Prologo

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Los habitantes de la Aldea Oculta Entre Las Hojas permanecían en sus hogares al resguardo de la lluvia dueña de las calles otros menos afortunados soportaban las gotas heladas en busca de cobijo un rincón para mantenerse protegido de la inclemencia del clima. Las frondosas ramas de un árbol que creció libre y gigantesco en una de las zonas más alejadas de la aldea albergo con frecuencia al niño de ojos cielo que se agazapo en busca de resguardo en unas de sus raíces sobresaliendo de la tierra muestra de sus años un testigo mudo de los miedos y anhelos del dueño cuyos ojos reflejan a su corta edad dolor, soledad y abandono, conocía la maldad que podía albergar el corazón de las personas, cuan despiadados el odio los llevo a ser contra el moustro que arrebato a sus familias, un demonio en un envase de niño.

Un recipiente incapaz de contener tanto odio, el hambre constante resaltaba sus huesos su ropa desgastada poco ocultaban las marcas del maltrato sufrido, no había vida, sobrevivir, sobrevivir cada día una búsqueda desesperada para aferrarse a un día más su terquedad o tal vez la esperanza cimentaba sus decesos de seguir.

La devastación en la villa años atrás vino bajo las garras y colmillos de una bestia que volvió a nacer en un niño a la espera de dar más muertes a la ya larga lista de pérdidas en el ataque más trágico sufrido esa verdad en sus corazones erradico cualquier otro sentimiento no existió culpa en las miradas rodeando al niño demonio a pesar de su estado marchito un rostro carente de la inocencia propia de un niño, las mismas palabras acompañaban sus voces "al demonio no podían matarlo con sus manos su existencia una condena, una desgracia, un pago por los tiempos de paz".

El 10 de octubre el Yondaime Hokage junto a su esposa evito la destrucción de la aldea sello un destino cargado de sufrimiento a un bebe de pocas horas de nacido aquel día se convirtió en la reencarnación del Kyūbi no Yōko la bestia con colas que masacro numerosas vidas.

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