INTRODUCCIÓN

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Bien, ya se durmió. Suficiente por hoy.

Estoy molido, eso de tenerle que soportar sus malas decisiones es tedioso y empieza a aburrirme, pero es mi trabajo y lo quiero, debo admitir que formo parte de él, aunque... todavía me cuesta reconocerlo. 

Soy Perpetuo, si, es raro mi nombre. Formo parte de un chico de 21 años que es todo un escándalo, una maraña de aventuras y dilemas, ese chico se llama Alair.

Hoy le fue mal, estaba llorando, aún no se bien por qué, seguro mañana sabré que pasó.

Observaré sus gestos mientras duerme, aunque siento que me arden los ojos, pero haré el esfuerzo.

Nariz roja,  parpados hinchados y una muy pero muy notable tristeza. Este niño. Pobrecillo, le pasa de todo. Que mal que no tengo la capacidad de dormir, se ve que se disfruta mucho. 

Hace unos años ya que llegué a la vida de Alair, bueno, siempre he estado con él, pero el pudo percatarse de mi existencia hace un tiempo ya. El mundo del Péndulo es un lugar muy extraño, pero es real. Allí vivimos todas las conciencias de todos los seres humanos. Es un lugar enorme, casi igual que la tierra, no sabemos cómo llegó a existir, simplemente llegamos allí, y tampoco sabemos dónde se ubica. 

Somos miles de conciencias, algo así cómo espíritus sostenidos por la fuerza activa de los humanos a quienes acompañamos, además de la luz que nos proporciona "El Supremo", nadie lo ha visto nunca, pero todos sentimos su presencia. Suena casi religioso, pero gracias a nosotros nuestros humanos eligen que camino tomar en la vida. 

Aunque ellos no crean en algo más allá de sus vidas, si sienten nuestros sonidos, somos lo que ellos llaman "voz interna". Claro, a veces esa voz les insta a hacer lo bueno, o lo malo, dependiendo el entrenamiento que hallamos recibido mediante ellos. Así es, el Péndulo esta lleno de conciencias buenas y malas, flojas y activas, inteligentes y torpes, así cómo el humano la halla entrenado, así es cómo vivirán en el Péndulo. 

Acompañamos al humano desde que son niños, pero no sabremos desarrollarnos plenamente hasta que sus facultades mentales estén listas para tomar decisiones que afecten considerablemente su vivir diario. Por lo tanto también actuamos como imaginación. 

Alair de niño soñaba que su amigo imaginario era un niño de color azul, yo era ese niño, y le llamaba Charly. Le encantaba el color azul, así que mientras jugábamos, me vestía con zapatos azules, chalecos azules y cabello azul, a pesar de que yo ya tenía la piel azul. 

Posteriormente conoció a Madonna, si, la artista, bueno, no la conoció personalmente, me refiero a su música. Lo volvía loco, pues su hermano mayor, le había regalado un Discman y curiosamente, Alair le arrebató un disco morado con lunares azules, y al reproducirlo, sonó Hung Up, lo recuerdo muy bien, a mi me gusta esa canción y ahora que la escucha me recuerda siempre a ese momento.

He sido bailarín, súper héroe, cantante, escritor y hasta astronauta o mago. Creo que he sido de todo. Alair es un niño dulce y nunca perdió la bondad a pesar de que su vida resultó ser difícil.

En la escuela fue maltratado muchas veces, le hacían mucha burla. Su débil voz y su baja fuerza le impidieron ser rudo con quienes le hacían daño. Yo resulté tener las mismas actitudes que Alair. Por lo tanto, no sabía cómo actuar ante ese nuevo ambiente. Sólo le animaba con canciones y recuerdos, llevándolo con cuidado a casa y esperar a que su madre le preparase algo de comer. Pero nunca se atrevió a comentar estas situaciones. 

He acompañado a Alair 21 años seguidos. Hemos trabajado en encontrar la felicidad constantemente. Esa es nuestra tarea como conciencia. Hacer que la risa, el cariño y la plenitud sea perpetua, incluso cuando él llegue a morir. Por ello me hice llamar Perpetuo, para que Alair tenga siempre esa meta en su mente: risa, cariño y plenitud. 

Se nos dice que no hay que amar con exageración a nuestro humano, que con el simple hecho de cuidarle es suficiente. Pero, yo he vivido tantas cosas con él que llego a quererle más y más cada día y él lo sabe, aunque no me vea. Pero yo sé que en el fondo de su ser él si me ve. Y eso me tiene satisfecho.

Él me llama por mi nombre cuando esta sólo o cuando habla en voz baja. Siempre estoy allí para él, aunque la situación más sobresaliente es la que vivimos con otros seres.

Esta es una historia de la búsqueda interminable de la felicidad y la paz que todo humano emprende para vivir pleno y satisfecho.

PERPETUO & TORMENTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora