La noche me envuelve, nos envuelve, la luna llena ilumina todo lo que alcanzo a ver. Mis pies golpean fuertes contra el suelo, siento la adrenalina recorriendo todo mi cuerpo, los arboles se mueven a velocidades increibles. Puedo sentir como el viento mueve mis cabellos. Puedo captar todos los sonidos, todos los olores. La saliva cae de mi boca, me es imposible limpiarla, mis manos no responden como siempre, siento tierra bajo ellas.
Ella gritó, supe que era un ella por el grito, agudo como ninguno. El grito elevó mi adrenalina y todo comenzó a moverse aún más rápido.
La sed de sangre me invade lentamente y siento que pierdo el conocimiento, siento que algo se apodera de mí, de mi cuerpo, de mis sentidos.
Me despierto, desnudo, envuelto en sangre y tierra, no recuerdo nada, el pánico me invade. Un cuerpo yace inerte a mi lado, una mujer joven, con el estómago destrozado. El asco me invade y vomito, sangre sale de mi boca junto con los demás fluidos.
En mi interior se que mi otro yo hizo esto, lo mejor va a ser enterrar el cuerpo y huir, lo mejor va a ser enterrar el cuerpo y olvidar, otra vez.
