Nuevamente, mis lágrimas habían empapado mi almohada. Aún no podía creer que iba a mudarme (De nuevo...). No estaba triste en absoluto por arruinar yo misma mi décimo quinto cumpleaños, me sentía triste porque apenas había comenzado mi "romance" , por no mencionar que quería graduarme en mi actual escuela.
Escuché el detestable y hartante sonido de las bisagras oxidadas, más hartante que uñas arañando una pizarra, ¿se pueden imaginar el número de veces que he escuchado ese sonido. Déjenme decirles, por lo menos...unas 230 veces (varias a causa de malas noticias). En sí, ese sonido lo he renombrado "Eh, ya te vienen las malas noticias."
Mi padre (quien había abierto la puerta) había entrado con una cara larga y con un trozo del delicioso y muy cargado de calorías pastel.
- Hija...
- ...
- No debí decirte eso en tu cumpleaños, ¿verdad? la he pifiado.
- Joo, ¿Tú crees?
- Lo siento, hija. Mira el lado bueno: conocerás nueva gente y harás más y nuevos amigos.
- Pero que yo no quiero más amigos, quiero vivir aquí con mis actuales y mejores amigos.
- Lo entiendo pero...
- ¡No! No sigas con esa...maldita palabra. Los "pero's" solamente traen cosas peores. Es una caja "mágica" que te puede traer desgracia y tristeza. Dime una vez que haya traído alegría a ésta o las anteriores casas.
- Hija-
- Por favor, sal de mi habitación. Quiero estar sola.
- Ayaki.
- ¡Sal, por favor!
- ¡No me alces la voz, Ayaki!
- ¿Notas la ironía en tus palabras? Sal-De-Mi-¡Habitación!
- ¡Vas a tener que vivir con ésto! No hay de otra.- Lo dijo de una manera tan fría pero que hizo mi corazón hervir de ira.
Me puse de pie mirándolo y mis ojos se llenaron muy rápido de lágrimas y no las pude controlar, por lo que éstas salieron de mis lagrimales. Brotaron como si de un grifo abierto se tratase. "Él" se quedó perplejo, con los ojos muy abiertos. Tal parecía como si sus ojos se fuesen a salir de sus órbitas.
Mi padre alzó su mano y antes de que yo pudiese parpadear o hacer algo para evitar su acto, me dio una bofetada. La cara me comenzó a arder. Él se tapó su boca y comenzó a pedir disculpas (Pues nunca antes me había golpeado) y lo empujé hasta fuera de mi habitación mientras aún se disculpaba.
Cerré la puerta con azotón y me puse los audífonos con la música a todo volumen. "Él" se sentó a mi lado y comenzó a acariciarme la espalda y a consolarme mientras decía "Shoosh...".
Me quedé dormida mientras el celular reproducía "Winter Winds" de Paul Halley. No tenía letra, pero era una maravilla de sonata de violín (encima porque la había encontrado en una animación llamada "The Maker").
Comencé a soñar. Ah...soñar. El único lugar donde todo podría ser posible e/o imposible.
Soñaba que estaba en el campo de batalla de Alicia en el País de las Maravillas. Cuando alcé la mirada era ahora casi irreconocible. Éste lugar ahora estaba repleto de cadáveres de niños, adultos, animales y uno que otro..."experimentos fallidos" por así decirlo. También había múltiples manchas de sangre tanto seca como húmeda.
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Hikari No Yami
ParanormalÉsta historia habla de una estudiante de secundaria (quien cursa el tercer grado) llamada Ayaki Satsu. Un día, cuando apenas tenía 3 años, un accidente de auto les fue llegado por sorpresa mientras regresaban de una cena familiar, pues una señora se...