P r e s e n t e
Se estaba despidiendo de su familia. Abordaba el avión con los nervios carcomiendo su cerebro.
Lucy tendría que volver a ese maldito infierno una vez más, pero esta vez estaría más preparada que la anterior.
Lo enfrentaría sola, como lo hizo toda su niñez. No necesitaba un compañero.No recordaba cuándo, pero la última vez que había visto a Erza había sido una semana antes de marcharse de Magnolia, luego de eso nunca más supo algo de la que alguna vez fue su mejor amiga. Quería encontrarla, quería ver a Erza.
Habían pasado tantos años.
Y en esos años Lucy había logrado cambiar su aspecto físico. Su figura tomó una forma esbelta y armoniosa, gracias a las clases de gimnasia artística que había tomado desde que había llegado a Alvarez. Su piel, que alguna vez estuvo rodeada de granos, ahora era suave como una seda y blanca, adornada por unas cuantas pecas.
Lucy era preciosa a simple vista, pero jamás se había detenido a ver qué había cambiado en ella a lo largo de los años.
Nunca se preocupo por su aspecto.Las azafatas dieron la señal para que los pasajeros colocaran sus cinturones y el avión comenzó a avanzar. Poco a poco fue elevándose sobre la pista aérea.
Solo serían seis horas de viaje. Pero para Lucy sería como una corta y rápida hora.Por fin podría enfrentar cara a cara a la gente que la había agredido. Por fin podría disfrutar del amargo sabor de la venganza.
(...)
Unas leves turbulencias azotaron el avión, despertando a Lucy que se había dormido unas horas atrás.
Rápidamente abrochó su cinturón de seguridad. El avión estaba por aterrizar.(...)
No recordaba a Magnolia tan grande. Todo había estado creciendo desde que ella se había marchado de la pequeña ciudad que ahora se asemejaba a una metrópolis.
Unas grandes pantallas adornaban los edificios, promocionando marcas de ropa o perfumes de edición limitada. En una de esas propagandas, Lucy había podido divisar a una mujer muy bonita.
Cabello y ojos azules, piel pálida. Juvia Lockser.
No había tardado nada en reconocer a la mujer que alguna vez le había echo la vida imposible y desagradable.
Un mal sabor de boca se hizo presente en su boca. Tan solo con verla, los malos recuerdos llegaban a su mente de manera inmediata.
Como por ejemplo, cuando Juvia le había arrojado pegamento en el cabello, diciéndole atrocidades de insultos nada agradables para Lucy.
Siempre señalándole su aspecto, y lo diferente que era de los demás.
Claro que era diferente, todos lo eran, pero no había por qué resaltar tanto su aspecto.
Otra situación que había vivido, había sido fuera de la escuela. Donde la golpearon hasta dejarle moretones.
La causante de eso había sido Juvia y su actual novio Natsu Dragneel. Y el asco que le provocaba simplemente pensar en su nombre era inexplicable.
Siempre esperaba unos minutos fuera de su casa. Esperaba a que sus ojos estuvieran menos rojizos para poder entrar a su casa, y saludar a sus padres con una sonrisa; porque, después de todo, no quería que se preocuparan.
De esta manera pasaron varios meses e incluso un año, hasta que Lucy se decidió confesarle todo lo que le pasaba a sus queridos padres.
La vergüenza y el remordimiento que había sentido no tenían explicación. Recordaba, como en esos momentos, se mordía los labios, dejando salir lágrimas de sus ojos; y todavía le daba vergüenza recordarlo.
Luego de esa larga confesión, Jude y Layla, decidieron que lo mejor para Lucy era salir de aquel infierno y empezar de cero.
Y con catorce años terminó en el imperio Alvarez.
Lo bueno de ese lugar, era que la gente por lo menos se dirigía con respeto y aceptaban a la gente por lo que era, y no por lo que se ve.Porque eso era lo importante.
(...)
Lucy acababa de llegar a su apartamento. Con entrar a el piso que contenía seis ambientes, se arrepintió de haber llevado tan poco equipaje. En la página donde había solicitado su establecimiento definitivamente se veía mucho menos espacioso, o tal vez simplemente no llevaba sus anteojos en esa ocasión.
Prendió la pantalla de su celular, y efectivamente estaba repleto de mensajes de todos sus familiares. Y como si fuera poco, casi todos eran de su prima, Levy Mcgarden.
LucyCon mucha vagancia, me límite a contestar los mensajes de mi prima. Simplemente llamé a mis padres para decirles que ya había llegado sana y salva a mi nuevo hogar.
Con cansancio, levanté una de las telas que cubrían los muebles de la casa, hasta encontrar un sofá algo polvoriento.
Me acosté sobre éste y lentamente me quede dormida.Estaba soñando, y no era uno de esos sueños raros, era un recuerdo.
Era lo que había sucedido el segundo día de clases.Recuerdo haberme levantado. No quería imaginarme que pasaría al llegar al colegio, pero no había que imaginarlo cuando lo viviría.
Como toda rutina diaria, desayune, me despedí de mis padres y partí rumbo al colegio.
Me había encogido como una pequeña de cinco años al ver a Natsu y a sus amigos. No quería que me vieran.
Se reían a carcajadas, y por un momento mi inquietud desapareció, y me detuve al querer saber que causaba tanta risa.
Entonces mis ojos lo vieron. Vieron lo perfecta que se veía la sonrisa de Natsu, acompañada del melodioso sonido de su risa. Pero para mi mala suerte Natsu notó que yo lo veía.
Yo estaba en mi transe de adolescente enamorada y no me había percatado de que estaba frente a mí. No hasta que me habló.—Oye, gorda, ¿que me ves? —recuerdo haber abierto mis ojos de manera brusca al ver que lo tenía en frente mío.
Bajé de las nubes, y el miedo inmediatamente me invadió, dejando como resultado a una niña asustada y temblando.—Y-ya me iba —dije temblorosa, dispuesta a salir de allí corriendo.
—No te iras como ayer —sus amigos me miraban haciendo muecas que señalaban lo mucho que yo les desagradaba.
Quería salir de allí. Quería correr, quería que alguien estuviera allí para salvarme. Pero lamentablemente, nunca hubo alguien "allí". Siempre estuve yo sola, porque la realidad gritaba que enfrentara mis asuntos.
Ese día Juvia y Natsu me habían golpeado, y lo recuerdo como si fuera ayer.
Pero había algo mal con ese sueño, porque todos se acercaban a mí, y todo se volvía oscuro, eso nunca sucedió. Pero entonces recordé que era un sueño, y me desperté del sofá agitada y sudando.
Afuera los truenos y el fuerte ruido de la lluvia chocando contra el suelo se oían sin querer cesar.
Quise volver a dormir pero me resultaba imposible, así que decidí mantenerme despierta hasta que las ganas de dormir me invadieran una vez más.Revisé mi celular para encontrarme con cientos de mensajes de mi prima Levy. Así que decidí llamarla para resumir todo.
—¡Lucy! Maldita, ¿por qué no contestabas los malditos mensajes? —preguntó irritada.
—Porque eran demasiados, pero en fin. Llegué muy bien, no sabes lo grande que esta Magnolia —mencioné.
—Claro que no lo sé, jamás fui a Magnolia —murmuró, aunque pude oírla perfectamente. —. Tengo noticias que te van a matar, ¡el empresario más guapo del universo estará de vuelta en Magnolia! Que suerte tienes de estar allí, tal vez lo veas.
—¿Quién es?
—¿Enserio no lo sabes? Bueno, no me sorprende —dijo con sarcasmo. —. Es Natsu Dragneel, puedes buscarlo luego.
—¿Lo dices en serio? ¿En Magnolia?
—¿Lo conoces?
—Más de lo que tú crees.
ESTÁS LEYENDO
❛no es sólo atracción ❜┇Nalu
FanfictionLucy Heartfilia es una chica que en su pasado era criticada por su apariencia, vivía en Magnolia, Fiore; e iba al instituto de Fairy Tail, pero tuvo que mudarse a otro continente, el imperio Alvarez. Años después llega completamente cambiada, es una...