Capítulo 3

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Nuestras respiraciones chocaban y nuestras narices se rozaban constantemente, me estaba poniendo muy nerviosa.

-¿Quieres tomar algo?- pregunté esquivando la situación  y dirigiéndome la cocina.

Harry me miró desconcertado, y se acercó a la isla de la misma sin apartar la mirada de mi.

-Un refresco si tienes.- No pude evitar reírme.- Harry no me refería precisamente a un refresco, tengo veintiún años y vivo sola, tengo alcohol en casa para este tipo de ocasiones.

-Tu no te andas con rodeos ¿no? ¿Whisky tienes?- reí y saqué dos botellas, una de whisky y otra de Ginebra, no soporto otra bebida.

Harry se incorporó y se acercó a mi con la intención de ayudarme con las bebidas, como si de su casa se tratará cogió uno de los vasos que yo había puesto en la encimera y abrió el congelador sacando tres hielos, y colocándolos en su interior, abriendo el whisky y echando un pequeño chorro en el.

-¿Donde tienes el agua?- me preguntó con ojos inocentes, dirigí mi mirada a el tras estar perdida con lo que estaba haciendo anteriormente.

La cogí de una estantería y se la dí, comenzó a echar en el vaso intentando atenuar el sabor fuerte de la bebida.

-Me recuerdas a mi padre bebiendo Whisky con agua- reí ante la situación aunque normalmente no me reiría sobre ese tema.

-No me gusta la resaca.- dijo restándole importancia y dando un trago del vaso.

Yo ya había preparado mi gin-tonic y le hice señas a Harry para sentarnos en el sofá.

Una pregunta, si no te importa que te la haga pero tengo curiosidad- empezó a interrogar mientras se sentaba y volvía a beber del vaso- me dijiste que habías roto con Will hace cinco meses, pero antes me habías dicho que cuando tuviste el accidente de coche aun salias con el, ¿Cuanto tiempo estuvisteis?

-Ahí acabamos de empezar a salir, fue el primer novio que tuve, bueno es, no he vuelto a tener nada con nadie, nunca me he sentido lo suficientemente preparada para ello, rompimos un par de veces pero volvimos, pero los últimos meses dejaron de ser iguales.

-¿Que pasó?- Preguntó atento a lo que le contaba.

-Las primera vez ni lo recuerdo, eramos unos críos, pero después empezamos a discutir frecuentemente, yo estaba muy estresada con la universidad y con peleas constantes con mi padre; mi padre y Will se odiaban, era normal, le desobedecí y seguí con el y el es un jodido borracho; Ya no estábamos bien y yo no sentía lo mismo y un día William llegó a casa con los ojos dilatados y muy nervioso, empezó a gritarme sin motivo, a obligarme a acostarme con el, y cuando me negué porque ya sabia lo que pasaba, me estampó contra la pared agarrándome del cuello y cuando casi estaba apunto de ser asfixiada cogí lo primero que tuve a mi alcance, lo cual fue un jarrón y le golpeé en la cabeza, salí de casa dejándolo tirado en el suelo y lo deje encerrado dentro.

Harry apretó el vaso con la mano y con la otra que tenia libre formó un puño.

-Llamé a la policía y les conté lo que había pasado, no presentaron cargos contra mi por lo del jarrón porque en el análisis se vio que había ingerido cocaína y las marcas de sus manos seguían en mi cuello, aparte de mi derrame en los ojos. Los agentes me acompañaron al hospital porque realmente estaba traumatizada, Will no se acordaba de nada, un amigo suyo me explicó que le incitaron a tomar porque así se olvidaría de las peleas conmigo y con mi padre, decían que yo era tóxica.

-No me esperaba eso para nada, menudo hijo de puta.- dijo Harry apretando la mandíbula, haciéndola más marcada y mirándome con atención.

-No es que eso no es lo mejor, al tiempo me enteré de que me puso los cuernos con otra meses antes de dejarle. Mi primer amor se convirtió en mi peor pesadilla.

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