—¿Para qué vinimos aquí?
—¡Necesito buscar algo! Saluda a mi mamá, pero no le des mucha cuerda porque se pega...
Estábamos en casa de Gavin y no habíamos avanzado medio metro cuando su madre casi nos mata del susto saliendo de la nada...
—¡Hola chicos! ¿Cómo están? ¿No deberían estar en clase a esta hora?
—Estamos...investigando un proyecto muy importante, mamá. Vine a buscar algo y ya nos vamos...—Le respondió Gavin y corrió a su habitación.
—¿Les ofrezco algo de tomar? ¿O quieren comerse algo?
—No, no se preocupe, señora. Sólo esperaremos aquí. Gavin dijo que no tardaría.
—¡Pero no puedo dejarlos allí parados sin ofrecerles algo! Montaré café. Creo que tengo galletas o algo más que ofrecerles...
—¡No! ¡No señora Patty! ¡Estamos bien! De hecho venimos de comer mucho dulce, estamos empalagados.
—¡Ay! ¿Entonces les provoca algo salado? Podría prepararles unos sándwiches...
La madre de Gavin era una adorable, extremadamente dulce y muy habladora gordita solterona. Una vez que caías en una plática con ella era más sencillo salir de Alcatraz que de allí. Ella solo habla, habla, habla y habla hasta que sólo deseas suicidarte... bien, sé que exagero, pero es demasiado amable y fastidiosa al mismo tiempo...
—¡Me encanta cuando Gavin trae a su amigos a casa! Yo siempre le digo que debería invitarlos más seguido. Podría prepararles muchas cosas deliciosas. Saben, esta mañana vi en el canal de Gourmet como se hacía un delicioso postre venezolano llamado "quesillo", lo preparó un chef también venezolano que es...divino... Y no me refiero a lo que cocina sino que el tipo es hermoso, ¡es tan guapo! Me pregunto si será casado, porque si mi esposo fuera así de bello yo no le dejaría cocinar, lo mantendría encerrado en mi habitación. ¡Ya se imaginan haciendo que!
—¡Mamá! ¡Deja de traumar a mis amigos! ¡Luego te quejas de por qué no traigo a nadie para acá!
—Gavin, ¿ya vas saliendo? Les iba a preparar unos sándwiches...o quizás hasta me anime y les haga un quesillo.
—¡No, mami! ¡No! ¡Vamos saliendo! Te amo, te quiero, te adoro... ¡Eres mi vida! ¡Nos vemos en la noche!
Gavin nos empujaba fuera de su casa y casi le cierra la puerta en la cara a su madre. Aunque sinceramente siento que nos acaba de salvar la vida.
—¡Vámonos! ¡Vámonos rápido! No quiero que se ponga como anoche que estaba contándole a las vecinas sobre la depilación brasileña que se hizo... ¡Eso si que es traumático!
—Pero yo quería el sándwich...
—¡Carter! Te acabas de meter casi una caja de mini dulces, ¿y ya tienes hambre? —Le preguntó Gavin casi indignado.
—¡Esos fueron sólo dulces! Yo soy un hombre, un macho alfa; necesito alimentarme bien, comer algo salado y con sustancia. Además ni siquiera hemos almorzado por andar detrás del culo de Jimmy. ¿Por qué no vamos por una pizza?
—¡Ah! ¿Una pizza? ¡Ya sé por dónde vienes con esa, angelito indecente!
Gavin se cruzó de brazos frente a Carter y este se sonrió. Obviamente aunque yo también tenía hambre y quería meterle a mi estómago algo más que dulces; las intenciones de nuestro hetero-amigo eran otras además de almorzar...
—¿Aparte de la pizza quieres una buena ración de humillación y desprecio, Carter?
—¡JA! ¡Deja los celos, cerdito! Tú sabes que eres mi "gay favorito", pero ella es la reina de mi corazón. Y ya que ustedes tuvieron la oportunidad ver a sus "crush" yo también quiero ver a mi chica.
YOU ARE READING
Bus Stop
Roman pour AdolescentsJimmy debe tomar el bus temprano para ir a la universidad. Pero una mañana llega un chico muy apuesto casi a la misma hora que él, se sienta allí con sus audífonos y su teléfono móvil, hasta que llega su bus y se va. Esto ocurre casi todos días, y e...