—que dijiste? — se paro de la cama con una mirada seria. Sorprendido, y confundido
—lo que oíste.
—___ acaso lo que estas diciendo tiene sentido?
—lo tiene. Sabes que.. —bufe— fue mala idea hablar contigo, jamas entenderías— me puse de pie directo hacia la puerta. Era increíble que no pudiera contar con grant.
—espera.—me sujeto del brazo, su mirada era fija, examinandone detalladamente.—voy a oírte. Pero tienes que decirme toda la verdad
—eso estuve tratando de decirte todo el tiempo.
—escuchó.— hablo mas tranquilo. Solté un suspiro u comenzó a contarte todo detalladamente. Las horas pasaban y ya se hacia muy tarde. Ahora que sabe todo, no veo la razón por la cual no seguir con eso. Mañana mismo hablare con ese hombre. Y de cual quiere manera entrare en esa habitación hablare con ian y le diré todo, acabara con paul y toda esta pesadilla terminara
—puedo pedirte un gran favor —dije antes de salir de su habitación
—claro.
—quiero que estés con justin todo el día. Almenos el resto del día. Primero debo hablar con el.
—quien cuidara de Ana?
—yo lo haré, por eso necesito tu ayuda. —sin mas palabras el asintió. Camine por los pasillos solitarios y fríos. Tenia los ojos pesados. Quería dormir como oso. Pero primero tengo que terminar con todo esto .
...
Los rayos del sol lastimaban mis ojos, hacían que me lloraran. Me pare con flojera a darme un balo de agua caliente. Y vestirme con un pantalón blanco pegado y una playera de vestir blanca. Esta vez no usare bata. Deje el pelo alborotado y me puse brillo de labios. Estas cosas no se permiten aquí pero no creo que nadie se de cuenta.
Salí con una libreta en mano. Mientras pensaba que le diría a justin. Sobre lo que paso ayer no encontraba la forma de llegar al punto en el que tenia que ver paul. Iba a tomar el ascensor, las puertas se cerraron pero alguien puso las manos para que se volvieran abrir. Era un Hombre alto de pelo rubio y ojos verdes. Su mirada era ruda y no mostraba amabilidad—buenos días ____. —dijo frio ¿como es que sabe mi nombre?
—buenos días.
—veo que usas brillo labial. ¿Eso se permite?
—no veo el problema.
—ese es el problema, que ya nadie acata ordenes.
—desde cuanto se creyó con el deber de aplicar reglas.
—desde cuando se creyó con el deber de infringir las? — me miro con una sonrisa. Valla creí que jamas reía, su mirada cambio totalmente. Ahora era seductora.
—no lo estoy haciendo. —alce la ceja. Ocultando los nervios y lo intimidada que me sentía.
—soy peter, peter McCall —extendió la mano para trecharla.
—soy __...
—___ jhonson.—sonrio
—¿como sabe mi nombre?
—eres la valiente chica que acepto el caso de bieber. Todo el manicomio sabe ti.
—el término manicomio, ya no es políticamente correcto.
—lo es para mi. ¿Prefieres casa de la risa?—solto una pequeña risa con sarcasmo yo lo fulmine. No veía la hora en la que yo saliera de este lugar.