PERPETUO & TORMENTA

2. Verano del 29 de Junio de 2009: Marcos y los sordomudos

"¿Para que convertirme en alguien santo si nadie se toma la molestia de observar la luz que irradia mi mente? A fin de cuentas el diablo siempre te termina arrastrando de una u otra forma"

La situación económica de la familia de Alair esta siendo muy complicada, pero no cómo hace unos años. Al rededor de 2005 a 2009 el bolsillo de la madre de Alair, Moreira, siempre estaba vacío, así cómo las esperanzas de su corazón por encontrar un futuro estable para sus cuatro hijos. Uno de ellos ya es independiente y trabaja constantemente para terminar su carrera universitaria. Pero, los otros tres niños son pequeños y sufren la decadencia económica y moral al estar faltos de un padre que vea por ellos adecuadamente. 

Eso sí, el amor de su madre nunca falló. Pudieron haber comido alubias cocidas con maíz molido pero Moreira nunca los dejó sin alimento. Ella siempre prefirió quedarse sin comer por darle prioridad a sus pequeños. ¡Que ejemplo de mujer! Tan fuerte cómo un roble, tan sobresaliente en amor y lucha. Ahora se queja de dolores de espalda y pies pero nunca la verás desistir.

Estamos en 2009, fecha en que las dificultades van disminuyendo poco a poco en la familia. Fecha en que los niños de Moreira están siendo forjados espiritualmente. Alair a este momento tiene trece años, mientras que sus hermanos gemelos tienen doce. Alair pudo haber sido el segundo hijo de Moreira, pero al parecer a sus treinta y tantos su DIU no funcionó cómo esperaba. En fin, esa es otra historia. A pesar de que ya no son unos niños su inocencia refleja una bella luz que la maldad no había podido apagar tan fácil. 

El maltrato del padre de Alair hacia Moreira fue muy grave cuando el primogénito tenía unos seis años de crecido. A este chico le tocó presenciar a su padre borracho, loco de actitud e idiota para cuando se trataba de ayudar a su familia. Vivir con alguien así te quitan las ganas de verle el lado positivo a la vida. Por lo tanto, el hermano de Alair no recibió el mejor trato que se podría esperar, por eso es que se ha apartado de la familia, pero no la ha abandonado del todo pues ayuda a su madre a sostenerse económicamente, eso resultó ser un gran alivio para Moreira. 

Esta valiente señora se enfrenta a cualquier adversidad y ha decidido refugiarse bajo las alas de Dios, lleva unos diez años conociendo la Biblia y aplicándola a su vida, ahora quiere dejar ese legado a sus hijos, quiénes llevan asistiendo con ella a las reuniones cristianas desde los cinco años. Su padre obviamente se opuso fuertemente a las decisiones de Moreira y él siempre buscó la forma de arrebatarles la palabra de su nuevo Dios, quién les proporcionaba paz y unidad. La fuerte fe de Moreira creció con Alair, ver a su madre defender sus creencias y luchar por su integridad gustaba a Alair de obedecer las normas bíblicas en todo momento. Y así fue hasta sus trece años, dónde su vida empezaría a tomar rumbos difíciles.  

A los seis años de edad, el padre de Alair decidió buscar la forma de sobrellevar los gastos económicos mudándose al extranjero. Eso causó una gran confusión a los hijos de Moreira, pues a pesar de que conocían la rudeza y aspereza de su padre ellos en su tierna bondad lo amaban, pues era su figura paterna. Al partir de casa ellos se quedaron en la puerta llorando esperando a su regreso. Incluso Alair puso una foto de su padre junto a una vela que resulto quemarse con la cera pues el pobre se quedaba en el piso llorando por su regreso. 

¿Verdad que este niño esta resultando ser alguien dramático pero al mismo tiempo tierno?

Para Moreira resultaba un descanso interno librarse de un hombre tan impertinente, pero al mismo tiempo le resultaba más pesada la carga de mantener a tres niños que constantemente tenían hambre. La espera fue muy dura pues su esposo tardaría meses en encontrar un trabajo estable con el creciente temor de que algo fuese a sucederle en el camino hacia su nueva vida.

Yo, Perpetuo estuve con Alair allí. Le ayudaba a expresar sus sentimientos constantemente, nunca lo dejé reprimir ninguno. Era un niño que soñaba con grandes cosas. Constantemente jugaba y bailaba, ¿por que tendría que reprimirle la tristeza? tarde o temprano la conocería.