Me tiré en la cama mirando el techo pensando como siempre en él. Sus ojos cafés tan... comunes pero a la vez tan diferentes. Era raro pensar de esa manera, lo sé.
Sé que los peruanos son similares pero no somos como los chinos. Todos iguales. Giré sobre mi cama varias veces y me quedé allí, otra vez tiesa imaginado como me tomaba de la mano, como me sonreía pero... no podía imaginarme un beso. De solo pensarlo, me muero. Las cosas anteriores que he mencionado, ya han pasado, así que es muy fácil recrear esos momentos.
Pero... ¿un beso? ¿de él? ¿de Felipe? ¡Impensable!
Me muerdo la lengua sin siquiera querer, un mal hábito que he desarrollado, parece que masco chicle. Cuando mi celular sonó, salté de inmediato a buscarlo entre mis sábanas. Salía el nombre de mi hermana en la patalla.
-Hola Natalie- saludé mientras me acomodaba en la cama.
-Hola Val, ¿resolvimos el asunto?- mi hermana estaba enterado de todo el embrollo sentimental que estaba teniendo. Con punto y coma incluido.
-¿Resolver? ¿Resolver es imaginarlo en mi techo? Dime, por favor qué sí es eso.
-Ni de lejos- rió Nat al otro lado de la línea, a pesar de 6 años de diferencia, nos llevamos bien, no como cuando yo aún estaba en primaria y ella pasaba por esto de la "pubertad" y "hormonas adolescentes". Ahora yo ya tengo 14 y ella 20.
-Rayos.
-Creo que deberías decirselo. Nada pierdes.
-¿Tú lo hiciste?
-Nop, pero se dió cuenta. Era demasiado obvia, aún recuerdo que roja me ponía cuando me hablaba.
-Y ahora, estás con David, tu catedrático. Puaj.
-Me lleva 10 años, Val, no 30.
-Como sea, tienes razón... es hora de que lo sepa... al fin y al cabo, nada es para siempre.
-Si piensas así, nunca te casarás.
-¡Seré una solterona con 57 gatos!
-Ya. Te dejo Val, ojalá todo salga bien.
-Que Dios te oiga.
Lo siguiente que oí fue el "beep" del teléfono.
No podía seguir esperando, el sentimiento de que alguien me estruja las tripas es insoportable. No podía dejar de recrear la cara de Felipe en mi cabeza... excepto la de aquel beso que nunca pasó.
No.
Ese beso tiene que pasar. Es ahora o nunca. Ese beso... ¿Cómo será chocar los labios de Felipe? Llevé mis dedos a mis labios y los acaricié, es obvio que será una sensación muy distinta pero no puedo dejar que venga a mi cabeza por sí solo.
Apreté la almohada contra mi cara y pataleé al cielo.
-Oye, Houston. Tenemos un problema bien gordo.
Cogí el teléfono y mandé un texto.
"Que sea lo que Dios quiera..."

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Oye, Houston
RomantizmAlgunos piensan que los adolescentes no sienten verdadero amor, que solo es atracción. Pero el amor es tan fuerte que puede sentirse en cualquier etapa.