two

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Chanyeol

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Chanyeol.

Él fue el primero en despertarse la mañana siguiente.

Yo desperté de golpe segundos después con el rechinido de la puerta, parece que lo asusté, pero quién no se asustaría si una mañana después de una borrachera despierta en una casa completamente distinta a la suya y lo primero que ve es a un tipo con ojeras y el sofá pintado en la cara...digo yo...
Le di los buenos días pero el no respondió, ni siquiera se movió, sólo clavó esos grandes ojos en los míos, como si intentara descifrar así el quién era.
Cuando el desayuno estuvo listo le invité, apenas y comió el pobre, supuse que tendría un dolor de cabeza importante, así que le dejé medicamento y todo. Yo tenía que salir en menos de una hora.
"Quédate el tiempo que desees, no te obligaré a quedarte, pero te rogaré para que esperes hasta que llegue, no tardaré demasiado. Quiero hablar contigo" Le dije antes de irme, él sólo asintió, yo le sonreí y salí.
Siempre me gustó ese tema de el Daddy y el Babyboy, y supuse que sería algo perfecto para el chico de grandes ojos y para mí. Era aburrido estar solo en los días libres y era deprimente no tener a quien abrazar después de cada concierto. KyungSoo necesitaba dinero y yo a alguien a mi lado. Nada parecía poder fallar, era un plan estupendo.
Cuando volví a casa unas horas después, me alivió el ver que él seguía ahí. Aún tenía la ropa de la noche anterior puesta, veía televisión y se le notaba algo incómodo, me acerqué a él sonriendo, me quité mi chaqueta y me senté a su lado, puse uno de mis brazos por detrás de sus hombros; recargado en el respaldo del sofá. Me miró por unos instantes.
"Por favor dime que no me acosté contigo..." Susurró. Me volví hacia él y lo miré algo confundido, ¿qué acaso no me había visto dormido en el sofá esa mañana?, negué con la cabeza y le expliqué la situación del bar. Pareció entender enseguida, en cuanto terminé se disculpó y aseguró que no volvería a ser una molestia. Una risa se me escapó. Cuando se levantaba tomé su muñeca y lo hice sentarse de nuevo.
"Aún no termino. Mira, sé que necesitas apoyo económico, no me preguntes cómo lo sé" Sus ojos se abrieron más de lo que estaban, ésta es de esas conversaciones que nunca se olvidan, que simplemente no puedes olvidar. "Seré directo: ¿Te gustaría ser mi Babyboy? Yo cubriría todos tus gastos y tú sólo tendrías que hacerme linda compañía".
Pensé que no sabría el qué era un Babyboy en mi mundo, pero estaba muy enterado por lo visto. Lo pensó unos cuantos minutos, sí que era cierto que había sido muy repentino. Lo que importa es que terminó aceptando y ahí fue cuando comenzó todo.
"Soy KyungSoo" Sonrió, fue la primera vez que me sonrió.
"Llámame Chanyeol, o Daddy" Le regresé la sonrisa.

Después de varios días logré sacarlo de donde era que vivía, era un departamento pequeñísimo: sólo una habitación, una cocina diminuta, una sala donde muy apenas cabía el sofá y el baño ni se diga, horrible. Empacamos todo y él se fue a vivir conmigo, con todo lo que merecía y más...oh, vaya que más...
Pasó algo de tiempo para que KyungSoo fuese completamente él en esencia. Un chico alegre y dedicado, de esos chicos que cuando se enojan son capases de decirte hasta de lo que morirás y el qué te pasará después de muerto. Había veces en las que peleábamos por estupideces en las que sus reproches me hacían reír en lugar de molestarme.
Fuera de eso, KyungSoo había sido de las mejores personas que había conocido. Era un chico adorable, simple, tranquilo y sonriente. Me enamoraron sus abrazos, ni siquiera mi madre me había llegado a abrazar con tanta calidez. Ese era KyungSoo, mi KyungSoo... De verdad extraño cómo solía ser...
En fin. Después empezaron las compras. Compras y más compras. Comenzamos con la ropa, un día entero de Mall en Mall, de tienda en tienda. Ese día fue tan divertido, ambos nos separamos, yo compraría ropa que creía que se le iba a ver de maravilla y él la que gustaste. Cuando regresamos a nuestro punto de encuentro, yo llegué con decenas de bolsas llenas de camisas, playeras, jeans, zapatos, suéteres, de todo...

Él sólo había comprado tres playeras.

Lo llevaba a cenar a lujosos restaurantes casi todas las noches. Comencé a comprarle regalos costosos, comencé con un celular, él no tenía uno propio. Lo llevaba de viaje, a veces incluso omitía encuentros con otros artistas o juntas del trabajo para salir con él... Sólo hacía lo que un Daddy hace, consentir a su Babyboy para verlo sonreír, porque llegó un punto en que su sonrisa lo fue todo para mí.

Si te lo cuento así parece que fui yo el que lo consintió de más, que lo malacostumbró, el que lo malcrió... ¿Y a quién engaño? Así fue.

𝐼 𝑀𝐼𝑆𝑆 𝑇𝐻𝐸 𝑂𝐿𝐷 𝑌𝑂𝑈 | ChansooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora