Epilogo.

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Los pasos sobre la madera eran muy tenues pero firmes hasta algo cansados, era invierno en aquel lugar y no importaba donde vivieses el frío invernal siempre te haría erizar la piel como obligarte a correr a esconderte entre un montón de mantas y un fogón cálido para no morir de la helada, pero aquel hombre que recién regresaba a su hogar a altas horas de la noche por su trabajo en el pueblo más cercano (y que tenían a la mano, ya sea para empleo u provisiones). Ese hombre, no sentía miedo de haber dejado su familia en su hogar con ese frío, sobre todo porque él sabía que ellos estarían a salvo.

El muchacho se acercó a pasos lentos hasta el cuarto donde debían estar su pareja dormida para esos momento, como era su costumbre desde que su pequeño hijo nació hace solo unos cinco meses atrás, después de mucho tiempo de lucha y superación por parte de ambos sobretodo de su pareja ante su depresión, lograron tener a un pequeño bebé con ellos, uno muy adorable de cabellos azabache y piel porcelana y sus hermosos orbes era de un verde con destellos azules.

   —Shhhh, tranquilo babybird, soy yo... —Dijo con suavidad al notar el movimiento tenso del menor, al salir de los brazos de Morfeo de forma abrupta dispuesto a atacar al intruso que entró a su hogar. El menor en cuestión, yacía en la cama de la habitación con su pequeño.

Un mal hábito que adquirió el chico tanto con su pareja como a cualquiera que intentará tocar a su cachorro, sin su consentimiento, no lo culpaba su trauma lo llevó adoptar aquella forma de comportamiento agresivo aún cuando estaba embarazado. El mayor con lentitud a la cama al ver que su pequeño se calmó al saber que era su esposo el que estaba en casa, Jason sabía que siempre debía tantear terreno no ir directo con su hijo si no quería despertar a la bestia matriarcal que tenía el chico y la cual le hizo ganar más cicatrices, pero nunca lo culpo y menos al ver el gesto de arrepentimiento del otro y casi de miedo de lo que hacía.

Para muchos era fácil decir que con otro hijo las cosas cambian después de un aborto, pero no era fácil hacerlo y menos el cuerpo de su pequeño dragonsito, porque este mismo después de la tortura sufrida se le hizo difícil aguantar y con llevar un embarazo a término sin complicaciones ni abortos, hasta el mismo menor quiso olvidarse el tema de tener una familia hasta que logró concebir a su pequeño hijo, que es la luz y felicidad misma de Tim.

Cuando Tim no le molesto al tener la presencia y el toque del ex príncipe, el mayor supo que ya podía fácilmente tocar a su pequeño hijo que para sorpresa del par que desde el momento que nació no obtuvo la maldición del menor, el pequeño Thomas se movió un poco al toque de su padre hasta sus pequeñas manitas regordetas tomaron un dedo para mordisquearlo, el pequeño estaba cálido gracias al calor que proporcionaba él mitad dragón sobre todo porque las alas de este siempre lo protegían del frío abrasivo del invierno —Porque el menor tuvo que esperar casi seis años para que se regenerasen por completo como el dolor de qué estás finalmente volvieran a nacer de su espalda, como si fuera la primera vez—.

   —¿Puedo cargarlo, Timmy? —Preguntó esperando a una afirmación de su esposo, el cual asintió con una sonrisa hasta le ayudó, tomando al infante entre sus brazos y dándoselo a su pareja completamente confiado que no le haría nada de nada a su hijo. Mientras el menor se apegaba aún lado de Jason y lo cubría con sus alas, para evitar que su pequeño muriera de frío como brindándole algo de calor al otro pelinegro—. Eres muy dormilón, como tu mami Timmy —Le habló al pequeño bebé Jason ganándose una mirada de reproche de su pareja, que solo lo hizo reírse.

   —Yo no duermo todo el día, simplemente acompañó y brindó de calor a nuestro hijo, o acaso, ¿Quieres que termine como un bloque de hielo? —Murmuró molesto el menor, sin ganas de despertar a su re tocho por su pequeña discusión. Jason miró a Tim, notando el pequeño puchero adorable que hacía y que no pudo evitar darle un beso suave y amoroso para bajarle el enojo al otro.

    —¿Puedo acurrucarme con ustedes, para no morir de frío? —Preguntó a centímetros de los labios carmesí y carnosos de su esposo, justo después de haber terminado el beso entre ambos. Una sonrisa floreció de los labios ajenos antes de separar la distancia con otro beso que le siguieron más de estos, pero se tuvieron que detener al escuchar la protesta del infante al sentir un poco el movimiento como la falta de los brazos de su madre.

Ambos padres se rieron un poco y Jason le entregó al bebé a su esposo que como toda "madre" cariñosa lo acepto y apego a su pecho, mientras se volvía acostarse de lado en la cama envolviendolos con sus alas. Jason por su lado se levantó de la cama para irse a cambiar de ropa, mientras escuchaba con tranquilidad y disfrutando de la nana que tarareaba y cantaba su dragóncito a su cachorro antes de unirse a su familia a la cama siendo él, el que los cubría ahora con las mantas y demás pieles calientes contra el frío, mientras el menor le hizo un pequeño espacio a su esposo dentro del resguardo de sus alas para estar todos juntos y más calientes.

Jason, no se durmió al instante en cambio, se quedó viendo a su esposo y a su pequeño hijo descansar de forma tranquila  eran de esas pocas veces que podía disfrutar de ver la paz y tranquilidad en la que se encontraban después de tantos años de dolor, porque si fueron casi 15 años los que tuvieron que afrontar el dolor, desolación, depresión, decepción y melancolía. Pero a pesar de todo, allí estaban juntos y con una nueva adición.

   —¿Qué sucede pequeño? —Preguntó en un susurro plagado de diversión, al ver cómo su pequeño se despertaba y bostezaba de forma tan adorable hasta que un estornudo no se hizo esperar, no por el frío sino las cobijas. Jason con cuidado lo volvió arrullar, mientras sus dedos peinaban de forma suave la mejilla porcelana del infante— En definitiva, eres idéntico a Timmy —Afirmó susurrando y sin dejar de sonreír ante la imagen llena de ternura.

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El guardián del bosque.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora