Estaba sentado en el piso de madera, recostado contra mi cama, mirando como un completo idiota la pantalla de mi teléfono
¿Qué esperaba? Tenía que ir a por ella. Tenía que dar el primer paso. Es lo que los hombres hacen ¿no?
Casi dejo caer mi teléfono cuando sonó.
De: Val :)
Hola Felipe, te iba a preguntar si querías ir por un helado pero la lluvia tan repentina en esta ciudad es realmente molesta. ¿Qué tal un café en la cafeteria cerca a mi casa?
Sonreí involuntariamente y apresuré a responder.
De: Felipe
¡Claro Val! Gracias por avisarme lo de la lluvia, ni me había fijado por pensar en ti llevaré mi paraguas, así podemos caminar por el parque frente a SENATI* como en las películas románticas, donde a la protagonista se le roba un beso Te veo pronto, un beso y muchos, muchos más.
No tenía tiempo para ducharme otra vez, cogí mi mejor chaqueta y salí con el paraguas en la mano. Me mentalicé en el taxi camino a casa de Valerie que podía decirle... ¿Como se hacen las confesiones? No puedo desaprovechar la lluvia, era esencial para el ambiente.
Conozco a Valerie desde que entró a primaria y sé como es, sé como se oye su risa, sé las muecas que hace en cada situación. Aún recuerdo como molestaba a su hermana, tan solo porque sabía que Val la defendería de mí. Su hermana tan solo se reía, ella se había dado cuenta de mis sentimientos antes que yo mismo.
Le dije al vigilante que iba a pasar, él ya me conocía de tantas visitas que hacía a la urbanización en donde vivía mi mejor amigo y mi... amiga Valerie... mi amor platónico.
Bastó tocar el timbre para que ella saliese con un impermeable rojo y una sudadera debajo que ayudaba a cubrir su cabeza. Se acercó a mí de inmediato para que la lluvia no la mojase, cuando vio que estabamos a centímetros, se alejó un poquito con las mejillas coloradas haciendo que las mías tambien se tornasen así.
-Hola Val, lindo impemeable.
-Gracias, también estás lindo
-¿Lindo, yo?
-¡Quiero decir! ¡Tu chaqueta! ¡E-está linda!- espetó muy nerviosa. Sonreí sin querer, su actitud... de alguna manera... me hacía feliz.
-Bu-bueno, gracias ¿nos vamos?
-¡Sí!- volvió a escupir las palabras con cierto temblor en la voz. Aproveché un poco la situación y abrazé sus hombros.
Sentí como su cuerpo se tensaba bajo mi brazo.
-¿Por qué me abrazas?- me susurró mientras caminábamos hacia la cafetería que tan soloo estaba a una calle de la casa de Val.
-No quiero que te mojes, a lo mejor no nos dejan entrar- bromeé sin mirarle a la cara, si la miraba, mi mentira se iba al traste.
-Oh, claro...- musitó con algo de tristeza. Demonios, no quería que se pusiera así.
Cuando llegamos a la cafeteria, pedí dos capucchinos y dos donas con glaseado de chocolate. Ella sonrió al ver que había acertado con sus gustos. Primero comimos en silencio y luego empezamos a conversar de cosas triviales, de lo cortas que eran las vacaciones de julio. La conversación fluía, diferentes temas y hasta ella reía. ¡Y con ganas! ¡No era forzada!
Salimos de la cafeteria y la llevé al parque bajo mi brazo y el paraguas. Nos sentamos en una banca que no estba mojada debido a que un techo la resguardaba.
Volvimos a quedarnos en silencio, mirándonos, sus ojos tan oscuros... brillaban y me mostraban algo...
-Necesito decirte algo- dijimos ambos al mismo tiempo.
SENATI* = Servicio Nacional de Adiestramiento en Trabajo Industrial

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Oye, Houston
RomanceAlgunos piensan que los adolescentes no sienten verdadero amor, que solo es atracción. Pero el amor es tan fuerte que puede sentirse en cualquier etapa.