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Desde aquella noche algo complicada, continuámos encontrándonos, charlábamos de la vida, el amor que deseábamos, la pareja que queríamos tener y lo maravilloso que habíta en cada estrella, su compañía era totalmente agradáble como si me encontrára con una persona que conocía desde hace mucho tiempo, ella comprendía aquellas piezas ilógicas que guardaba dentro de mí.

Fácilmente me dejaba invadir con su sonrisa tan sencilla y a la vez excitantemente encantadora.

Las pláticas nocturnas prosiguieron por algunas semanas sin cesar. Fuimos estableciendo una conexión, o no, mejor dicho un vínculo especial donde los dos éramos nosotros mismos, sin las máscaras que impone la sociedad, nos mostrabamos como un par de almas desnudas, ante el brillar de los ojos de Dios. Entonces lo híce.

Le hable de mi huída, repúso de forma contradictoria y constructiva mi idea, el apoyo que brindo a mi causa se convirtió en una parte esencial del plan que trascendió de ser solamente mio, a ser Nuestro.

Ella comentó que tenia un automóvil, me narró que de igual manera también tenía problemas en su hogar. Planeamos reunír una cantidad de dinero entre los dos. Escapar de esa ciudad y vivir aventuras, jamás antes experimentadas. Con el flujo del tiempo concretamos nuestro plan , escribí una carta a mis padres y huí con ella en un anochecer, tal como sucedió cuando la conocí.

M I   E S T R E L L A.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora