Capitulo 32 • Hay que llamar a una ambulancia.

12.3K 522 7
                                    

*

*

Capítulo XXXII

.

Cuando finalmente, luego de segundos que parecieron toda una vida, fue Daniel quien cayó al suelo con la camisa toda ensangrentada por la herida de bala, sentí como mi aliento, mi ritmo cardiaco normal e incluso mi alma misma retornaban a mi cuerpo, devolviéndole el color a mi pálido rostro y llevándose mi recientemente adquirido aturdimiento físico.

Justin no pareció volver en sí en seguida. Parpadeó varias veces como si quisiera alejar las imágenes de su cabeza y hacer desaparecer la sangre de sus manos y salpicada en su camisa. Un segundo después negó con la cabeza y tiró el arma al suelo, y olvidándose del cuerpo sangriento de Daniel, dio tres grandes zancadas hasta quedar junto a mí. Se agachó para quedar a mi altura y tomó mi rostro entre sus manos. Apenas podía distinguirlo con los ojos todos llorosos, pero fue como ver el sol luego de miles de años pensando que nunca amanecería de nuevo.

—¿Estás bien? —su voz fue un susurró y mi alma cantó en reconocimiento. Me las arreglé para asentir con la cabeza y sus brazos me envolvieron de pronto, llevándose todo lo que pudiera estarme haciendo daño—. Lo siento, _________, lo siento tanto, cariño.

Parecía ridículo que las mariposas de mi estómago revivieran con tan solo escucharlo llamarme así, considerando las circunstancias, pero lo hicieron, y me di cuenta de que había extrañado aquella sensación.

Me aferré a él tan fuerte como él a mí. Minutos enteros pasaron sin que ninguno de los dos dijera nada. Hasta se me había olvidado que yacía un cuerpo sin vida junto a nosotros, y parecía injusto que hubiera muerto, porque no era su culpa, Daniel simplemente tenía una enfermedad, una enfermedad que no podía ser evitada con tan solo voluntad, pero habría sido la vida de Justin en cambio, y luego habría sido la mía y la del bebé. Justin estaba aturdido, muy aturdido por lo que acababa de hacer. Dudaba que siquiera hubiera tocado un arma en su vida, pero al mismo tiempo él sabía que no había habido otra opción, y no se arrepentía de ello.

—Traté de encontrarte antes, _______. Debí haberte encontrado antes —la voz de Justin chocó contra mi oído y envió mil deliciosos escalofríos a través de mi cuerpo.

—No es tu culpa, Justin —murmuré—. Yo me fui. Debí haberte escuchado, yo...

—¿Por qué? —de pronto se separó de mí y sus ojos se conectaron con los míos de una manera tan intensa que me sentí mareada—. ¿Por qué te fuiste?

Todo me cayó encima de nuevo. Aún quedaba un enorme cabo suelto por atar, aún no estaba lista para decirle a Justin la verdad y dudaba que él fuera a tragarse cualquier mentira que se me ocurriera inventar. Además, cuando me miraba así, era difícil recordar cómo respirar, y mucho menos cómo elaborar una historia falsa. 

—Justin.... Mi tobillo me duele —dije en cambio, intentando distraerlo.

Justin frunció el ceño, pero se distrajo con mi tobillo y lo tomó para revisarlo. Tuve que morder el interior de mi mejilla para no gritar, porque en verdad dolía como miel demonios.

—Mierda, está roto—Justin frunció el ceño y yo cometí el error de mirar mi tobillo. El hueso parecía estar fuera de su lugar. No había atravesado la carne ni nada de eso, pero seguía viéndose bastante mal. Una vez me había quebrado un brazo luego de caerme bailando, y me había tomado sus buenos tres meses para poder siquiera moverlo. Esto se veía igual de serio, y considerando que mi tobillo era necesario para todo tipo de actividades, sí sería peor... Además la imagen era perturbadora.

—Hay... Hay que llamar a una ambulancia —mis ojos viajaron al cuerpo sin vida de Daniel—. Ahora mismo.

Luego de eso Justin no intentó preguntarme de nuevo qué era lo que sucedía, y al parecer la playera había tapado exitosamente la curva prominente de mi estómago. Unos minutos después todo se volvió un caos masivo. La policía llegó, los paramédicos llegaron, los vecinos se arremolinaron alrededor de la cinta de no traspasar puesta alrededor de la casa para dárselas de morbosos y de alguna manera Justin logró que nos dejaran ir al hospital. Me había parecido extraño considerando que acababa de haber un asesinato y la única herida grave era mi pie quebrado, pero resultaba que una bala había terminado en el hombro de Justin. Él no se había quejado en ningún momento y la oscuridad de la casa y la tensión del momento no hicieron que me percatara de nada hasta que el se sacó la camisa para que un paramédico lo revisara. Creo que solté un grito y él me aseguró mil veces que no era nada. No había habido una perdida alta de sangre, porque se había detenido rápidamente. Por suerte, la bala había acertado en el lugar más correcto posible como para que no causara daños mayores. El resto fue historia.

Unas horas después todo seguía siendo un caos. Nos interrogaron a ambos sobre lo que había pasado y luego llegaron nuestras familias. Nunca había visto a mi mamá llorar de esa manera, y luego Pattie se le unió. No pude escaparme de ellas hasta que tuve mi pie enyesado y tratado correctamente y una de las enfermeras me llevó en silla de ruedas a la cafetería. Me encontraron rápidamente unos segundos después, pero con la noticia de que Justin necesitaba verme ahora mismo. La enfermera volvió a acarrearme hasta la habitación donde estaba Justin.

En otras circunstancias, me hubiera quedado como una idiota mirando al torso esculpido de Justin solo tapado por una venda que cubría su hombro, como lo hizo la enfermera antes de que los dos nos quedáramos mirándola mal y se precipitara fuera de la habitación, pero sabiendo que ahora venía el momento de sincerararse, lo único que podía sentir era un horrible frío y una creciente sensación de dolor en mi pecho, y el conocimiento de que todo se acababa aquí.

Otra vez.

*

*

++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

Mierda.

    Tw: jxqueless/fckmxjb/jxileyotp/kngdrxw Ig: itsjustllinne/whoislinx/linxdc  

Line-
 

La Preferida del Jefe✵|j.b|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora