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✕Inclusive a pesar de la animada charla que sostenía con su viejo compañero, le había resultado casi imposible no virar en dirección a la mesa donde se encontraban todas aquellas personas, buscando una vez más de manera casi disimulada la personalidad fuerte que le había logrado robar por completo la atención. Todos ahí parecían ocupados, hablando sobre un tema que él no podía llegar a entender del todo por la enorme cantidad de veces que hablaban a la par, adjunta a la de Sans, quien le contaba algo que ahora él mismo ni siquiera sabía qué era. Era algo normal, se distraía con facilidad, pero sin embargo cuando sintió aquella penetrante mirada dirigirse hacia él no pudo evitar desviar la propia, sonriendo con una fingida atención al otro hombre de cabello blanco, mientras asentía de forma repetitiva ante cada una de las cosas que le decía.
Un sudor frío le recorrió la espalda mientras se recriminaba a sí mismo sobre lo descuidado de que era en algunas ocasiones, posiblemente el chico se le acercara, preguntando si tenía algún problema con él y terminaría todo en una pelea por un malentendido; o bien que podría interpretarlo de cualquier otra forma errónea y lo comentaría consigo o con los hombres que le hacían compañía. Esperó, esperó y siguió esperando, pero muy a pesar de sus espectativas aquello jamás llegó. Volvió su vista a la mesa, percatándose de que nada había parecía haber cambiado, excepto que el desconocido ya no le miraba y prestaba atención a otra cosa.
Jamás se había sentido tan tranquilo, aunque aquella sensación tensa parecía negarse a querer abandonarlo. Miró al que atendía y pagó la copa que había tomado, únicamente para marcharse de ahí como si estuviera calmado y aquel pequeño cruce visual no hubiera ocurrido;  intentaría llegar rápido a casa y dormir cuanto pudiera, o al menos el tiempo que le quedaba antes de continuar con su día e irse nuevamente al trabajo.


Rodó una y otra vez en la cama, hundiendo su rostro en la almohada con una ligera frustración en sí mismo, casi como si quisiera asfixiarse; luego, volvió a girar una vez más, esta vez centrando su atención en los pequeños detalles de la madera del techo. El enfoque de sus pensamientos había cambiado más pronto de lo que él hubiera deseado, esta vez por un tema diametralmente opuesto a aquello que tanto le preocupaba, ahora su mente se veía ocupada únicamente por aquellos profundos ojos bi-color y cabello negro como la más oscura noche; arqueo la ceja, la sensación que le dejaba el pensar en otro hombre durante tanto tiempo le era bastante extraña, aunque de igual forma sentía que era únicamente por mera curiosidad, por conocer a otra persona que compartiera una cualidad como lo era la heterocromía; en toda su vida la única persona que había conocido con esa condición era su hermano mayor, Zephyr, así que era normal que fuera así.

Suspiró y se pasó las manos por el rostro, viendo que pensaba más de lo usual en ello, no entendía por qué su mente se daba a la tarea de generar excusas para algo sin importancia, era casi como darle el mérito que no merecía. Se colocó de pie, tomó sus pinceles, eligió una paleta de colores negativos y comenzó a poner manos a la obra de una manera casi energética, si no podía sacarse aquello de la mente al menos lo utilizaría a su favor como una fuente de inspiración, no necesariamente iba a pintar un retrato de aquella persona, pero sí un paisaje surrealista con los tonos que su presencia le había brindado y hecho imaginar. Los colores de sus ojos, de su cabello, de su vestuario, incluso el color que le hacía imaginar aquella actitud aparentemente fría y desconfiada, todo aquello lo plasmaría en el lienzo sin interesarle en lo que resultara.

El arte es una de las mejores formas de plasmar sentimientos, de la emotividad y la expresión, no había nada de malo en eso, no había nada de malo en la libertad, la libertad que él deseaba. Se preguntaba cómo hubiera sido todo si jamás se hubiera unido a las SS, si jamás le hubiese hecho caso a su madre; se preguntaba si su vida sería mejor o peor, si aún seguiría vivo o si la muerte le habría llegado al instante. Tras largas horas de pensar de dejó caer en la cama mientras suspiraba, mirando al techo absorto, volviendo a pensar en lo que había ocurrido en el campo, cerró sus ojos con pesadez. Core era una buena persona, al menos por lo que conocía sobre él, por no decir que la forma de pensar de ambos no era muy distinta debido al pacifismo que mostraban en contraste con otros oficiales que trabajaban en ese campo, pero... Sin dudas sentía que era un descuidado por no fijarse de una manera tan apropiada a su alrededor cuando intentaba ayudar a algún judío.

Verräter. [ErrorInk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora