(Una semana antes)
PDV Carlos
Estaba dormido en mí cama en la plena oscuridad de mis sueños, el cuerpo me pesaba y lo sentía un poco adolorido, luego una sensación cálida y mojada recubrió mi barbilla y parte de mi labio, era extraño pero no le presté atención, poco a poco me estaba despertando así que supuse que lo había imaginado, luego volví a sentirlo una segunda vez y hasta una tercera, ya eso no podía ser coincidencia, arrugué el ceño e intente abrir los ojos, lentamente mis parpados se separaron dejándome ver una clara imagen, la pesadez en mi cuerpo desapareció inmediatamente al levantarme de un brinco, no pude explicarme cómo termine de pie fuera de la cama sin haberme caído o haberme enredado en las sabanas pero lo hice, mi perro "Chico" estaba justo en mi almohada y había hecho lo impensable, se orinó en mi cama específicamente en mi almohada, cerré los puños muy molesto aunque fue difícil ya que mi cuerpo seguía adormilado.
-¡¿Chico qué hiciste?! ¡Me orinaste la cara!- Grite muy molesto mientras corría asqueado al baño. Abrí el grifo y dejé correr el agua, tomé el jabón y me lavé la cara de forma desesperada.
-No te oriné la cara- Respondió mi perro cuando salí del baño, él había conseguido hablar debido a uno de los hechizos de Mal.
-¿Entonces cómo llamarías a esto?- Señalé a mi rostro y a mi almohada con mi dedo dándole una mirada furiosa a mi perro.
-No te oriné la cara... directamente- Dijo haciendo que yo volteara los ojos indignado- de igual forma es tu culpa, no lo hubiese tenido que hacer si te hubieses despertado cuando sonó la alarma, tengo mucha hambre... no me puedes culpar por tomar medidas extremas.
-No vuelvas a hacer eso ¿Lo entendiste?- Me acerqué al reloj pensando que habían pasado unos minutos desde que sonó, miré la hora y eran las 9 am, abrí los ojos sorprendido y solté un pequeño grito combinado con un salto.
Corrí al baño y me encerré quitándome la ropa a tropezones, me coloqué bajo la ducha, abrí torpemente la regadera y dejé que el agua recorriese todo mi cuerpo, la sensación fue grandiosa, la combinación de sueño con el agua fría no podía ser mejor, cuando salgo de la regadera veo que no traje mi paño, coloqué mis manos encima de mi rostro frustrado tomando una rápida elección, no podía hacer nada más, debía salir desnudo a mi cuarto, nadie estaba allí, solo Chico y no debía preocuparme, abrí la puerta confiadamente y di un paso para entrar a mi habitación más quedé en blanco cuando vi a Jay de pie junto a su armario, él estaba de espalda y no se había percatado que yo lo estaba viéndolo así que retrocedí lentamente y de golpe cerré la puerta.
-¿Carlos, eres tú?- Escuché la voz de Jay al otro lado de la puerta.
-Sí, soy yo, por favor necesito que me pases mi paño lo olvide en mi armario.
-¿Quién se va a bañar y no llega una toalla?- Preguntó él de forma burlona.
-Evítate el comentario y pásame mi toalla.
-Ten- Dijo él tocando la puerta.
Abrí la puerta levemente y saqué mi mano, tomé lo que le había pedido y cerré la puerta, me sequé a toda velocidad até el paño a mi cintura, agarré mis cosas y salí de allí, al abrir nuevamente la puerta Jay ya no estaba, arrugué mi ceño un tanto confundido pero sinceramente así era mejor, fui a mi armario y saqué la ropa que iba a necesitar, unos jeans negros, unos zapatos negros con blanco, una chaqueta negra con blanco, una camiseta gris y un guante de cuero negro, era la típica paleta de colores que usaba a diario, me coloqué todo lo más rápido que pude y miré el reloj, faltaban cinco minutos para las 9:30 am, ya vestido tome el secador e intente arreglarme el pelo lo mejor posible, quedo liso como siempre con esa respectiva ola a un lado que tanto me gustaba, arrojé la ropa sucia a un canasto y tome mis libros y la mochila. Salí corriendo por los pasillos intentando llegar a la próxima clase, por suerte yo era rápido y solo llegué unos minutos tarde, era la hora de química y me senté con mi novia Jane, al verla se me iluminaron los ojos, ella era muy linda y era una chica muy especial para mí, estuvimos concentrados toda la clase y una que otra vez intercambiábamos sonrisas, me encantaba cuando nuestras manos se encontraban por casualidad en la mesa y luego nos veíamos a los ojos, era muy lindo el por fin haber encontrado a alguien que te quiere y te aprecia, Mal, Evie y Jay me querían y me apreciaban pero no como lo hacía Jane. Con el timbre se anunció el final de la clase y mientras que guardábamos nuestras cosas surgió una conversación.
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Descendants: La expansión de Auradon. (Gay)
FanfictionLlegan nuevamente los descendientes, los hijos de los villanos vuelven a la acción en una historia cargada de romance, traición, drama, giros explosivos y la aparición de nuevos personajes icónicos con historias profundas ocultas en sus memorias. A...