Prólogo

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Fran (2 años antes)

Parecía enojada, algo enserio la estaba molestando, eran de nuevo el centro de atención.

- ¿Cuánto llevan así? – Abby se había sentado junto a mí para contemplarlos de nuevo. 

Sin retirar la mirada de donde toda la escuela la tenía, el señor y la señorita Gobs no dejaban de gritarse uno al otro, caminaban de un lado a otro tratando de arreglar cualquiera que fuera el motivo de su discusión, aunque parecía no importarles que maestros y alumnos los estuviéramos observando.

- Todo el descanso...

- ¿Enserio?

- Oh si...

Fue cuando el director comenzó a tomar camino hacia ellos, no muy feliz por el espectáculo que estaban causando, llegando hacía ellos simplemente hizo un movimiento con su mano señalando la puerta del salón de clases que estaba atrás de ellos para que ambos entraran.

- Hombres... - dijo Abby haciendo una mueca-. Todos son iguales.

- ¡Oye! – la regañe-. No todos.

Sentí que unos brazos me rodeaban alrededor de mi cintura-. Así es, no todos- dijo Andreu dando un beso en mis labios.

- Hola Andreu – dijo Abby tratando de no mirar.

- Chicas, díganme ¿Cómo estuvo el pequeño show?

- De lo que te perdiste... - soltó Abby.

- Que mal, la próxima.... -dijo besando mi mejilla.

- Genial...- dijo Abby -. Bueno enamorados, yo iré por allá – miraba hacia unos compañeros -. Si, estaré por allá definitivamente. No se diviertan demasiado.

La mire incrédula.

Los besos pasaron de rápidos a lentos y de lentos a profundos, disfrutando cada minuto del descanso cerca uno del otro, ¿cómo no quererlo?, tenía todo lo que me podría hacer feliz y un poco más.

- ¿Iras a entrenar por la tarde? – preguntó.

Yo tenía mi cabeza recargada en mis piernas, mientras que él estaba sentado recargados en la banca en la que estábamos sentados haciéndome piojitos.

- Si, Papá estará allí, así que tengo que estar allá – le contesté y se quedó un poco serio-. ¿Por qué?

- No, no amor, sólo era una pregunta – dijo forzando una sonrisa.

Entonces me puse de pie-. De acuerdo, ¿Qué pasa? – le pregunté, tenía su gesto preocupante en su frente, lo cual no ocurría constantemente.

- Sólo es que apenas te veo, te extraño demasiado.

Eso me obligó a sonreír-. Sólo será mientras se acaba la temporada – dije tocando sus labios -. En un mes pasaremos más tiempo juntos, es una promesa.

- De acuerdo – dijo tocando mis labios-. Debo ir a clase, ¿te veo mañana? – se estaba poniendo de pie y ya había tomado unos pasos de ventaja pero no dejaba de verme.

- Claro.


                                                                         *****

Mire hacia las gradas donde mis padres estaban, trataba de hacer los ejercicios que mi entrenador me pedía pero que aún no me explicaba.

- Yolanda, ¿ya sabes cómo hacerlo?

Inevitable AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora