Será diferente.

Otro día

     Comienza la semana de una manera diferente, me dije a mi mismo, "no cometas los mismos errores de antes, cambia un poco la manera de pensar". Pasaba esto por mi mente una y otra vez mientras veía acostada a esa chica pelo negro tan sexy, dormida se veía mucho mejor debo admitirlo. Su espalda estaba descubierta y podía apreciarla a la perfección. Recordé lo bien que la pasamos y no pude evitar sonreír, y pensar que esta mañana me estaba preguntado que iba a hacer el resto del día.
     Miré por la ventana y me dí cuenta que ya había anochecido-- ¡Mierda!-- dije en voz baja. Se me ha pasado el tiempo muy rápido. Me relajé un poco, y recordé que esta noche había una fiesta la cual tenía pensado no ir.
    Pero no, pensé luego, como perderme la mejor fiesta, música, alcohol, mujeres... ¡será un desmadre!.  Derrepente escucho una vibración que me saca de mis pensamientos y empiezo a buscar de donde proviene, agarro mi pantalón y me doy cuenta que es mi teléfono.
-- ¿Hola?-- respondí rápidamente sin reconocer el número de teléfono que se visualizaba en la pantalla.
-- Por favor con la señorita Axel-- pude escuchar una risa incontenible. Esa voz la podía reconocer hasta con tapones en los oídos, era mi mejor amigo Alex. Lo conocí entrando a la universidad, la verdad ya ni me acuerdo como nos hicimos amigos, solo se que de un día para otro, ya andabamos de fiesta en fiesta -- Hermano, es para que confirmes si vendrás a la fiesta, ya la música esta animando y las mujeres empiezan a llegar, no me puedes dejar mal.
-- Pero que te pasa cabrón pareces un niñato haciendo esas ridícules-- dije en voz baja. -- claro que iré hermano, pero sabes que llegar temprano no es lo mío, apenas van a ser las diez , llego un poco más tarde.
-- Bueno tú te lo pierdes, ya para más tarde todas estarán en el baño agarrandose el pelo.
-- Tampoco te pases, es solo una hora. -- dije sin prestarle mucha atención.
-- Bueno nos vemos entonces, después no te andes quejando de no conseguir nada -- dijó riendo y colgando el teléfono.
Sin prestarle atención al último comentario, rio internamente, este cabrón siempre termina teniendo razón, será mejor que me apresure porque sino terminaré solo en esa puta fiesta, y la verdad... es lo último que espero me pase.