Yinkana

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Crecí y supe:
Quién si, quién quizá y quién nunca.
Y ahora me doy cuenta de que bien se estaba enrollada en la manta mientras mamabas pecho.
En ese momento solo estaba tu madre y sabías que podías confiar.
Ahora vas jugando una yinkana que a la mas mínima te puede saltar una bomba y destrozarte tus estructuras.

DesordenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora