Capítulo 5

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-Ah...-suspiré sintiendo sus cálidos labios en mi cuello mientras los sofocos recorrían todo mi cuerpo y notando como Harry se excitaba cada vez más.

Harry gruñió con desesperación y agarrando mis nalgas fuertemente, me levantó del sofá, andando hacia Dios sabe donde mientras continuaba besándome sin ni siquiera pararse a respirar, sentí como me dejaba caer sobre la cama y se separaba de mi.

Se paró y me miró, como un león mira a una gacela, sus pupilas estaban dilatadas, sus labios hinchados, colorados, como sus mejillas, sus cortos rizos estaban alborotados y su respiración entrecortada, nunca me había fascinado tanto mirar fijamente a alguien, era jodidamente perfecto. La octava maravilla del mundo.

Gateó por la cama sin apartar su vista de la mía, acercándose a mis labios de nuevo, mordiendo mi labio inferior y moviendo sus labios al compás de los míos, introduciendo su lengua en mi boca, bailando con la mía, cogió su camiseta desde atrás y se deshizo de ella en un segundo, haciendo que pudiera ver su marcado y tensado cuerpo, acaricié sus brazos y después su espalda pasando los dedos de arriba a abajo, continuó besándome mientras cogía del borde de mi camiseta y la levantaba, dejando al descubierto mis pechos. Los cogió apretándolos delicadamente y pasando sus grandes manos por mi vientre, bajando hasta el botón de mi vaquero y desabrochándolo, bajando la cremallera, y lanzando los pantalones al otro lado de la casa, dejándome aun mas indefensa de lo que ya estaba.

...

Mierda, su cuerpo era tan perfecto, parecía esculpido por los ángeles, podríamos decir que era delgada, pero no en exceso, tenia unas curvas de escándalo y unos pecho perfectos para mi gusto, redondos, y me cabían perfectamente en la mano.

Comencé a dejar besos húmedos desde el principio de su barriga, rozando su sujetador, bajando hasta el ombligo, Kayla arqueó su espalda, erizándosele la piel, jadeó cuando notó por donde iba, pero esquive el jardín prohibido y pase a sus muslos, mordí uno, gimió, me mantuve entretenido ahí durante unos minutos, hasta que me harté, la necesitaba ya.

Cogí el borde de sus bragas con los dientes, y las baje sin apartar la mirada de sus ojos pardos, quería volverla loca y creo que lo estaba consiguiendo.

-Mierda, Harry...- Gimió volviendo a arquearse esta vez para poder quitarle bien la prenda, mientras ella se entretenía quitándose el sujetador, me deshice de mis pantalones, y fuí a buscar un condón.

-¿Donde coño vas?- Dijo ella quejándose, joder, estaba totalmente desnuda, no pude evitar recorrerla con la mirada, me faltaba relamerme.

-¿Que quieres, quedarte embarazada?- dije yo obvio.

-Tomo la píldora Miller, así que ven.- dijo ella poniéndose a gatas en la cama, de cara a mi.

Suspiré de solo pensar en que disfrutaría el doble de ella, gruñí al ver sus ojos pardos mirarme con deseo, recostándose sobre sus codos, dejándome ver su precioso cuerpo de espaldas, me acerqué ansioso a ella, levantándole el mentón, respirando tan cerca de ella que dudo que pasara si quiera el oxigeno por en medio.

-Te necesito ya.- me dijo melosa mirándome como si fuera un cachorro perdido.

La levante de la cintura, se enrolló en mis caderas, sentí como sus pezones erizados rozaban mi pecho, y me volví loco, mas de lo que ya me había vuelto, besándola con todas las ganas que me quedaban en el cuerpo, recostándola en la cama de nuevo, pero esta vez sin pararme a mirarla, seguía besándola como si mi vida dependiera de ello, me bajé los boxers y sin avisar entre lentamente en ella.

Kayla arqueó su espalda uniéndose mas a mi, haciendo que entrara del todo y empezara a moverme mas rápido, ella gemía, y nunca mi nombre había sonado tan bien como lo decía ella suspirando, la miré a los ojos, conectando nuestra mirada y nuestras respiraciones.

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⏰ Última actualización: Jun 03, 2019 ⏰

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