You Are My Only Baby Boy »Chanbaek«

3

Lo vi, era un prostituto muy lindo... Si es así de lindo, no me imagino cuando yo este dentro de él.

El me miro algo perdido, quizá.. Era su primera vez. Lo cual es raro ya que es un prostituto.

-Oh vaya.. ¿Primera vez? -me atreví a preguntar-

-¡N-no! Bueno en esto si... -me apartó la mirada frunciendo el seño tanto como podía-

-Vas a ver que no te arrepentirás -le comente para después acercarme a él poco a poco...-

El quiso retroceder, pero sabía que era su trabajo lo cual mejor no retrocedió.

Me termine acercando a él lo más que pude, quedando frente a frente. Podía notar lo nervioso que estaba el prostituto.

Procedí a poner mis manos en su cabello y acariciandolo dulcemente; él me apartaba la mirada y se ponía cada vez más nervioso en cada tacto que le daba.
Baje lentamente mi mano hasta su oreja y acerque mis labios a la misma.

-Hey pequeño, no tienes que ponerte nervioso, te aseguro que no te dolerá. -susurre dulcemente para después separarme un poco de él con una leve sonrisa provocadora.

-E-eh, disculpe señor, yo... No me siento seguro en hacer esto. Si usted desea puede hacer de todo menos la penetración, ¿le parece bien? -bajo su mirada y jugó con sus manos nervioso.

-Espera, eres un prostituto. Me parece una idiotez lo que me acabas de decir. -Dije algo irritado. -Vine a pasar un gran rato, si me disculpas, eso no te lo puedo permitir. -Lo empuje algo brusco a la pared, agarre firmemente sus dos manos contra la misma y besé su cuello, dejando una marca que se podía ver desde una gran distancia.

-¡A-ah! Se-señor...-Gimió emanando placer y algo de dolor por aquella marca en su cuello.

Me separé un poco de él, agarre con una mano sus dos brazos y con la mano que me quedaba libre le agarre su barbilla.

-No soy señor. Me tienes que llamar Daddy de ahora en adelante.

El menor se quedó petrificado. Ninguno de sus anteriores clientes le había hecho esa loca y rebuscada petición. Aunque, no podía negarse, ya que el solamente es su prostituto.

-¿D-daddy? -Preguntó con una mirada sutil. Aquella mirada hizo que me encendiera como nunca. Sabía que con esa cara tan linda haría que me volviera loco.

-Exactamente mi baby boy. -Sonreí para después lamer mi labio inferior, esto me estaba gustando. -Necesito que te quites esa ropa rápidamente si no quieres ser castigado. Tienes 10 segundos.