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Era un día similar a los demás para la taiwanesa. Dejando de lado el festival de canto que cada año se presentaba en su ciudad. E igual que siempre, en todas las instituciones desde el nivel básico hasta preparatoria se harían audiciones. Una gran oportunidad de reconocimiento puesto que las personas que pasaran dicha audición, estarían presentando a su institución.

A la chica nunca le había llamado la atención hasta este año, por el tipo de selección. Los alumnos se escogerían al azar y ellos mismos harían la audición. Para su mala suerte, fue escogida en un dos por tres. ¡Aunque dijera un millón de veces que no quería, no pudo hacer nada!

—Está bien, hoy es el último ensayo. Por favor, reúnanse. —Los seleccionados se reunieron alrededor de la mesa cantando sus partes de la canción, la taiwanesa no se quedaba atrás para no verse maleducada. Podía estar en desacuerdo con su participación, pero no quería ser tan malcriada.


Tzuyu logró hacer su presentación y salió del salón de música tan rápido como sus pies se lo permitieron. Recogió las cosas de su siguiente materia y comenzó a dirigirse al salón, donde la clase había comenzado hace unos veinte minutos. Lo bueno de tener ensayos entre las horas de clase, era que si uno de estos coincidía con alguna de sus materias podía entrar sin problema al salón.

El problema ahora es que su próxima clase era química, y digamos que no le caía bien a la profesora.

La chica suspiró exhausta. Ya estaba haciéndose la idea de quedarse en el suelo al lado de la puerta hasta que la clase terminara. En el rápido trayecto, observó a Seungmin sonriendo malévolamente en su dirección. Pasó por su lado, la saludó y lo vio irse. Para cualquier persona eso sería un comportamiento "normal" pero para la taiwanesa no lo era. Sabía que algo malo estaba sucediendo.


Seungmin era catalogado como el bully del colegio. Y si no fuera porque sus notas eran medianamente buenas y sus padres eran unos millonarios, ya hubiera desaparecido hace mucho tiempo. Todo aquello lo sabía, porque una vez fue amiga de él. Pero tan pronto como intentó sobrepasar la barrera de la amistad lo mandó a la mierda. Si se encontraba merodeando por esos pasillos desolados, seguramente había hecho algo malo.

Tzuyu dudó si pasarse unos segundos de su clase solamente para averiguar —aunque de todos modos no lograría entrar ni con un milagro—. Chasqueó con su lengua y se agachó lo suficiente para que su profesora no fuera a verla por la ventana del salón. Una vez completó su pequeña travesura, aceleró el paso hasta escuchar pequeños quejidos en la esquina del pasillo siguiente.


Una chica de cabello negro se encontraba sentada en el suelo. Sus piernas extendidas en el mármol mientras los moretones decoraban su piel blanca. Uno que otro moretón subiendo por su brazo y un par de rasguños. La de piel canela dejó caer su bolso estruendosamente asustando a la contraria, dejándose ver ante la hermosa chica del instituto. Pero, la chica no quería que la taiwanesa la viera. —¿Puedes quedarte quieta? Estoy tratando de ayudarte.

Gruñó por lo bajo y tomó su bolso nuevamente rebuscando una botella de agua y un poco de papel higiénico. Tal vez no era lo mejor para una situación de este nivel, pero ayudaría un poco para pasar desapercibida. O eso esperaba.


Tzuyu la tomó por la muñeca y procedió a limpiar la sangre un tanto seca de su piel. Seungmin realmente se había pasado de ser un estorbo a ser un maldito problema. La chica tomó otro trozo de papel y se lo extendió a la pelinegra, quien no parecía entender tanta ayuda.

La taiwanesa rodó los ojos y tomó la mano contraria para luego depositar el suave papel y dirigirlo hacia la nariz rojiza de la chica con cuidado.


—¿Quién te hizo esto? —Inquirió misteriosa. Estaba segura un 100% de que se trataba del chico anteriormente mencionado, pero no estaba de más preguntar. —Hey, te estoy preguntando algo.

La pelinegra parpadeó incapaz de decir algo entendible. —E-Eres tú... —La alta rió por lo bajo sin gracia. —Sí, soy yo. Vaya descubrimiento, ¿verdad? —La chica se sonrojó pero no dijo palabra alguna. Aquello resultaba bastante extraño para la taiwanesa, pero no sería tan grosera para recalcárselo.

—Hey, ¿no quieres que te lleve a la enfermería? No está tan lejos de aquí, no es ningún problema para mí. —Fuera dicho algo más pero fue interrumpida por un pequeño abrazo de la chica de rostro rojizo. —Estoy bien, gracias por ayudarme.

—¿Está bien? —Murmuró para sí misma observando como la muchacha se alejaba mientras cojeaba un poco. Tzuyu se preguntó si había hecho lo mejor.


✉ . . . ♡


¡Hola Tzuyu! (*°ー°)ノ

¡Hoy fui a verte en el salón! Pero no estabas ahí. Escuché a alguien decir que estabas en el salón de música pero recordé que no tiene ventanas, así que preferí no ir. ┐(︶▽︶)┌

¿Debería seguir mandándote notas? Puedes decirme si quieres que pare.

¿Te gusta el olor a limón? (o^ ^o)

✔ ¡sí!

☆ no


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STUPID QUESTIONS。 ── SATZUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora