Ceniza

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Mi amiga me miraba escandalizada, este era mi quinto cigarrillo en media hora. Ella es una obsesiva en todo, la salud, las actividades, las relaciones, no tiene puntos medios, está bien o está mal.
La vi acercandose a mi cara para intentar quitarme el cigarrillo de mis manos, la detuve con la mano que tenía libre. "¡¿Pero qué hacés?! ¡Demente!" le grité y corrí bruscamente la cabeza. Ella se sentía derrotada por lo que pude ver, se había cruzado de brazos, tenía el seño fruncido y rechinaba los dientes. "¡Te vas a morir de cancer!" me gritó, hice mis ojos hacia atrás en señal de hartasgo. "Si no es el cancer, el fuego te va a consumir hasta que seas cenizas", fue lo último que me dijo antes de irse. Podía ver como se alejaba, a paso firme, decidido, furioso.
Ahora que estaba solo el silencio era mío y solo mío, solo estaba yo y el humo que emanaba de mí, por lo que también era mío.
Podía sentir como el cigarrillo se consumía y como mis pulmones se llenaban de esa sustancia tóxica para luego ser expulsada de mi boca. Ese humo tan elegante que se aleja y desaparece como mi amiga.
Siento un leve cosquilleó por mi cuerpo, prendo otro cigarillo. Tengo cada vez más calor, pero eso no hace que deje de fumar.
Cada vez tengo más calor y libero más humo desde mi garganta, siento un sabor horrible en la lengua. No puedo parar de fumar, mi interior arde pero mi mano sigue llevandome ese lapiz de tabaco a mi boca.
El calor no para de crecer, mi cuerpo arde cada vez más, no me siento bien, prendo otro cigarrillo.
Mi interior y mi exterior arden, ahora veo como el fuego se extiende por mis extremidades. No me importa, prendo otro cigarrillo, este se consume, mi mano lo quema. Esta misma mano ahora desaparece, la otra también, intento levantarme pero ya no tengo piernas. Mi cuerpo desaparece y ahora solo soy humo, humo y cenizas.
Vuelo elegante y dejo de existir.

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