El cielo estaba totalmente despejado, los rayos del sol se filtraban por la ventana de la habitación de Will. El castaño estaba concentrado en un dibujo que estaba haciendo, al mismo tiempo oía música que le había recomendado su hermano mayor en una Walkman. Sentado sobre su cama con un cuaderno sobre sus piernas, se detenía de vez en cuando para mirar si no le parecía algo del dibujo, borraba y volvía a poner el lápiz sobre la hoja.
-Will. -Exclamó Joyce abriendo la puerta lentamente.
Will no la oyó, Joyce se acercó a él y se sentó en la orilla de su cama, tocó con suavidad la pierna de su hijo haciendo que diera un pequeño salto del susto, pues el chico no se había percatado de la presencia de su madre y lo pilló desprevenido.
-¿Qué dibujabas? -Sonrió tratando de ver el dibujo.
-A-algo. -Dijo intentando no mostrarse nervioso y allegó el cuaderno a su pecho- ¿Venías de decirme algo?
-Ha llamado Mike.
-¿Para qué?
-Dejó un mensaje para ti.
-¿Y cuál es ese mensaje?
-Dijo que mas tarde fueras a su casa.
-¿Te dijo a qué hora?
-No, solo me dijo eso.
-Bueno...¿Mamá?
-¿Si, cariño?
-Me dejas continuar el dibujo, por favor. -Titubeó.
-Está bien.
🌻
El castaño iba de camino a casa de su amigo con el cuaderno donde estaba el dibujo bajo su brazo. Estaba ansioso, entre más se estaba acercando para al fin llegar a casa de Mike, sentía que sus manos sudaban. Mordía su labio inferior de los nervios. Un poco más y estaría en frente de la casa, se detuvo, hizo sus manos puño y continuó caminando.
Por otro lado Mike estaba cenando, no le daba importancia a la conversación de sus padres. Jugaba con la comida, su brazo sobre la mesa y cabizbajo.
-Mike. -Karen llamó su atención.
-¿Qué? -Respondió sin ánimos.
-Ya deja de jugar con la comida.
Mike dejó de hacerlo, tomó el vaso de jugo y le dio un sorbo.
La razón por que estaba así era porque Will aún no aparecía y por la hora creía que ya no vendría. Era un día especial y necesitaba que fuese a su casa, tenía algo que entregarle.
Llamaron al timbre, Mike levantó la mirada y corrió hacia la puerta.
-Yo voy.
Aclaró su garganta y abrió la puerta. Una sonrisa se le dibujó en el rostro tras ver a Will parado en frente de él.
-Pensé que no vendrías.
-Ya estoy aquí. -Esbozó una pequeña sonrisa.
-Entra.
Will saludó a los padres de su amigo rápido, Mike lo estaba apurando. Lo guió hasta su habitación, ambos entraron y Mike tomó una bolsa de regalo que estaba sobre su mesa de noche, se giró y se la extendió a Will.
-Ten, feliz día de la amistad. -Dijo con una sonrisa de lado a lado.
-Yo también tengo algo para ti. -Extendió el cuaderno que traía hacia Mike- Feliz día de la amistad.
El castaño se quedó mirándolo a los ojos y Mike sostuvo la mirada.
-Mira, tu regalo, míralo. -Exclamó Mike.
El chico sacó de la bolsa una cajita con lapices de colores, al instante sonrió, miró a Mike y lo abrazó.
-Gracias Mike.
Mike le correspondió el abrazo, por unos segundos cerró los ojos y dejó escapar un suspiro. Will se separó del abrazo y Mike estaba a nada de abrir el cuaderno para ver el contenido.
-No, espera...mejor míralo luego.
-Bien. -Titubeó.
-Será mejor que me vaya, es tarde, solo he venido porque me lo has pedido y para entregarte eso. -Señaló el cuaderno que tenía su amigo en sus manos.
-Pude regalarte algo mejor...-Dijo Mike haciendo una mueca.
-No, me hacían falta más lapices, yo pude regalarte algo mejor...Bueno...debería de irme, ¿Me acompañas hasta la puerta?
Estaba por girarse para salir de la habitación junto a Mike cuando cuando este posó su mano sobre su hombro.
-Espera.
-¿Qué?
-¿En serio no quieres ver mi reacción ante el regalo?
-Prefiero que lo veas cuando yo me haya ido.
Mike asintió.
Acompañó a su amigo hasta la puerta, se despidieron, cerró la puerta y se fue corriendo a su habitación. Abrió el cuaderno, en la tapa al abrirlo tenía algo escrito.
"Ve a la penúltima página".
El cuaderno traía dibujos que había hecho y Mike lo hojeó antes de llegar a la penúltima página. Dio con la página que tenía que ver y sonrió grande al ver el dibujo. Estaba dibujado él de perfil, añadió cada detalle incluyendo las pecas del chico. Lo contempló y luego lo dejó a un lado, bajó las escaleras con prisa, abrió la puerta principal, miró hacia todos lados, llegó hasta la acera, echó un vistazo hacia ambos lados. Will ya se había marchado, bufó y se devolvió a su casa, frustrado por no poder darle las gracias y por no poder decirle que fue el mejor regalo que le pudieron dar alguna vez y eso lo hacía especial.
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A special gift {Byler}
Short StoryMike le da un regalo a Will por el día de la amistad.