Akari

La isla de Akari. Su historia. Parte 1

A pesar de tener varias leyendas sobre el origen de su nombre, esta es, sin duda alguna, la verdadera historia del nombre de la isla de Akari, situada en algún remoto lugar en el océano Índico.

Se dice que en el antiguo Imperio Nippon había una villa situada cerca de la costa. Dicha villa contaba con grandes cantidades de bienes y maravillosos paisajes, los cuales atraían a menudo a gente de diferentes lugares para empezar una nueva vida allí. Era el punto más prospero con el que contaba Japón por aquel entonces. En un soleado y caluroso día de verano nació la primogénita del rey Kitayama, la heredera del trono. 

Durante el parto, en el instante de su nacimiento, el cuerpo de la pequeña princesa irradiaba un aura blanquecino que transmitió una sensación de calma y serenidad a los allí presentes. No muchos le dieron importancia, puesto que dijeron que los rayos de sol sobre el cuerpo húmedo de la princesa habían ocasionado el supuesto aura y las sensaciones eran producidas al conocer el nacimiento. Pero el rey no estaba tan seguro de eso, no dejaba de darle vueltas en su cabeza, así que sin perder tiempo se dispuso camino a la sala del trono, donde ordenó llamar a los sacerdotes para quedar tranquilo.

Pasaron más de dos días de debate entre sacerdotes y ancianos de todo el país para esclarecer los hechos sucedidos, pero no hacían más que pelear unos y otros por ver quien inventaba la mejor falacia para conquistar al rey. En uno de los pocos momentos de silencio un anciano que apenas se sostenía de pie empezó a caminar en dirección al monarca, se postró a sus pies y suplicó por ser escuchado.

-¡Oh, gran rey Hikaru Kitayama! Yo, Katô, de los pueblos del este, vengo a compartir la sabiduría que mi familia quiso transmitir al mundo entero. Por favor, le suplico que escuche mis palabras en favor de poder ayudarlo a él y su familia. 

-Dinos Katô cuales son esas palabras.- Dijo el rey, ya cansado de todo lo que había escuchado durante esos días.

-"La luz nos guiará a un futuro mejor. Su cuerpo en luz se bañará en su nacimiento y la calma inundará tu corazón. La niña de la luz nos traerá la paz que necesita este mundo." 

El rey abrió sus ojos de par en par al escuchar al anciano, había dado en el clavo al describir las sensaciones que él tuvo en el momento del nacimiento. "Mi hija podría ser esa salvadora" se dijo a sí mismo el rey, hinchando su pecho de orgullo en el momento de levantarse, al fin, de aquella silla y emprender rumbo al cuarto de su hija.

Por orden del rey, el anciano Katô obtuvo una gran recompensa por su colaboración, pero no consiguió llegar lejos del reino con ella. Sus palabras no contentaron a todas las personas allí reunidas y, de ser ciertas sus palabras, esa niña sería un problema en el futuro más que una bendición.