza, me abrazo diciéndome -llora no le diré a nadie que lloraste si así lo quieres- solo asentí y mis ojos derramaron las lagrimas que tanto retenía, hasta que pare de llorar fuimos a su casa, Yuki no dejo que caminara así que me cargo todo el camino, toco el timbre de su casa su mama al abrir la puerta se sorprendió al ver que yuki no entendía porque me cargaba, nos examino con su mirada y vio que mi rodilla sangraba, se puso pálida la señora, se acerco para poder cargarme pero Yuki no la dejaba -Yuki yo la llevo, la voy a cuidar- de mala gana accedió, su mama me tomo en brazos me sentó en un sillón, fue a la cocina a traer agua caliente con sal y un trapo de algodón para poder limpiar la herida, pero no podía aguantar el tacto de la toalla húmeda contra mi piel rojiza, cerraba mis ojos para poder aguantar tal dolor, sentí el cojín del sillón hundirse al momento pensé que era su mama pero me sorprendí al abrir mis ojos, Yuki me estaba abrazando, acariciando mi pelo para poder tranquilizarme, me aferre a el como si vida dependiera de el, de ese simple abrazo, me había perdido de la realidad, cuando sentí que Yuki empezaba a soltarme poco a poco volví a la realidad, mi herida esta limpia ya no me sangraba, me alegre mucho, volteé a ver a su mamá que nos mira con ternura, sin percatarme estaba tomada de la mano con Yuki, pero yo quería estar así por siempre.
Había ya pasado una semana desde mi incidente todo seguía normal... o así se aparentaba pero una tormenta se acercaba.... Un día Yuki fue por mi a la escuela ,no voy a mentir me sorprendió tanto que me alegre, corrí para abrazarlo, el me correspondió pero algo era diferente...
-¡Yuki! que bueno que viniste- se limito a verme a los ojos, y en su rostro solo se veía una sonrisa falsa -Luna te parece si vamos al parque y compramos un helado de galleta-mis ojos se iluminaron por la emoción, tome su mano para tomar camino hacia el parque
-¡Con cuidado!- nos despedía mi maestra, poco después llegamos al parque comimos helado, jugamos hasta cansarnos y tomamos un descanso, a pesar de que habíamos parado de correr mi corazón seguía latiendo estaba inquieto sabia que algo malo venia... ya nada podía hacer, ya no se podía retrasar lo inevitable
-Luna... tengo que decirte algo....-
hola que tal se que es pequeño pero espero que les guste y es mi primera historia
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Lo que nos unió
AcakLuna y Yuki, mejores amigos, hermanos de corazón, un amor de infancia pero a causa una terrible separación hará cambiara la vida de Luna, ¿quien llegara a su vida?,¿volverá él?, sentimientos encontrados, traición, alegrías, sentimientos que los unió...