Menudo día

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Entro a la habitación y echo un vistazo rápido. Por lo menos mis padres se han molestado en pagarme una habitación de hotel decente, tiene una gran sala, que es el salón, la habitación para dormir y un baño. Obviamente me voy a llevar todo lo que me encuentre en el baño como jabones, champú, etc. Que se jodan.

Dejo la maleta en un lado de la habitación me voy a dar una vuelta. A ver si así por lo menos me entero de las calles y eso, pero antes me arreglo la raya de los ojos, que sin querer me he rascado y parezco un panda al que le han dado una patada.

Salgo a la calle y me voy a mirar tiendas, a ver si con un poco de suerte veo alguna friki, o de buena música, ¡o de videojuegos! 

Vale, esto no es tan fácil. Es un lío, las calles son iguales y no estoy viendo ninguna tienda. Sólo he visto tiendas de chonis y cosas parecidas. Es que ya ni sé dónde está el hotel, pero suerte que he traído dinero, mejor me pillo un taxi, y parece que estoy de suerte, o que lo he invocado o algo, porque aparece uno justo cuando lo necesito. Lo paro y me subo en la parte de atrás.

-¿Dónde vamos, señorita?

-Al hotel Vincci Gala, por favor.

El taxista guarda silencio y pone rumbo al hotel. Espero no haberme ido demasiado lejos, porque sino la llevo clara con cuestiones de dinero...

Espero en silencio y miro por la ventanilla pensando en mis cosas hasta que veo que nos aproximamos al hotel.

-Es aquí, gracias, ¿cuánto le debo?

Pero el hombre en el asiento del piloto ni me mira, sólo echa el seguro y pasa de largo del hotel.

-Oiga, que puede dejarme aquí...

Sigue sin hablar. Empiezo a sentir verdadero miedo. El taxista frena y aparca en una calle poco transitada. Me quiero ir, me quiero ir, me quiero ir...

-Bueno, muñeca- por fin habla el bocachancla este- dame todo el dinero que lleves encima.

Este pavo no se anda con rodeos. No sé que hacer, si intento huir igual me mata o algo, y si le doy el dinero a lo mejor también me mata. JODER, ESTOY ENTRE LA ESPADA Y LA PARED.

-¡Vamos, que no tengo todo el día!- me chilla-.

Me asusto de verdad y veo un chico pasando por la acera, quizás si grito me oye. Es jugármela demasiado, pero es mi única oportunidad porque se va a alejar.

Bajo la ventanilla y pido ayuda, gritando a más no poder. El chico me oye y se gira corriendo, y no tarda en acercarse rápidamente.

-¡Eh!¿Qué está pasando aquí? 

Esa voz me es peculiar. Muy peculiar. Pero no consigo verle la cara. LLeva una camiseta de Pink Floyd y unos vaqueros. Oh, Pink Floyd, genial. ¿PERO EN QUÉ ESTOY PENSANDO? VEN, QUE ME SECUESTRAN.

-Baja del taxi, pedazo de zorra chivata- dice el hombre, que parece estar perdiendo los nervios.

Yo no me lo pienso dos veces y bajo. El taxista intenta huir, pero el coche no arranca. Mira que es casualidad.

-¿A dónde vas, cobarde?- Le grita el sujeto que me ha ayudado- ¿ibas a robarle a esta señorita? Tú vete a tu casa, corre, yo llamo a la policía y lo retengo-.

Es raro que un extraño haga tanto por mí, pero es de noche, estoy muy cansada, hambrienta y asustada, no soy quien para cuestionarlo. 

No nos hemos alejado mucho del hotel, así que me voy con paso rápido de vuelta, y como son las 9:00 me da tiempo a coger comida buena del buffet.

Entro muy cansada a mi hotel y me voy a la habitación, me doy una ducha rápida, me seco el pelo, me visto, me pinto la raya y bajo a cenar. No sé ni para qué tanto si inmediatamente voy a volver a subir a dormir, pero bueno.

Cuando subo, me pongo el pijama y me echo en la cama a pensar en lo que ha pasado hoy.

"Ese chico... no le he visto la cara muy bien porque estaba oscuro... pero... esa voz..." Abro los ojos como platos cuando caigo en la cuenta: ¿EDDISPLAY?

No siempre el destino acierta... o sí (EDDisplay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora