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Tal vez me equivoque.
Tal vez el amor si esta destinado a doler...
Y los seres humanos amamos ese tipo de dolor. Por eso nos encasillamos en el, aunque nos consuma lentamente, solo por algunos recuerdos que nos dan un segundo de felicidad y horas de melancolía.
Leemos antiguos mensajes, viejas cartas escritas a mano. Observamos por horas fotografías, donde éramos felices, cuando nos sentíamos completos, cuando nada parecía faltar. Cuando respirar tenia sentido.
Reproduzco la cancion. Mis audifonos me ofrecen la melodia solo a mi. Sonrió al recordar. Solo sonrió. Sonrió aunque duela, porque me he acostumbrado a mostrar una sonrisa en vez de una mueca y porque el dolor ha permanecido tanto tiempo ahi que ya lo he acoplado a mi rutuna, aceptando que jamás se ira.
La canción termina.
Tres golpes a la puerta principal me llamaron para que fuese a abrir. Me quité los audífonos de los oidos y los guarde junto a mi celular en el bolsillo de mi sudadera. Baje de mi cama y caminé rumbo a la sala.
Mis pies descalzos sobre el frio piso de madera me erizaban la piel de una manera poco agradable. No habia alcanzándo a ponerme mis pantuflas por mi afan de que quien tocase a mi puerta, seria atendido lo antes posible. Mi madre me regañó mas de una vez diciendome que siempre debia mirar por el ojo de la puerta para ver quien era la persona que tocaba a mi departamento, sobretodo si no esperaba visitas. Nunca le hice caso, se preocupaba demasiado por nada; pero cuando la puerta dio total vista al pasillo vi aquella figura delegada con cabello castaño chocolate y esos ojos, considere utilizar el ojo de la puerta la próxima vez, pero solo para no verme tan sorprendido.
Entré nuevamente a la sala, pero esta vez por la cocina.
Di unos pasos hacia el sofa, donde estaba sentado él. Me detuve cuando mis piernas estaban a menos de un paso de distancia de sus rodillas y le extendí una taza de café.
Me sonreíste apenas y recibiste la bebida caliente. Intentaste ocultar tu disgusto al oler el cafe, pero lo note, nunca fuiste bueno aparentando.
Me acomodé en el sillon junto a el sofa y di un trago a mi café. Respiré hondo el aroma luego de tragar. Exquisito.
Levanté la mirada hacia ti, percibiendo lo distraído que estabas. Mirando a la nada y con las manos aldededor de la taza, sin intenciones de tomar ni un sorbo. Decidí darte tiempo de reacomodar tus ideas, porque conociéndote tan bien como lo hago, se que viniste por puro impulso y ahora estabas debatiendo contigo mismo sobre que es lo que querias decirme o de que manera decirmelo. Podrias tardar un rato asi que pense en aprovechar el tiempo, disfrutando de mi taza de cafe, mientras observaba tu perfil.
¿Pero es que los años no te pesan? Sigues identico a como te deje hace 4 años, solo que mas hermoso, si eso era posible.
—¿Por que volviste?—
Tragué el liquido carnonizado en mi boca y relami mis labios.
—Daegu es mi hogar—Contesté sencillamente—No podia estar lejos mucho tiempo—
—Creí que Seul se habia convertido en tu nuevo "hogar"—
—Seul solo fue un lugar donde consegui trabajo y me tomé el tiempo de descansar—
—Descansar del estres—Citó aquellas palabras que le dije hace cuatro años.—O tal vez... ¿Descansar de mi?—
Cerre mis ojos por unos segundos. Respire hondo.
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I'll Be Here • TaeGi
Short Story❛❛ Me fui prometiendo volver. Llegue tarde, muy tarde. Te habias cansado de esperarme, de pensar en donde estaba. Yo no me cansé de preguntar como estabas. Al cabo de un tiempo cambie el "¿Como?" por el"¿Donde?" porque sabia, que conmigo ya no esta...