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Los días habían pasado y con ellos, las tardes en el parque. La mayoría del tiempo trabajando, pero en la minoría era donde pequeñas conversaciones comenzaban a acortar la distancia entre Oliver y Destiny.

Ella le habría pedido y consecuentemente acatado consejos al chico para aumentar su clientela, y en efecto así fue. Destiny no podría haber estado más contenta. Su ánimo al llegar a trabajar ya no se limitaba a su encantador chico de los globos. Ahora tenía otras razones por las cuales seguir allí . Gracias a él, claro.

La mirada de Oliver se encendía en un leve pero real orgullo por esta situación. Jamás había querido admitir que, de hecho, enseñar era algo que se le daba bien. Su madre hubiese querido que él fuera maestro en el área que gustase, pero maestro al fin. Esa idea simplemente le aterraba a su hijo, pero de su boca nunca saldría la confesión del verdadero porqué. Sonaría ridículo al admitir que los adolescentes o niños le causaban cierto pánico. ¿Qué tal si se ganaba su odio por la forma que tenía de enseñar?. No. Esa no era una opción.

Estudiaba en la universidad, claro. Pero para algo más técnico que no requería relación con gente pequeña por más de ocho horas diarias.
El marketing fue la carrera elegida luego de haber pasado por casi siete tests vocacionales. Concluyó en que, a pesar de que esta no le apasionaba fervientemente, tenía tres cosas que sí captaban su atención por separado. La venta, el diseño y la inteligencia para hacer algo atractivo y comerciable.

El actual trabajo le ayudaría a ganar experiencia, aunque su madre lo desaprobase totalmente.

-Sin buscar ser grosero... ¿Tú qué haces fuera de aquí?- con sus manos, Oliver hizo un gesto señalando la circunferencia del parque. Destiny lo miró pensativa. No porque no hiciese nada más además del prematuro trabajo, más bien, temía no sonar interesante ante él.

-Pues no mucho. Terminé el instituto hace casi dos meses y en realidad no me he anotado a una carrera aún. ¿No es algo malo si todavía no descifro qué quiero hacer para el resto de mi vida, no?.

Oliver rió. Alguna vez, él también había estado atrapado en esos pensamientos intrusivos.

Destiny no comprendía de qué se reía.

-Escucha, quiero que hagas algo. Piensa en la pregunta que me hiciste y luego en la edad que tienes y cuánto de mucho te parece a ti "el resto de tu vida". ¿Bien?

-¿Que no es suficiente ya andar contando dinero y cambios toda la tarde? ¿Ahora quieres agregarme otro problema semi-matemático más? Estoy rendida Oliver. - Destiny fingió cansancio en exceso y aprovechó para sentarse en el banquito que acompañaba la mesa con dulces.

-Vaya, sí que se nota que tienes dicesieste. - Él sabía lo que hacía con sus palabras.

A ella eso le hirió el ego un poco.

-¿Disculpa? Oh, claro. Es que había olvidado que tú estás ya a punto de jubilarte. Lo siento, don. - contestó Destiny en tono burlesco, y un tanto divertida.

-Eh, sólo te estaba molestando. Disculpa por querer hacerte pensar... -continuó y esta vez Destiny le pateó la pantorrilla seguido de una sonrisa.

AY!- el grito de dolor de Oliver despertó la mirada de algunas personas alrededor de los puestos. Quizá futuros clientes. O... tal vez ya no ahora.

-Podré tener dicesieste y ser una "niña" para ti, pero hice fútbol durante casi toda mi infancia. Créeme, estas piernas saben de buenas patadas.

La chica volvió a sonreír orgullosa de la reciente lección para el muchacho de ojos azules. Debía admitirlo, le daba un poco de pena haberlo lastimado, no dejaba de gustarle.

Oliver rió levemente segundos después. Destiny sabía que a esto se debía.

-Me saco el sombrero- hizo el amague de lo dicho. -Lo siento.

La miró sincero.

-Pues gracias, don. Y respondiendo a tu pregunta, sé que lo que elija a mis cortos años no tiene por qué definir el resto de mi vida útil. Si lo deseo puedo cambiar en algún punto. Supongo que de eso se trata.

Oliver asintió mientras en sus labios ya estaba formada una sonrisa de lado, delatando que aquello que acaba de escuchar, tenía todo el sentido y la madurez del mundo.

-Te subestimé. -alzó ambas manos a modo de rendición y continuó -Ni yo mismo hubiera llegado a esa conclusión a tu edad. Me costó unos años darme cuenta.

-Pues ya ves. ¿Cómo era el dicho? ¿"No juzgues a un libro por su portada"?- simuló estar pensativa apoyando uno de sus dedos índice sobre su barbilla.
Al cabo de unos segundos siguió.

-Mm sí, así era. Pero creo que ahora deberíamos cambiar la frase ¿no?. ¿Qué tal suena "No juzgues a una persona y sus pensamientos por su edad"?.

Oliver parecía divertido con aquella situación.

-Trato hecho, señorita. - El chico estrechó la mano de Destiny y nuevamente se encontró sonriendo ante su mirada.

Allí estaban ambos, tranquilos y sonrientes.
Ignorando los sonidos externos del parque. Pasando por alto incluso que en tan solo pocos minutos nuevos clientes estarían por aparecer.

Destiny disfrutaba de aquello. Oliver no sabía cómo sentirse al analizar la situación en frío, pero sí conocía cómo sentía siendo protagonista de ese momento.

+++
Holaaaaa, aparezco por acá después de añares pero creo que lo bueno se hace esperar (?

En fin, espero que les haya gustado el capitulo de hoy. Un poco distinto a lo que venía escribiendo. Más largo y con más profundidad para que vayan conociendo de a poco las vidas de sus protagonistas :)

Háganme saber si son de su agrado este tipo de narraciones o prefieren más diálogo!

Gracias por leerme, de corazón. Tengo mucho contenido más para ustedes así que espero estén del otro lado en la próxima actualización 👀.

Los quiero 💌


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⏰ Última actualización: Jan 04, 2023 ⏰

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El chico de los globos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora