El cliché del Hospital.

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Me desperté en una habitación completamente blanca, las paredes blancas de baldosas estaban tan limpias que podías ver el reflejo de tu cuerpo completo, sin filtro alguno. Esto era más bien un espejo, solamente que el mundo no lo decidió así. Es baldosa y punto.



Mis padres me miraban con los ojos abiertos como platos y con húmedas, frescas y saladas lágrimas. Al igual que las lágrimas, sus mejillas estaban completamente húmedas, no se podía diferenciar qué era lágrima y qué era su mejilla. Mi madre era la que no dejaba de escurrírsele las lágrimas. Ver a mi padre llorando no era algo muy común, solamente le había visto así cuando asesinaron a 3 de sus compañeros más cercanos y a otros que apenas le conocía de cara y nombre. Fue el único sobreviviente de aquel ataque.

En la parte de delante de mi antebrazo tenía un tubo intravenoso por el cual pasaba el líquido con proteínas y nutrientes (Suero). Les miré seriamente para luego preguntar con un tono indiferente:-


- Ahm... ¿Qué ha pasado aquí?- Dije mirando a mis padres. No estaba "Él" pero recordé aquella figura fémina con kimono y cabello largo. Llegué a la conclusión de que era la misma chica de mi sueño/pesadilla, ¿habrá sido que no había comido desde mi depre-salto? No tengo una puta idea, habrá que averiguarlo. Por el momento ahora tengo que lidiar con ella. Lo que faltaba, aunque no tengo ni pajolera idea de qué es lo que intenta hacer, pero si lo que intentaba era dañarme físicamente lo había logrado.



~ Fuimos a la tienda mientras dormías, pero cuando llegamos el espejo estaba roto y tú en el suelo, ¿Cómo te sientes?
- Debería sentirme bien, supongo.
~ ¿Estás segura?- Dijo mi padre poniéndose derecho y secándose las lágrimas.
- Sí. Ahm... ¿Qué día es hoy?
~ Disculpen, señores, la hora de la visita terminó. Lo lamento, pero pueden volver mañana a la misma hora.- Dijo la recién descubierta enfermera.-
~ ¿Tan rápido?- Dijo mamá enjuagándose las lágrimas que aún salían.
~ Han pasado dos horas, señora...Pero podrán venir mañana, repito.
~ Está bien...Ayaki, tenemos que irnos
- Wow, no lo noté, de verdad. Uff....muchas gracias por anunciármelo, no sabría qué hacer si no me lo hubieras dicho. Gracias, de verdad.
~ Para la primera vez que te encamillan y eres sarcástica, ¿De verdad?
- No es la primera vez pero...Sí ehm...Adiós a ambos, los quiero.
La enfermera los invitó a pasar por la puerta y salieron por la misma. La enfermera se dirigió a mí y me sonrió para posteriormente checar que todo debiera ir como debía.
~ ¿Esto fue bastante fuerte para ti? –Preguntó ella.-
- Mmm sí.
~ Bueno, y la respuesta a tu pregunta...es el 14 de Diciembre del 2017
- ¡¿QUÉ?!
~ Jaja, solo bromeo, es el 14 de Enero del actual año.
- La verdad me asusté un poco. Pero es bueno que trate de darme un ambiente divertido, creo.
~ Sí, si necesitas algo pulsa el botón rojo, ¿está bien, Nena?
- Sí sí, gracias.
~ Bueno...necesitas dormir.
- ¿Dormir más de lo que ya he dormido? Esto ya parece navidad.
~No estabas dormida, inconsciente sí, pero no dormida.
- Bueno bueno, lo que sea de cada uno...dormiré un rato.
~ Sería lo mejor. –Dijo a la vez que me sonreía una vez más y salió por la misma puerta que mis padres. Cerré mis ojos con un poco de temor a tener una pesadilla con aquella chica.


Y miren, tenía puta razón.


Hikari No YamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora