Capítulo 4

54 6 2
                                    

Louis veía a todas partes con poco interés, él solo quería estar en casa después de un día agotador en el trabajo.

—Puedes quitar la cara de culo que tienes ahora mismo, estas comenzando a estresarme. –Dijo Lottie, su hermana la cual se encontraba caminado a lado de él con una mueca de fastidio.

—Lo siento pero existimos las personas que trabajamos y hacemos cosas por nosotros mismos para nuestra vida en un futuro.

—También existimos personas que no tenemos la culpa de que tus días sean cansados, sabes? –Ahora fue turno de Fizzy, su hermana que caminaba del otro lado de él.

—Y también existo yo, su madre que quiere que guarden silencio y se comporten bien si no, no habrá chocochups mañana. –Su bellísima madre hablo delante de ellos volteando a verlos con una mirada amenazante.

—Realmente no importa ma, papá nos da chocochups cuando tú no te encuentras. –Habló una de las gemelas que caminaban a lado de su madre la cual veía a todos con sorpresa.

—¡Phoebe! –Dijeron todos al unísono al ser echados de cabeza gracias a la niña de tan solo 12 años.

—Ella miente amor, sabes que yo seria incapaz de hacer algo así. ¿No es así chicos? –Su padre volteo a verlos con una mirada severa sonriendo con satisfacción al ver a sus hijos asentir.

Llegaron a la mesa que les correspondía y tomaron asiento todos, comenzando a conversar acerca de lo que sucedió en sus días.

*

Harry había visto con nostalgia la bonita relación que tenía la familia de ese chico, deseando que su familia fueran más humildes y mas unidos sin la necesidad de ser y hacer cosas que no son ni les gusta hacer.

Se sentó a observar como aquel hombre que según lo que su madre le dijo se llamaba Mark tocaba con amor la abultada panza que su hermosa esposa mostraba con orgullo.
Por un momento se puso a pensar en ¿Que pasaría si Fionn se enterara que estaba esperando un hijo de él? Seguro lo golpearía y insultaría o peor aun le pediría que abortará a un bebé que no tiene culpa de nada. Negó suavemente levantándose con prisa al ver a Louis, el bonito chico que había visto hace algunas semanas atrás cuando le contó a su madre acerca de su embarazo, levantarse y ir junto a su hermana a la pista de baile y comenzar a bailar a ritmo de una canción de Rihanna. Era ahora o nunca.

Camino decidido hacia ellos tomando del hombro al joven de cabellos castaños que lo miro con una mirada confundida.

—¿Te puedo ayudar en algo? –Vio como sus bonitos ojos azules lo veían con cierta inocencia y curiosidad haciéndolo sentir el peor ser humando existente.

—No, yo solo quería saber si quieres bailar conmigo. –Pregunto con toda la seguridad que pudo.

—Claro. –El chico asintió dejando un beso en la frente de la chica rubia del otro día la cual le sonrió de forma amigable y se retiró de ahí para bailar con otro chico rubio.

*

Llevaba mas de una hora hablando con Louis y su culpabilidad no lo dejaba en paz, ¡El chico era un amor! ¿Por qué simplemente no era un completo patán engreído que creía que podía tener el mundo a sus pies?
Por la conversación que estaba teniendo con Louis sabia que tenia cuatro hermanas y dos bebés que venían en camino, que su madre se llama Johanna y su padre se llama Mark, que recientemente comenzó a trabajar en la empresa de su padre y tenia siete mejores amigos los cuales conoció en diferentes etapas de su vida.
El chico es un tipazo, es caballeroso, amable, risueño, sincero, guapo, maduro, inteligente y sobre todo era gay.

Cuando sintió que era el momento adecuado le pidió que lo acompañara a traer unas cosas arriba de la casa de sus abuelos donde se estaba llevando acabo aquella reunión (planeada, por supuesto) deseo que Louis dijera que no, sin embargo acepto y sin quererlo había dado comienzo a aquel juego donde uno de los dos terminaría lastimado.

Donde uno de los dos terminaría destruido.

El bebé, Nosotros Y ¿Él?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora