2

536 41 31
                                    

Cerró los ojos mientras sentía la brisa acariciar su rostro, se había sentado en lo alto de una azotea para mover un poco los pies al ritmo de una canción que se le había quedado atorada en la cabeza a pesar de no recordar donde la había escuchado.

Semanas habían pasado y se había convertido en fugitivo de la ley, no solo por el asesinato del Dr. Albert Wily, y el del Dr. Thomas Light su padre, sino también por la cantidad de personas a las que también había asesinado sin piedad alguna.

Cuanto placer...

Cualquiera hubiera podido decir que no notó cuando un as de luz cruzó desde otra azotea para golpearlo, sin embargo y para mala suerte del atacante, el bombardero azul había logrado esquivar el ataque con suma facilidad.

-Ya te habías tardado- comentó Rock a la figura que había llegado para darle caza.

Bass maldijo por lo bajo al darse cuenta de que había fallado el tiro y que había revelado su presencia en el lugar, por lo que no le quedaba más opción que mostrar su rostro.

-A pesar de ser tú, no me esperaba que me atacaras por la espalda, ¿Te has vuelto tan cobarde en serio?- Mega Man estaba jugando, cosa que era rara en él, quería hacer enojar a Bass, quería verlo arder de rabia para luego bajarle los humos con la paliza que le iba a dar -Supongo que no quieres tomar una taza de té ¿O si?- levantó su cañón en forma de amenaza.

-Sabes muy bien por qué estoy aquí- señaló el mayor con suma molestia, en si, no era nada raro verlo molesto, pero hoy no planeaba perdonar las acciones del menor aún si este le rogaba de rodillas -Sería yo el que tenga que decir que el cobarde eres tú, abusando de tu poder, sembrando el terror en la ciudad de la manera más repugnante y sucia que puede imaginarse- levantó su buster respondiendo al reto del menor.

-Nada que tú no hayas hecho antes- debatió el azul con una sonrisa.

-¡Yo jamás asesiné a un humano!- contraargumentó Bass.

Mega Man rodó los ojos.

-Humanos- rió -Son unos malditos, siempre alzándose, siempre gozando de la gloria que no tienen, deseando tener más de lo que ya poseen, Wily no era la excepción y lo sabes, ¿Cuántas veces no construyó un robot para reemplazarte? Dime Bass... ¿En que nos diferenciamos tú y yo realmente?-

-¡Tú no trates de darme sermones!- gritó -No escucharé a la persona que asesinó a su propio padre sin piedad, solo puedo imaginar su rostro suplicante porque te detuvieses, pero no, lo ignoraste, ignoraste todo lo que te dio y lo que hizo por ti, cobardemente lo asesinaste y miraste su rostro por última vez arrepintiéndote de lo que habías hecho pero que no podías deshacer, así que dime Mega Man, entre tú y yo... ¿Quién es peor?-

El bombardero azul frunció el ceño.

Ambos sostuvieron la mirada del otro esperando a que uno hiciera un movimiento, el que se precipitara moriría y ambos lo sabían, así que ambos parecieron ponerse de acuerdo al atacar al mismo tiempo.

Corrieron el uno hacia el otro preparando sus busters dispuestos a reducir al oponente en cenizas junto al edificio si era necesario.

Rock se lanzó al suelo para aplicar una barrida que dejaría a su oponente en el suelo, pero Bass no era ningún estúpido y saltó en el momento exacto.

Mega Man levantó su arma para dispararle al mayor sin contar con que Bass haría lo mismo en contra de él disparando al mismo tiempo que este.

En la ciudad solo pudo escucharse un estruendo y en cuestión de segundos, la última planta del edificio estaba cayendo a pedazos, por ende, no solo el edificio comenzó a ser evacuado, sino también las calles cerca del lugar.

Ambos cayeron en la penúltima planta que hacía lo posible por mantenerse en pie.

Ambos se felicitaron en silencio por haber sobrevivido al golpe del otro y permanecer casi intacto.

-¡No planeo extenderme con esto!- sentenció Bass lanzando una ola de disparos consecutivos hacia el bombardero azul que esquivaba cada uno de sus ataques y se acercaba cada vez más hasta que pudo darle una patada que lo lanzó un par de metros lejos para luego continuar golpeándolo, pero... -¡Treble!-

El perro apareció en segundos fusionándose con Bass y haciendo que Mega Man se arrepintiera por acercarse demasiado.

Solo se necesitó un golpe para enviar a Mega Man tres pisos abajo con suficientes rasguños como para tener que pagar por un trabajo de pintura.

-¡Tú lo pediste Bass!- lanzó un disparo cargado que destrozó los pisos superiores haciendo que el mayor cayera junto a la bola de escombros.

Sin embargo, Bass no iba a detenerse y lanzó un disparo mientras aún caía, pero Mega Man lo esquivó con suma facilidad.

Bass cayó de pie, el polvo combinado con el humo cegaron su alrededor ocultando al bombardero azul.

El mayor giró sobre su propio eje buscando la silueta del menor para atacar.

No tardó en encontrarle y disparó con euforia. Se acercó cuando el humo se disipó pero no había más que ladrillos y basura destrozada junto a una lámpara.

-¿Un señuelo?- dijo para sí mismo en sorpresa, volteó al darse cuenta de que en cualquier momento podría recibir un golpe, pero para cuando lo hizo ya era demasiado tarde pues Mega Man lo empujó hacia la ventana rompiéndola en el proceso.

Ambos cayeron desde lo alto de la construcción golpeándose como pudieran.

Un golpe específico hizo que Treble se separara de Bass y su fiel acompañante sobrevolara el cielo para luego caer en picada para salvar a su amo.

Una espesa cortina de polvo de extendió por toda la calle cuando ambos robots se estrellaron contra esta.

Treble tocó el suelo con suavidad y se acercó lo más que pudo para observar el panorama.

Una figura se levantó temblorosa.

Treble se detuvo y observó con nerviosismo a quien se paraba frente a él.

La figura alzó su rostro y rió sonoramente hasta que el polvo se disipó mostrando a un altamente dañado Mega Man que apenas se sostenía en pie.

Treble bajó la mirada buscando alguna señal de que su amo seguía aún con vida, sin embargo su esperanza se apagó cuando volvió su vista al bombardero azul y lo miró sostener la cabeza de su amo entre sus manos con satisfacción.

La ira invadió el cuerpo del perro y los gruñidos de este se convirtieron en ladridos amenazantes que hubieran acobardado a cualquiera, el asunto no terminó ahí pues Treble corrió hacia Mega Man para destrozarlo con sus propios dientes, pero para su mala suerte, el robot azul ya lo había visto y no hizo más que voltearse para asestarle un golpe que lo mandó a estrellarse contra el edificio en el que antes se encontraba.

El día estaba por acabar y Mega Man no estaba dispuesto a seguir ahí, así que con su nuevo premio entre sus manos salió de ahí dejando el destrozado cuerpo de su némesis en el suelo.

RobotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora